Violencia doméstica: a salvaje agresión a una mujer delante de su hija

Violencia doméstica: la salvaje agresión a una mujer delante de su hija

El hecho ocurrió en Bahía Blanca, cuando vecinos de la mujer registraron las imágenes de su ex marido cuando le pegaba. La víctima reveló que esta situación se repite hace más de un año y que su ex esposo ya acumula cerca de 15 denuncias

//youtu.be/I4DnDDKuxLc&feature

Un hombre fue filmado en momentos en que golpeaba a su ex pareja delante de su hija de 5 años cuando iba a retirarla con el fin de pasar el Día del Niño en un hecho que, según dijo la víctima, se reitera desde hace un año y dio lugar a la presentación de quince denuncias que nunca fueron tenidas en cuenta por las autoridades.

El hecho ocurrió en la víspera cuando la mujer identificada como Natalia Riquelme fue filmada por sus propios allegados en momentos en que su ex marido, identificado como Julián Bilbao, de 29 años, iba a retirar a su hija menor de edad en la puerta de una vivienda ubicada en Bahía Blanca, al sur bonaerense.

Tras la brutal agresión, la mujer volvió a radicar una denuncia en la Comisaría de la Mujer, ya que no era la primera vez que ello ocurría.

Pero además, sus allegados que filmaron la situación subieron por internet el video, que fue difundido por varios medios televisivos y digitales.

Tras el hecho, Riquelme señaló hoy: “Esto viene de hace un año aproximadamente, él ya me había pegado delante de mi hija cuando fue la separación y me cansé de hacer denuncias, ya que tiene alrededor de quince”.

“Era la única forma de filmarlo porque estaba cansada, porque vas a la comisaría y es tu palabra contra la de él”, dijo a la prensa.

La mujer señaló sobre las imágenes: “Las vi sólo dos veces, te agarra dolor ver a mi hija en el Día del Niño. A él le tocaba supuestamente la visita, pero la nena hace dos días que se niega a verlo”.

“Lo único que quiero es que mi hija no corra más riesgo, que se den cuenta, que le saquen la visita y necesito una solución”, agregó.

Por último la mujer señaló: “No es la primera vez que me golpeó delante de mi hija. Esta persona está enferma y nadie se da cuenta”.

Violencia doméstica: la salvaje agresión a una mujer delante de su hija – Infobae.com

Violencia doméstica: la salvaje agresión a una mujer delante de su hija

El hecho ocurrió en Bahía Blanca, cuando vecinos de la mujer registraron las imágenes de su ex marido cuando le pegaba. La víctima reveló que esta situación se repite hace más de un año y que su ex esposo ya acumula cerca de 15 denuncias

//youtu.be/I4DnDDKuxLc&feature

Un hombre fue filmado en momentos en que golpeaba a su ex pareja delante de su hija de 5 años cuando iba a retirarla con el fin de pasar el Día del Niño en un hecho que, según dijo la víctima, se reitera desde hace un año y dio lugar a la presentación de quince denuncias que nunca fueron tenidas en cuenta por las autoridades.

El hecho ocurrió en la víspera cuando la mujer identificada como Natalia Riquelme fue filmada por sus propios allegados en momentos en que su ex marido, identificado como Julián Bilbao, de 29 años, iba a retirar a su hija menor de edad en la puerta de una vivienda ubicada en Bahía Blanca, al sur bonaerense.

Tras la brutal agresión, la mujer volvió a radicar una denuncia en la Comisaría de la Mujer, ya que no era la primera vez que ello ocurría.

Pero además, sus allegados que filmaron la situación subieron por internet el video, que fue difundido por varios medios televisivos y digitales.

Tras el hecho, Riquelme señaló hoy: “Esto viene de hace un año aproximadamente, él ya me había pegado delante de mi hija cuando fue la separación y me cansé de hacer denuncias, ya que tiene alrededor de quince”.

“Era la única forma de filmarlo porque estaba cansada, porque vas a la comisaría y es tu palabra contra la de él”, dijo a la prensa.

La mujer señaló sobre las imágenes: “Las vi sólo dos veces, te agarra dolor ver a mi hija en el Día del Niño. A él le tocaba supuestamente la visita, pero la nena hace dos días que se niega a verlo”.

“Lo único que quiero es que mi hija no corra más riesgo, que se den cuenta, que le saquen la visita y necesito una solución”, agregó.

Por último la mujer señaló: “No es la primera vez que me golpeó delante de mi hija. Esta persona está enferma y nadie se da cuenta”.

Violencia doméstica: la salvaje agresión a una mujer delante de su hija – Infobae.com

Porqué siempre posteás noticias de tragedias, ADIDAS ? :smiley:

No sé :lol:

A la horca dirían varios.

Que pedazo de mierda y cagón.

Lamentablemente, cada vez salen a la luz más casos. Afortunadamente, cada vez salen a la luz más casos. Aunque resulte contradictorio, esto existió siempre -En España me cuentan tíos y amigos que viven allá que es terrible la cantidad de casos- y aunque sea triste es bueno que salgan a la luz y se tome real dimensión de este tipo de casos (que también hay casos inversos donde el sometimiento viene por el lado de “¿Cómo puedo denunciar que me faja una mina?”) y hay que ser implacable con la violencia . Igual pensemos que hace un siglo atrás la mujer era considerada una cosa que se quedaba en casa y punto, vamos avanzando.

:mrgreen:


Bahía Blanca, ciudad milica si las hay.

No me extrañaría que los jueces allá sean parientes de Massera…

que CARAJO tiene que ver esto con los milicos y massera? :confused:

qué cagón el tipo…

Que la mina fué a hacer la denuncia y estos jueces retrógados y milicos no le dieron ni pelota dándole proteccción al sorete este golpeador…

hay miles de casos en todo el país, no sé que tiene que ver.

Como quiero tenerle a ese gusano en frente mio

increíble que tenga que llegar al punto de hacer una cámara oculta para que le den pelota.

¿Y, qué tiene que ver que haya en todo el país? Yo estoy hablando de este, capo…

Tocara el redoblante? asi cumple todos los requisitos para ser un militante del vatayon… ba si es que alguna vez va en naca

Tu asociacion de ideas es festin de psiquiatras…

TENIA 85 AÑOS
Murió el almirante Massera
No tendría sentido esbozar aquí una suerte de biografía en cifra del almirante Emilio Massera, fallecido ayer, a la edad de 85 años, en el Hospital Naval. No porque la figura en cuestión careciese de interés para legitimar un propósito semejante, sino porque no es éste el espacio y, mucho menos, la oportunidad. Llegará el día en que, si no acallados para siempre, cuando menos atemperados los odios y las pasiones que despertara en sus años de esplendor político --contemporáneos al así llamado Proceso de Reorganización Nacional del cual fue, por paradójico que resulte, uno de sus forjadores y, al propio tiempo, una de sus principales víctimas–, pueda acometerse dicha empresa con mesura e imparcialidad.
De lo que se trata y de lo que tratan estas líneas, escritas apenas conocida la noticia de su muerte, es de otra cosa. Por de pronto, de trazar siquiera sea a vuelo de pluma, una semblanza del personaje. Nacido en Paraná, el 19 de octubre de 1925, ingresó en la Armada, como cadete del Cuerpo General, en 1942 y tuvo una destacada carrera que lo llevaría a comandar distintas unidades de la Flota y la fragata “Libertad”, en 1966; a cumplir funciones de profesor en la Escuela Naval Militar y la Escuela de Guerra Naval; a cargos de relevancia en puestos de gabinete del Comando en Jefe y, entre 1971 y 1976, a cubrir los cargos de Secretario General Naval y Comandante de Operaciones Navales.
Antes de marzo de ese año, su carácter enérgico y acentuada vocación política --nada común en la Armada–, lo situaron en lugares de relevancia, razón por la cual a nadie sorprendió cuando el mismísimo Juan Domingo Perón reparó en él para asumir la conducción de la Marina. No desentonó entonces, a pesar de tener que sortear innumerables dificultades, fruto de la tradicional enemistad que, desde antes de septiembre del '55, había caracterizado las relaciones del peronismo y la fuerza naval. Fue durante esa época cuando sus dotes de negociador y conductor político se solaparon y hasta por momentos opacaron a las propias del Almirantazgo. Fue entonces, también, que su apellido comenzó a dividir aguas en la fuerza: había nacido el “masserismo” y, obviamente, su oposición, fenómeno harto inusual en un arma tan celosa de sus tradiciones y tan refractaria a los liderazgos carismáticos con proyecciones políticas.
Analizada su figura desde esta perspectiva, la suya fue una personalidad atípica, acaso única en la historia de los hombres de mar, sólo comparable --aun cuando todas las comparaciones, según reza el adagio clásico, sean odiosas-- a la de Isaac Francisco Rojas. No en virtud de una inexistente comunidad de ideas o de una misma forma de concebir la acción política. Sólo en razón de este dato decisivo: han sido los dos únicos almirantes que, por distintos motivos, despertaron pasiones encendidas a favor o en contra --poco importa-- en el curso del siglo XX en la Argentina.
Massera, más osado que Rojas a la hora de ejercer el poder, tuvo especial protagonismo a partir del pronunciamiento militar del 24 de marzo de 1976 y hasta septiembre de 1978, período en el cual integró la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas. En ese año pasó a situación de retiro por propia voluntad, con la secreta esperanza de vertebrar un movimiento político capaz de llevarlo a la presidencia de la República. Quizá haya sido ésta la mayor ambición de su vida que, con todo, no pasó de ser un sueño fugaz y trunco por el final patético --con pena y sin gloria-- del Proceso de Reorganización Nacional.
No fue, demás está decirlo, la mezcla de Maquiavelo y asesino serial que han pintado sus enemigos, tan feroces a la hora de enjuiciarlo con la pluma, como lo habían enfrentado antes en esa tremenda guerra civil en la cual ellos llevaron la peor parte. Tampoco fue, mirado a la distancia, el clásico almirante forjado en el molde de Brown. Tuvo la descomunal y trágica potestad, a la vez, de ser --junto a los otros miembros de la Junta de Comandantes-- dueño de la vida y de la muerte de las personas, algo que nadie, ni siquiera Rosas, en el siglo XIX, y tampoco Perón, en el siguiente, tuvieron en esa escala.
Como no podía haber sido de otra manera, el ejercicio de tamaño poder lo signó para siempre. Que a veces ese poder se usó mal, no es, a esta altura, ningún descubrimiento. Pero salvo en las conflagraciones de fantasía o en las que se desarrollan en mesas de arena, todas las formas de guerra irregular terminan de la misma manera: al terror se le opone el contraterror.
A los principales responsables del Proceso --y el almirante Massera fue uno de ellos-- les tocó en suerte la decisión más difícil que haya debido enfrentar militar alguno en el último siglo y medio de historia argentina: ¿cómo tratar a un enemigo que había adoptado características criminales en la consecución de la lucha política? Si hicieron bien o mal en aplicar los métodos antiterroristas por todos conocidos, es algo que seguirá siendo materia de discusión por espacio de décadas. Mientras tanto, el flagelo subversivo fue cortado de raíz, ahorrándole males inimaginables al país.
Como quiera que haya sido, en el plano político el Proceso de Reorganización Nacional resultó, a la postre, un fracaso tanto más ostensible cuanto que nunca antes se habían dado entre nosotros las condiciones para que un gobierno sentase las bases de una Argentina distinta. En cambio, las rencillas absurdas entre los miembros de la primera Junta de Comandantes y la incapacidad para acometer los cambios de fondo que la Nación pedía a gritos, hicieron que la empresa política epilogara de manera lastimosa. En ese terreno, no lo que hizo la Junta --cualquiera sea el juicio que nos merezca-- sino lo que, con el enorme poder del gobierno militar, dejó de hacer, signará para siempre a sus integrantes.
La muerte del almirante Massera ha despertado la ira de quienes no saben perdonar y el odio de los que no pueden olvidar. Unos y otros parecen no darse cuenta que prolongan así la pasada guerra civil. Massera, cargado de años y con la experiencia de su derrota política a cuestas, hacía ya tiempo que había dado por terminada dicha contienda. En ello demostró un espíritu abierto a la reconciliación y ajeno a todo sectarismo, que lo honra.

LaNueva.com - Murió el almirante Massera

Andá a Bahía Blanca y preguntale a la gente que opinan de Massera, los milicos y el golpe del 76…

No les queda otra que filmar, casi nunca creen en la mujer y el tipo sigue afuera hasta que las mata. Que cagones.

Insisto… que tiene que ver la nota del infeliz este con massera? Seguro tambien odias a Ginobili. Uh, mira que sorete, bahiense, seguramente masserista y encima juega en Texas, donde vive Bush. Seguro que es un criminal de guerra, imperialista y vendepatria.