El lunes 19 de septiembre de 1983 a las 18 horas, fallecio Angel Amadeo Labruna. Con 64 años el ídolo máximo de River Plate dejó este mundo para seguir cuidando al millonario como un verdadero Ángel. Labruna estuvo internado en el sanatorio Belgrano, mientras se recuperaba de una operación de vesícula producida el último viernes de ese año. Según el vocero del sanatorio, los médicos dispusieron cambiarlo de habitación por el éxito de la operación, entretanto que el martes 20 iban a darle el alta. Sin embargo, el lunes, bajo los brazos de Ubaldo Matildo Fillol, y con la presencia en la habitación de Omar Labruna, Angelito partió hacia un mejor lugar.
Una vez divulgada la noticia, se acercaron varios a la clínica, como el presidente de aquel entonces, Rafael Aragón Cabrera, y el vicepresidente primero, Patrick Noher, quienes ofrecieron en nombre de la Institución las instalaciones de River. Los restos fueron trasladados el lunes por la noche a la sala de relaciones públicas, donde fueron velados también Antonio Vespucio Liberti y José Manuel Moreno, aunque por la gran convocatoria del público debieron trasladarse al gimnasio de básquet. Federico Vairo, Néstor Rossi, Enrique Sívori, Lidoro Soria, Reinaldo Merlo, Juan José López, Norberto Alonso y el “pato” Fillol fueron los primero en llegar. Hubo jugadores del entonces plantel de Argentinos Jrs. como Domenech, Pavón y Lemme, dirigidos en esa actualidad por Angelito. Además, estuvieron Oscar Más, Delem y Carmelo Faraone. Mientras tanto, Omar y Ana, la mujer de Angelito, permanecieron en la presidencia recibiendo las condolencias, encabezadas por el presidente. Tan querido y tan respetado fue Labruna, que también asistieron Julio Grondona, presidente de la AFA, Pedro Iso, presidente de Independiente, y Santiago Saccol, directivo de Racing. Además, se recibieron coronas del entonces Deportivo Italiano, Platense y Boca Jrs.
“Me cuesta hablar porque todavía no lo puedo creer, Labruna fue un gran amigo y un excelente futbolista”, declaro herido Sívori. “Lo veía seguido. Hace un par de días fui a visitarlo a la clínica y me contaba de sus deseos de volver a ser el técnico de River. Fue un gran deportista y un gran amigo. Me parece mentira que ya no esté entre nosotros”, dijo Amadeo Carrizo.
Sus restos fueron inhumados a las 16 horas del día 20 de setiembre en el cementerio de Chacarita y descansan junto a los de su hijo Daniel en un nicho de la galería 15.
Gracias Maestro por querer tanto a esta camiseta.