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“El único regalo que me faltó fue la camiseta de Cavenaghi”
Calleri la rompió y gritó un gol en el batacazo ante River, pero no se animó con su ídolo: “Me dio vergüenza”, dice.
El celular revienta. Jonathan Calleri es el hombre más buscado y, todavía feliz por su gol a River, se toma su tiempo para atender todos los llamados.
Olé es el principal testigo de las 24 horas más felices del pibe que deja por un rato su teléfono movil para que lo encandilen los flashes. “No sé que cara poner, ja”, se ríe la figura del domingo por la noche, la revelación que les provocó insomnio a Ramón y compañía. Se ríe, sí, pero apenas. Porque todo el coraje que muestra en la cancha desaparece afuera. Ahí lo domina la timidez. Esa intromisión, de hecho, lo dejó sin un regalo especial, el que más deseaba además de un gol a River. “El único regalo que me faltó fue la camiseta de Cavenaghi. Y no se la pedí porque me dio vergüenza. Para colomo, lo vi un poco enojado y no me animé”, cuenta el 9 que girtó que idolatra al 9 que se fue enmidecido. Con apenas 20 años y afianzado en Primera, Jony guarda un lindo recuerdo del día que tuvo su estreno en Floresta con Falcioni como entrenador, ante Argentinos: la camiseta que, encuadrada, decora su habitación. “Mis tíos, abuelos, todos ellos sabían que la primera casaca iba a ser para mi familia, que es la que me acompaña siempre. Después, sí, fui regalando camisetas a otros familiares cuando jugaba bien. Porque cuando jugaba mal, nadie la quería, ja”, bromea el pollo de RRDT.
El futuro y las chances que rodean a Calleri son enormes, consecuencia de su desempeño y el de los dirigentes: una deuda con Boca por el préstamo de Colazo hizo que eql equipo de Bianchi hoy sea dueño del 30% de su pase y pueda disponer del pibe cuando lo desee. Ante la posible situación de compartir cancha con importantes Riquelme, el Cata Díaz y Orion, el delantero que ya gritó tres veces en sus 20 partidos en Primera prefiere mantenerse al margen y pensar en su actualidad. “Si bien siempre es un sueño porque los miraba por la tele, estoy tranquilo: tengo que rendir con All Boys y mejorar bastante. Todavía me falta mucho para pensar en Boca”, afirma buscando mantener su perfil bajo. De todos modos, el chico de moda en Floresta está acostumbrado a codearse con futbolistas: es sobrino de Néstor Fabbri. “Mi tío y mi papá son los que más me aconsejan. Jugaron al fútbol y saben lo que es estar adentro de una cancha”, reconoce. Y pese a no compartir características ni puesto con la Tota, al referente lo busca en su corazón: “Sin dudas, me gustaría imitar la carrera que hizo mi tío”.