EL VIAJE DE LA SELECCION A SUDAFRICA
Bilardo no reservó los pasajes a tiempo y Diego puso el grito en el cielo
En la semana resurgió el conflicto entre ambos: el DT lo responsabiliza de que no haber asegurado los boletos para el viaje del plantel a Johannesburgo el 26, tal como pretendía. Desde la AFA, ante la urgencia, se hacen llamados a pasajeros del vueloen cuestión para intentar convencerlos de que cedan sus asientos en clase ejecutiva a los jugadores.
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No te sigo a todas partes adonde vas. El mánager y el técnico hace rato que no caminan a la par, algo que no le hace bien al Seleccionado.[/b]
ANDRES ELICECHE —Buenas tardes, señora, soy Carlos Bilardo. ¿Usted podría venderme su pasaje para que pueda viajar Lionel Messi en su asiento?
El pedido no es real, pero sí probable. Si usted, lector, tiene un boleto de South African Airways para viajar en clase ejecutiva a Johannesburgo el miércoles 26, sepa que su teléfono puede sonar. Es que a once días de la fecha que Maradona fijó para la partida hacia Sudáfrica, el asunto no está resuelto. Aunque parezca inverosímil, no lo es.
Llamen al doctor. El episodio es uno más en la saga interminable de desprolijidades que envuelven a la Selección nacional. Ahora, el que está en el centro de la escena es Carlos Bilardo; el mánager del equipo fue apuntado, una vez más, por el propio Maradona. La razón: no tener un plan B para activar ante la caída del amistoso en Dubai, inicialmente pautado para el 29 y fuera de programa debido a la falta de pago de los organizadores. El martes 4, antes del partido contra Haití en Cutral Co, el entrenador había disparado: “Me jode no jugar en Dubai, esto nos cambia los planes”. Tres días más tarde, Julio Grondona llegó a Ezeiza a explicarle los motivos de la cancelación, y entonces Maradona giró su mira hacia Bilardo.
El mánager, eje de conflictos varios con Diego en esta etapa, quedó al descubierto: ni siquiera había tomado la previsión de reservar pasajes hacia Sudáfrica como alternativa. Y recién el lunes, el doctor empezó sus gestiones, a 16 días del viaje. Una misión tan difícil como conseguir una entrevista con Nelson Mandela, a esta altura. Lo real es que, ante la imprevisión, Grondona lo hizo cargo a Bilardo del error, y el Narigón tuvo que marcar el número de Rotamund, la agencia de viajes oficial de la Selección. De allí salió una reunión con las autoridades en Argentina de South African Airways.
En la AFA ayer detallaban que el problema más grande es conseguir lugar en la aerolínea sudafricana para todos los jugadores en clase ejecutiva, la mejor, en el vuelo directo a Johannesburgo del 26. Ese compartimento del avión tiene 24 asientos y, hasta anoche, los acalorados movimientos de Bilardo habían conseguido 18 lugares. La misma fuente consignó también que las mencionadas gestiones incluían llamados a los dueños de los boletos, para convencerlos de cambiar de día y así permitir el despegue de la delegación argentina en la jornada prevista. Maradona dice que ningún anillo se le caerá por viajar en clase turista: su único pedido es que los 23 futbolistas vayan en ejecutiva. El resto, cuerpo técnico incluido, podría desparramarse en el resto de la nave.
Otra posibilidad es que el viaje se aplace para el 27 o 28. Y otra, que el viaje se haga el 26 pero por otra aerolínea, vía San Pablo, una escala que Maradona quisiera evitar. Para resolver la cuestión, a Bilardo lo ayudan Rubén Moschella (gerente administrativo de la AFA) y Alejandro Petti (gerente de Rotamund). Grondona hubiese preferido que ellos manejaran el tema de entrada, pero respetó el cargo del mánager. Hasta que lo que debió ser un detalle se convirtió en un problema grande.
Ahora, ¿por qué Maradona no cruzó públicamente a Bilardo? “Ya va a llegar ese momento, antes va a esperar que baje la tensión del affaire Basile”, pronostica, con sorna, un conocido de Grondona.
Gracias, pero no. La agenda de la Selección no sólo no tiene fecha definida de viaje: tampoco tendrá amistosos que reemplacen el de Dubai. El lunes llegó una carta a la AFA con el membrete de la Asociación de Fútbol de Sudáfrica, con una invitación formal para jugar contra Argentina en Ciudad de Cabo el lunes 31. Allí también quedaba registrado el permiso especial de la FIFA, ya que se estaría vulnerando el reglamento del Mundial –indica que no pueden jugarse partidos oficiales en el país anfitrión durante el mes previo a la competencia. Además del valor deportivo, el cruce iba a ser un ensayo general que la FIFA quería aprovechar. El cachet ofrecido a la AFA rondaba el millón de dólares: “Nos hubiese alcanzado para fletar un chárter y evitar este quilombo”, razonaba ayer un dirigente en la calle Viamonte. Pero no.
Enterado de la posibilidad, el técnico decidió rechazarla. ¿Como represalia porque no se jugará en Dubai, como él quería? ¿Para evitar a un posible rival de octavos de final? El hermetismo del núcleo maradoneano impidió llegar a una respuesta: una decena de veces durante la semana este diario intentó comunicarse con Fernando Molina, jefe de prensa del propio Maradona, pero no lo logró. Una nimiedad, es verdad, en comparación con otros desatinos que rodean a la estructura de la Selección.
—Le agradezco señor, pero no puedo cederle mi pasaje al chico Messi. Tengo un safari por el Parque Kruger programado para el 27.
La respuesta no es real, pero sí probable.
No se puede creer, ni una hacen bien estos impresentables.