4 de julio de 1996: Fallece Haydée Luján Martínez “La gorda Matosas”.
Era la líder de la parcialidad millonaria hasta el surgimiento de los barrabravas, quienes en las últimas décadas se adueñaron de las tribunas. Recibió este apodo por una ocasión en que el ex defensor uruguayo Roberto Matosas, símbolo del club en la década del 60’, le obsequió su camiseta, la cual utilizó en todas las ocasiones que acudió al estadio. El futbolista declaró en una nota a un periódico argentino que “era más famosa la Gorda Matosas que yo”, haciendo alusión a la importancia de este personaje en el mundo futbolístico de la época. Se caracterizaba por ser una mujer poco femenina, con modales groseros y un vocabulario pobre en elegancia.
Tenía su rinconcito en la San Martín baja, detrás del banco de los visitantes, donde podía calibrar mejor la mira de su ametralladora de puteadas. Fumaba como un sapo. Era una mina brava, grosera y, si se quiere, un insulto a la feminidad. Pero era libre y auténtica. Las hinchadas rivales la tomaban de punto y ella les contestaba cara a cara, con gestos indignos de una puritana, o dándoles la espalda y golpeándose la carnaza como diciendo “vengan que de a uno los atiendo”.
La “Gorda Matosas” marcó junto con su equivalente boquense La Raulito (sobre cuya vida se rodó una película) un antes y un después en la cultura futbolística del país, llamando la atención por sus poco femeninas características, motivo más que polémico en una época en la que las mujeres aún eran excluidas de este deporte, exponiéndose a los numerosos prejuicios a los que serían sometidas por ello.
Durante toda su vida se dedicó a vender lotería, motivo que le facilitaba seguir al club de sus amores en todas sus competencias. Sentía un gran rechazo hacia su eterno rival, Boca Juniors, y especialmente hacia Diego Armando Maradona, de quien decía que no era el mejor del mundo, y lo calificó de “porquería” cuando decidió firmar contrato con el club Xeneize en lugar de hacerlo para River. Siempre intentó alejarse de los medios, aunque siempre se sintió el rumor de que cobraba dinero para dar entrevistas.
Su simpatía por River comenzó cuando un día, siendo ella niña, su tío la llevó a ver un superclásico River-Boca. Luego de ver a ambos equipos, ella, poco entendida sobre el deporte aún, decidió elegir los colores que más le gustaron: el rojo y blanco de River Plate. A medida que fue creciendo su pasión aumentó y no pudo dejar de seguir a su equipo. Incluso una vez contó que de joven, estuvo a punto de casarse y decidió plantar a su novio cuando él le dijo que estaba todo bien con su fanatismo, pero una vez consumado el matrimonio debía olvidarse de ir a la cancha para ocuparse de la familia. De ahí su famosa frase “River es mi novio, mi amigo, mi amante y con eso tengo bastante”.
Pocos días antes de que River dispute la final de la Copa Libertadores de 1986, en la que se consagró campeón, una infección en los pulmones causada por su adicción al tabaco provocó que tuviera que ser internada. De todas formas, negándose a las recomendaciones de su médico, quien le aconsejó que no siguiera yendo a ver los partidos, no dejó de seguir al club hasta su muerte en el año 1996, poco antes de que River volviera a consagrarse campeón de América.
4 de julio de 1996: Fallece Haydée Luján Martínez “La gorda Matosas”.
Era la líder de la parcialidad millonaria hasta el surgimiento de los barrabravas, quienes en las últimas décadas se adueñaron de las tribunas. Recibió este apodo por una ocasión en que el ex defensor uruguayo Roberto Matosas, símbolo del club en la década del 60’, le obsequió su camiseta, la cual utilizó en todas las ocasiones que acudió al estadio. El futbolista declaró en una nota a un periódico argentino que “era más famosa la Gorda Matosas que yo”, haciendo alusión a la importancia de este personaje en el mundo futbolístico de la época. Se caracterizaba por ser una mujer poco femenina, con modales groseros y un vocabulario pobre en elegancia.
Tenía su rinconcito en la San Martín baja, detrás del banco de los visitantes, donde podía calibrar mejor la mira de su ametralladora de puteadas. Fumaba como un sapo. Era una mina brava, grosera y, si se quiere, un insulto a la feminidad. Pero era libre y auténtica. Las hinchadas rivales la tomaban de punto y ella les contestaba cara a cara, con gestos indignos de una puritana, o dándoles la espalda y golpeándose la carnaza como diciendo “vengan que de a uno los atiendo”.
La “Gorda Matosas” marcó junto con su equivalente boquense La Raulito (sobre cuya vida se rodó una película) un antes y un después en la cultura futbolística del país, llamando la atención por sus poco femeninas características, motivo más que polémico en una época en la que las mujeres aún eran excluidas de este deporte, exponiéndose a los numerosos prejuicios a los que serían sometidas por ello.
Durante toda su vida se dedicó a vender lotería, motivo que le facilitaba seguir al club de sus amores en todas sus competencias. Sentía un gran rechazo hacia su eterno rival, Boca Juniors, y especialmente hacia Diego Armando Maradona, de quien decía que no era el mejor del mundo, y lo calificó de “porquería” cuando decidió firmar contrato con el club Xeneize en lugar de hacerlo para River. Siempre intentó alejarse de los medios, aunque siempre se sintió el rumor de que cobraba dinero para dar entrevistas.
Su simpatía por River comenzó cuando un día, siendo ella niña, su tío la llevó a ver un superclásico River-Boca. Luego de ver a ambos equipos, ella, poco entendida sobre el deporte aún, decidió elegir los colores que más le gustaron: el rojo y blanco de River Plate. A medida que fue creciendo su pasión aumentó y no pudo dejar de seguir a su equipo. Incluso una vez contó que de joven, estuvo a punto de casarse y decidió plantar a su novio cuando él le dijo que estaba todo bien con su fanatismo, pero una vez consumado el matrimonio debía olvidarse de ir a la cancha para ocuparse de la familia. De ahí su famosa frase “River es mi novio, mi amigo, mi amante y con eso tengo bastante”.
Pocos días antes de que River dispute la final de la Copa Libertadores de 1986, en la que se consagró campeón, una infección en los pulmones causada por su adicción al tabaco provocó que tuviera que ser internada. De todas formas, negándose a las recomendaciones de su médico, quien le aconsejó que no siguiera yendo a ver los partidos, no dejó de seguir al club hasta su muerte en el año 1996, poco antes de que River volviera a consagrarse campeón de América.
Esta si era una BarraBrava, no como los cabeza de damajuana de hoy
:lol:
:lol::lol::lol::lol::lol:
Dios te tenga en la gloria, gordita querida.
Jaja que grande!
Creo que esa es la mejor foto de ella jajajajajaja!! Una grosa.
Que grande esta mina. Tenia más huevo que toda la barra de hoy. La quiero mucho por todo lo que leí de ella. Tkm gorda matosas.
“donde podía calibrar mejor la mira de su ametralladora de puteadas”
:lol::lol:
“River es mi novio, mi amigo, mi amante y con eso tengo bastante”
Que grande.