Llega ese día, el que tanto estábamos esperando. Ustedes y nosotros los hinchas.
Ustedes se levantarán el domingo, comerán y los llevarán al estadio. Nosotros no podremos dormir y la comida no nos pasará. Lo vivimos cada vez que llega este partido. Es ansiedad.
Antes del partido, irán al vestuario y se vestirán con los colores más lindos del mundo. Se pondrán las medias blancas, el pantalón negro, la remera de entrenamiento y saldrán a precalentar. A esa altura, estaremos pasando decenas de controles policiales y dejando atrás a nuestras familias, esas personas que nos recuerdan que estamos locos. Locos por estar horas frente a una computadora intentando conseguir una entrada. Locos por mentir en el trabajo y hacer malabares para ir a buscarla. Locos por vivir esta pasión que no pueden entender. Y tienen razón.
Mientras ustedes precalientan, nosotros estaremos buscando ese lugar en el Monumental al que vamos siempre. Nos ubicaremos ahí, con el viejo, algún hermano, familiar, amigo o simplemente rodeado de hinchas de River que saben lo que estás viviendo con solo mirarte.
Matías los va a llamar para la charla, una charla en la que seguramente no hablarán mucho de la táctica ni de jugadas preparadas. No, eso ya lo practicaron. Ya lo saben. Estamos seguros que Matías les contará que nosotros, esos que estamos en las tribunas y en todos los rincones del planeta, sufrimos lo peor de la historia. Que fuimos víctimas de lo que nunca imaginamos y que este es el momento de regalarnos esa alegría que tanto estamos esperando.
Cuando llegue el momento de ponerse la camiseta, agárrenla y piensen que nosotros daríamos lo que sea por estar en su lugar. Mírenla bien. ¡Se están poniendo la camiseta de River! Hagan silencio y escuchen. El Monumental estalla y lo que están escuchando es nuestro aliento. Somos nosotros. Estamos arriba suyo esperando verlos salir a la cancha.
En el momento que salgan al césped, miren a su alrededor. También somos nosotros los que armamos semejante fiesta. Hicimos un esfuerzo gigante para estar ahí. Y alentarlos es lo único que podemos hacer pero también es lo máximo que podemos hacer.
Nosotros haremos todo lo que está a nuestro alcance pero este es su momento. Ahora ustedes son los protagonistas.
Háganle saber al mundo que River volvió. Queden en la historia. Regálennos un triunfo para fundirnos en un abrazo con esa persona con la que fuimos a la cancha. Es su oportunidad. Estamos en sus manos. Dejen todo por esta camiseta.
Dejen todo.
Por nosotros.
Nunca lo vamos a olvidar.