La obscena verdad detrás de un AFAno PROfesional
Así de categórica fue la declaración del Presidente xeneize y operador macrista en el ámbito judicial. Ciclo terminado. Y nada más que agregar. Al menos de su parte. Lo cierto es que cualquier persona que se precie de tal condición puede olfatear que detrás de una determinación de este calibre hay algo –bastante- más (obsceno) por detrás.
Las cuestiones para tener en cuenta en relación a la salida del DT son varias. Una primera, que resulta casi incontrastable, es que futbolísticamente su boquita no demostró nada. Y si a eso le sumamos el nivel personal, las falencias se mantienen igual de expuestas: vasquito querido, creíamos que tenías los mismos “códigos” que nosotros, pero lamentablemente no hubo comunión posible; desde aquella noche, en que Uds. agredieron y una vez más -fieles a su historia- abandonaron, vos optaste por la pusilanimidad como refugio existencial.
Digámoslo de todos modos: está bien, la situación era insostenible. Sino ¿quién más hubiera podido esperar que semejante espíritu mediocre y timorato se aguantara la presión continua de sufrir en la vereda de enfrente a un gigante tal como el Muñeco Gallardo? Creo que ni siquiera una persona totalmente privada de sus capacidades mentales tendría capacidad para sostener semejante comparación. Tan solo un mentiroso -compulsivo y perverso- sería capaz no sólo de auto-convencerse de una virtual competencia entre ambos DT´s, sino de afirmar tal cosa en público. O, tal vez también, alguien más puede ser el INTERESADO en semejante engaño…
Si todo lo apuntado hasta aquí es cierto, ¿allí se acaban las razones de esta salida tan anunciada? No se trata justamente de toda la verdad. Sabemos que la gestión Arruabarrena tuvo la –GROTESCA- protección mediática de los socios de Macri (Grupo Clarín a la cabeza) desde el inicio de su gestión. Es que su función en boca coincidió tanto con un Mauricio que se jugaba la elección a nivel país, como así también con un dueño de bingos que aspiraba a la re-confirmación a cargo del club: pleno a ganador, amarillo por supuesto. Y no olvidar la frutilla del postre para esta operatoria de poder, tal como lo fue la instalación cuasi mitológica –y repulsiva- del humilde quebrador popular en el ideario social argentino. Para algunos, en esa lucha por hacerse de las riendas del país –y de su cuartel central xeneize- se agota la explicación del apuntalamiento y posterior “agotamiento” del ciclo Arruabarrena en boca.
Cosas, todas las recién citadas, que si bien son ciertas, todavía no están siendo capaces de aprehender lo más verdadero de la situación en su totalidad. Recuérdese con claridad lo que se nos decía apenas dos o tres meses atrás: boca era ridículamente proclamado a toda hora y en todo lugar como el auténtico “bicampeón” del fútbol argentino (¡otrora llamados “torneos de cabotaje”, je!). Apenas un puñado de partidos luego, tan pocos que alcanzan los dedos de la mano para contarlos, nos encontramos con la pura realidad: “Ciclo terminado”, y nada más que decir. “Salida” de un DT que hoy –y desde un buen tiempo para atrás- parecía ficha puesta para protagonizar una más de las tantas crónicas de una muerte tremendamente anunciada. ¿Qué más hay aquí en juego?
Primero, acordemos sobre lo ya dicho: mentirosos hay siempre. Y estos, por compulsión o placer perverso, habitan su propia nube de ridiculeces. El problema no son ellos. El problema son los otros, los INTERESADOS. El problema real son los que necesitaban que BOQUITA GANARA lo que fuera para limpiar la cara, para hacer valer los muchos millones de dólares que vienen “invirtiendo” como negocio en su nave insignia –como bien define actualmente al club xeneize el gran Sr. Riganti, entre otros-. Con su objetivo de máxima prioridad -la Copa- perdido había que GANAR algo COMO SEA. Si los torneos se ganaban con AFAno, no importaba. Y así fue. Una Copa Libertadores que, bien vale decir, fuera de todo calculo y contra todo tipo de INTERÉS / PODER enquistado en el país y la región, fue obtenido notablemente nada más ni nada menos que por River Plate. La presión por mostrar algún logro se potenció al infinito.
Lo de la Copa Argentina no merece, ni resiste, análisis alguno. Difícil encontrar un mejor ejemplo de robo a mano armada en el fútbol que ése. Pero todo siguió igual. Porque boquita era “bicampeón” argentino, como tenía que serlo. Y del torneo local tampoco es necesario hablar mucho: un autito chocador “inflado” llamado Carlitos, muchos arbitrajes de claro -y determinante- beneficio PROboca a lo largo del torneo, con mayor “desenfado” en las ultimas y claves 5-6 fechas. El ganador ya estaba designado de ante-mano. Y boca “bicampeón”. Sin legitimidad de ningún tipo: ni de juego, de fútbol, deportiva, para no hablar de ética o moral porque su historia ya delata su desconocimiento sobre el tema.
Por eso mismo el vasco no podía perder un solo partido. Porque NO HABÍA GANADO NADA. Los bosteros a su “bicampeonato”, como les gusta decir ahora, lo ganaron “por escritorio”. El mismo escritorio que usaron para entrar a la copa metiéndole la mano en el bolsillo a Vélez. O el mismo que usaron para que le bajen la sanción de TRES AÑOS de inhabilitación en torneos internacionales a 8 fechas sin público, y luego vía “amnistía” a DOS fechas de local sin público. Ese escritorio donde le robaron a Rosario Central la Copa Argentina, y donde se hicieron del torneo local a finales del 2015. El mismo por el que le armaron el fixture de la liga 2016 a domicilio, viajando una sola vez al interior del país en 14 fechas, y en el grupo ridículamente más accesible. Pero todo eso si que no importa: son los propios hinchas de boca pidiendo resignados –y aceptándola como un alivio interior inmenso- la salida del Vasco los que comprueban la falta de legitimidad propia del “bicampeón” argentino; son ellos los que denuncian en primera persona el obsceno robo con el que culminaron 2015.
La única manera para observar la situación verdadera de la salida del Vasquito es justamente esa, la de ponerse en la posición subjetiva -e implícita- desde la cual el propio hincha bostero vivió esa resolución: no demostraste absolutamente nada, no merecimos ni ganamos legítimamente nada salvo esa farsa del “bicampeonato”, que TODOS muy bien sabemos por dentro que fue comprada, y por eso no te podemos bancar perder ni un solo partido. No existe ninguna otra alternativa para poder comprender cómo un técnico actualmente “bi-campeon” se ve altamente cuestionado respecto de su continuidad mucho tiempo ANTES siquiera de jugar el primer partido de la temporada que comienza. Sencillamente no la hay. Y en este panorama, esos INTERESADOS -siempre bien ocultos, junto al poder- tomaron AHORA una decisión que deportivamente se venía decantando –incluso meses atrás- ante la vista de cualquier observador del fútbol nuestro de cada día, pero que sólo se sostuvo a fuerza de escritorios y operaciones de protección mediática.
Pero, para la gilada, simplemente, la salida del vasquito fue un natural “ciclo terminado”.