Hamacarse
En tiempos en que todos empezamos a aceptar –algunos casi con disfrute, otros con reticentes molestias- lo absurdo de todo tipo de dogmatismos, se torna doblemente necesario recalcar que algunas cosas no son ni serán relativas.
La muerte no es relativa.
La represión no es relativa.
La condena de hechos represivos cuando estos son protagonizados por organismos estatales –verbigracia: cualquier policía, municipal o Federal- no puede ser relativa. Carajo. Nosotros estamos orgullosos de este gobierno por muchas cosas buenas que hizo. Y lo defendemos por ello. Y lo criticamos cuando consideramos que no hace lo correcto o lo que debiera hacer.
Una de las cosas que nos pone orgullosos de nuestro gobierno es que en 2003 Néstor Kirchner dijo: la protesta social no se reprime y esto es política de este gobierno y será política de Estado. Y así se hizo. Y por eso rajó a un ministro y varios funcionarios que se negaban a acatar esa orden.
No vamos a caer en el simplismo de decir que este gobierno ha demostrado con creces esa voluntad anti-represiva. Eso es así, pero hoy no alcanza. Claro que este gobierno fue mucho mejor con los anteriores cuando lo de Mariano Ferreyra y en vez de ocultar o presionar a la justicia para apañar los autores colaboró e impulsó una investigación en curso para encerrar a los autores materiales y los que armaron la encerrona. Y acá un parétensis que es un abismo: parte de los autores intelectuales de ese asesinato parecen ser compañeros míos en el oficialismo. Si. Parte de la patota de la Unión Ferroviaria de ese día es peronista y oficialista. Vieron: es jodido asumirlo. Me sería mucho más sencillito pararme en la vereda de enfrente, toda regada de pureza y decir: ustedes, los asesinos. Pero no: estoy parado acá y me hago cargo y levanto la voz y protesto y digo: castigo a esos asesinos que son mis ¿compañeros?
Del mismo modo en que digo: lo de Formosa debe ser castigado. No sólo por la Justicia. Debe ser castigado políticamente por nosotros, los oficialistas. Así no, compañero Insfrán, porque me está haciendo cómplice de la represión de su policía a mí. Y yo no quiero tener manchadas las manos de sangre, porque Néstor dijo: este gobierno no reprime la protesta social. Mi gobierno, Insfrán, no reprime la protesta social. Tienen razón los qom en su reclamo? No sé, ni importa aquí. Aquí rechazamos la represión violenta.
Y también, anoche. Ya sabemos lo que es el gobierno de Macri. Y su nulísima política de vivienda. Y su nulísima política de nada. Pero: señores de la Policía Federal que reprimieron y–según todo parece indicar- asesinaron, deberán ser investigados por la Justicia. Pero ustedes son el brazo policial del Estado. Ese Estado hoy está gobernado por mi Gobierno. Y mi Gobierno no reprime la protesta social. Y entonces, señores de la Federal, deberán ser castigados por su accionar. Y espero, reclamo, exijo, que los responsables políticos de la Policia Federal –Sr. Ministro Alak, Sr. Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, compañeros ministros- sean mi conducción política y mi voz y actúen. Los quiero escuchar honrando a Néstor Kirchner: nuestro gobierno no reprime la protesta social y castiga a los responsables.
Dos últimas cosas: cada uno de los conflictos que terminaron con estas lamentables muertes son complejos. Señores que viven encerrados en la comodidad de la opinión, atrás de un micrófono, de una cámara, sepan algo: no se arreglan fácilmente ni son sencillos. O te pensás que es fácil desalojar un terreno? Merecen las viviendas? Claro. Las están usurpando a otros que también las merecen? Claro también. Está bien usurpar viviendas? No. Todos tendrían que tener una vivienda digna? Obvio. Es fácil? No, nene. No. Es complejísimo. Gobernar, nene, es mucho pero mucho más difícil que sacar volantes y gritar por el megáfono, nena. Pero saben una cosa? No quiero usar ninguna excusa de esas que “atemperaría” o “moderaría” nuestra responsabilidad como gobierno. Ninguna.
Y ahora sí, la última. Hay unos cuantos militantes de la izquierda tradicional (sí, claro que hay algo a la izquierda del kirchnerismo) que nos acusan de ser cómplices de estos asesinatos. Sí. A mí. Y a vos que estás leyendo. Digamos que ellos pertenecen a ideologías un tanto más ¿estructuradas?, ¿científicas? y por ello no dudan: si nosotros somos oficialistas somos cómplices y, por lo tanto, asesinos.
Bueno: yo no tengo tantas certezas como ellos. De hecho, no tengo certezas. Soy un hombre que duda. Cotidianamente duda, reflexiona y elige. Se arroja al vacío de la existencia con esa duda y el anhelo de estar haciendo lo que considera correcto. Pero a la noche vuelve a dudar antes de dormir.
Y como no tengo esas certezas que evidentemente si tienen los que me llaman asesino diré: sigo sufriendo más por la muerte de un ser humano que por el espejo que me ponés adelante y me hace dudar. Y respeto tu autoridad moral de reclamarme una explicación como oficialista. Aunque a veces me enoje y esté tentado de decirte: che, pareciera que disfrutás con esos muertos que te permiten demostrar tu científica tesis de que soy un asesino. Pero no, nadie debe disfrutar con la muerte, no.
Bueno: acá tenés mi explicación oficialista. El reclamo que le hago a mi gobierno. Estos son mis cojones. Ahora podés seguir gritándome por tu megáfono, pero tengo mi conciencia casi tranquila. Casi.
Ya te dije: es difícil ser gobierno, nene. Hay que hamacarse, nena. Y mirar el horizonte para no marearse.
Hamacarse