No tiene recorrido propio, quizás sea buen candidato a diputado para aprender más.
No estoy plenamente seguro de la injerencia de Máximo en el armado de La Cámpora, me cuesta imaginármelo recorriendo el país fundando locales y arengando compañeros. Además que la primera aparición pública haya sido en septiembre del año pasado en Argentino Juniors me da que pensar que sea el gran líder de la agrupación. Claramente nació en 2010 en el acto del Luna Park con una aguda visión por parte del Gobierno Nacional que vió una juventud (en ese momento, kirchnerista, peronista (la JP) y la Juventud Sindical, quienes nunca se llevaron bien y por primera vez estaban todos juntos) que reclamaba un espacio político que los represente y que ése espacio era el kirchnerismo por fuera de las viejas estructuras del peronismo que en muchas provincias sigue siendo de tinte neoliberal. La Cámpora ha logrado lo que el peronismo nunca logró jamás, y es la concientización de jóvenes de clase media, profesionales e inclusive muchos que fueron marginales y alcanzaron una mejora sustancial de sus condiciones materiales con este gobierno. También junto con Kolina, es una estructura paraestatal, creada desde el Estado para trascender la forma tradicional del institucionalismo, es decir, antes el Estado estaba parapetado en las oficinas de los funcionarios y esperaba que la gente fuera a él, con ambas organizaciones, lo que hace es el Estado yendo al territorio a buscar a sus representados directamente e interpelarlos. Así nacieron grandes medidas sociales tendientes a subsanar problemáticas concretas y reales situadas en territorio, me vienen a la cabeza los banquitos solidarios, el plan Fines de finalización de estudios secundarios en villas, sindicatos y organizaciones con docentes profesionales y muchas veces militantes que se meten en los lugares donde el docente convencional no quiere ir, penetra la barrera del estigma social y va al núcleo duro para redignificar a la persona que quiere estudiar, pero se siente excluído del sistema y no entiende la escolaridad como la puede entender cualquiera de nosotros; lo mismo ocurre con el programa Ellas Hacen donde se buscan a mujeres en condiciones socioeconómicas muy complicadas y se les enseñan oficios (recuerdo a Mercedes Ninci halagando el programa de Tejidos que “son muy lindos y muchos se exportan”); lo mismo para la AUH, y de hecho, precisamente con la militancia de La Cámpora y Kolina, concientizan y ayudan a la gente a recuperar sus derechos, y eliminan también un viejo vicio de la política neoliberal como el puntero barrial. Con las agrupaciones de jóvenes educados que están yendo a los barrios, el Estado establece nuevos canales directos de penetración en el territorio eliminando el clientelismo pernicioso del puntero. Además, el gran número de militantes de La Cámpora que están en los barrios del conurbano no solo bonaerense sino de las grandes ciudades del país, no perciben un sueldo como muchos creen, solamente algunos que han logrado ingresar en la estructura estatal, al igual que los militantes radicales, del PRO y distintas agrupaciones que merced al reconocimiento por su tarea militante puede llegar a cobrar sueldo, pero eso es para privilegiados que no son para nada mayoría en La Cámpora. Además, otra cosa que me parece rescatable que muchos critican, sí, sin duda, es una estructura creada y amparada por el Estado Nacional, pero dificilmente a pesar del gobierno que esté, las convicciones y el trabajo que muchos jóvenes de la agrupación lograron y sobretodo el vínculo directo, el compromiso forjado con el territorio y las personas marginadas del sistema, es un elemento que subsistirá a pesar de que cambie el signo político del Estado, sobretodo, insisto, porque muchos ni perciben salario. Así como alguna vez la industria creció al amparo del estado, La Cámpora y Kolina han impulsado inclusive a la formación de muchas ONG para pibes de clase media alta como “un Techo para mi País” dando el ejemplo de que hay mucha gente jóven con ganas de participar, algunos apolíticos y otros politizados. No es casual que tanta juventud se encuentre politizada, no es solamente un relato, es algo que atraviesa a la sociedad entera. No entiendo tampoco a quienes critican a La Cámpora sin hacer nada por ayudar y contribuir a la mejora del país, solamente sentándose a criticar y cuestionar. Después van a decir que es clientelismo puro y que lo hacen por los votos. Pero me pregunto yo, ¿a quién va a votar una persona que ve a un pibe con la remera de La Cámpora intentando meterse en una villa o en una inundación como en La Plata para dar una mano? Que vote a quien quiera, pero ese pibe está ahí para ayudar. Retiero lo del comienzo, no sé donde están Máximo Kirchner, Andrés Larroque, José Ottavis, y muchos otros “referentes” de La Cámpora en cuanto a la tarea militante. Lo mismo vale para Kicillof, Recalde y De Pedro, aunque ellos tienen una tarea más visible y una capacidad reconocida académicamente para ocupar los cargos que tienen. Independientemente de ellos, una generación de jóvenes se interesa por participar y dar una mano. Ese es el logro de La Cámpora.