En todos los equipos hay jugadores que cumplen funciones de rol o de complemento dentro del sistema y otros que, por características y tributos en el campo, son mucho más necesarios y difíciles de reemplazar. Y, a mí entender, Acevedo en este River entra en el segundo de los grupos mencionados anteriormente.
¿Cuáles son sus influencias dentro de este esquema con tanta vocación por cuidar el cero en el arco? Muchísimas. Porque es el que rompe las barreras por el centro y se desdobla en ambos frentes, el que se muestra para ser primera salida y el que, bien o mal, intenta distribuir y clarificar hacia el frente o los costados para ser más limpios y no caer en esa inmadurez futbolística del pelotazo a Pavone que lamentablemente estamos usando con mucha más frecuencia de la debida. En estos cuatro partidos ha tenido actuaciones dentro de todo bastante parejas, sin haber sido descomunales, y habiendo encontrado su pico de rendimiento en aquel enfrentamiento ante Huracán. Sin lugar a dudas fue protagonista de los escasos minutos de vuelo que hemos tenido a nivel juego no solo a lo largo del torneo sino de la era López.
A pesar de que todavía se buscan poco, es el único que ha demostrado interpretar el mismo idioma que Lanzini, una asociación que prioriza el toqueteo corto y hacia adelante que tanta falta nos esta haciendo en esta época de vacas flacas. Lamela todavía participa de su propio juego y no ha interpretado como conseguir que este tándem se convierta en un triángulo para encontrar más espacios y claridad de cara a promover situaciones de gol más puras, cristalinas y habituales. A su vez, es el que debe gastar piernas de más cuando Almeyda se traspasa de sus límites habituales para ejercer la presión en lugares insospechados y contraproducentes.
Ahora bien, hasta aca hablamos influencias positivas, pero también existen aquellos aspectos en cierta manera desfavorables que están pura y exclusivamente supeditados a su estado físico. Yo diría que, a nivel sensaciones y riesgos, corre por los mismos límites que el propio Almeyda, de quién tenemos muy en claro que por edad y desgaste inevitablemente siempre camina por una delgada línea. A Acevedo se lo ve contenido y exigido en sus esfuerzos, trotando y rengueando cada partido que pasa un rato más debido a ese bendito problema de tobillos que tantos dolores de cabeza le ha dado.
¿En qué lo limita esto, tanto a él como al equipo? Primero, en el aprovechamiento total de su despliegue, una de sus mejores armas que destacan su juego. Segundo, en la posibilidad de que más veces por partido se suelte desde atrás para llegar a las inmediaciones del area. Se lo ve timorato a arriesgar más de la cuenta a la hora de pisar ¾ de campo ajeno, y eso creo que no es por una orden del DT sino de su cabeza para aguantar la mayor cantidad de minutos posibles. Y tercero, que puede atentar contra el muy buen trabajo de relevos, presión y movimientos defensivos que tanto bien le ha hecho al equipo no solo desde la doble contención sino también desde el complemento de las líneas.
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[/FONT]Sabíamos de antemano que ante cualquier eventualidad, llámese lesión o suspensión de algún soldado de los buenos, en este plantel los recambios son muy cortos y quizás insuficientes. El DT seguramente conoce del problema y tendrá a mano alguna especie de modificación en caso de ser conveniente. Espero que ese momento no aparezca, y que si llega no venga por el lado del fantasma de Olavarría…