Los hinchas de River deberiamos aspirar kilos y kilos de poxiran hasta matar el 99% de nuestras neuronas para recién, idos de nosotros mismos, alienados de todo raciocinio y despojados de toda vergüenza podamos rebajarnos intelectualmente al nivel de Riquelme y los bosteros, sólo así podremos entenderlos en su falaz mitómana felicidad.
Sólo en ese momento podremos entender las sabias palabras de Angel David Comizzo “Yo los veo y pobrecitos”