Agrego este post porque veo que no se conoce mucho en Argentina respecto de Tim Maia.
Tim Maia (28/09/1942 - 15/03/1998)
Sebastião Rodrigues Maia, conocido como Tim Maia, fue un cantante y compositor que revolucionó la música brasileña, siendo poco conocido fuera de sus fronteras pero veneradísimo en Brasil, sobre todo en su Rio de Janeiro natal.
Tim Maia es uno de los máximos representantes de la movida musical en la región más pobre de Río de Janeiro, la Zona Norte, el Mr. Hyde urbano de la ciudad que el mundo conoce como la tarjeta postal extendida entre el Corcovado y el Pan de Azúcar. Junto con Ben y Roberto Carlos, Maia irrumpió en la escena de la música popular brasileña con la mala educación que sólo podía tener el penúltimo de 19 hermanos de una familia de la Zona Norte, un prodigio que a los 8 años ya componía sus primeros temas, a los 15 lideraba el grupo vocal Os Sputniks (con Roberto Carlos en sus filas) y a los 17 obtenía una beca para estudiar en Estados Unidos. Héroe de los que reúnen tantas virtudes como vicios, Maia fue deportado en 1963 porque lo pescaron fumando porro en un auto robado, y ya en Brasil se mudó a San Pablo para buscar el ambiente más propicio a la que sería su mayor creación: el estilo musical que transformaba los barrios bajos de Río en un escenario de nobleza soul, digno de James Brown, Otis Redding y Wilson Pickett.
Amparado por los entonces muy influyentes Os Mutantes, grabó sus primeros singles en 1968, y un año después sería invitado por el compositor, escritor y productor Nelson Motta para grabar “These Are the Songs” a dúo con la estrella ascendente del momento, una tal Elis Regina. “Su franqueza no le hubiera permitido sobrevivir en el mundo de hoy -recuerda hoy Motta, autor del libro Noites tropicais-; tenía un talento y una voz incomparables. Eso sí, su personalidad era difícil. Y siempre vivió de acuerdo a sí mismo, sin traicionarse jamás”.
Motta sabe lo que dice, no sólo porque investigó y estudió la vida de Maia para su biografía Vale tudo, sino también porque le tocó padecerlo en carne propia. Y es que una vez, a mediados de los años 80, el cantante llegó tres horas más tarde a un show que él había organizado en el club Noites Cariocas, ubicado en la cima del Pan de Azúcar. “Primero pidió que se le pagara el caché entero antes de presentarse. Y cuando cobró, se negó a subirse al teleférico que lo llevaba al Pan de Azúcar, porque decía que la altura le daba miedo”, apunta Motta. Para esa época, Maia bebía tres botellas de whisky por día, fumaba marihuana, tomaba cocaína y pasaba la mayoría de sus noches en compañía de prostitutas. Son célebres opiniones suyas como “Me propuse hacer una dieta rigurosa y no probé el alcohol, ni el azúcar, ni comidas grasas. En dos semanas perdí… 14 días”.
No era muy bien visto por sus actitudes, justamente, ya que Maia nunca ocultó (y siempre reconoció públicamente) su adicción al alcohol y la cocaína. Es por eso que los medios brasileros, con la red “O Globo” a la cabeza, boicotearon su carrera, negándose a darle difusión, pese a lo cual Maia triunfó y hasta llegó a crear su propio sello discográfico, llamado Seroma y luego Vitória Régia Discos.
Así era su vida desde su regreso a Brasil, y el único período en el que abrió un paréntesis sin excesos había ocurrido entre 1975 y 1976, años a los que pertenece el Racional vol. I. En el Brasil sincrético de donde surgen no pocas sectas, Maia creyó encontrar las razones de su sinrazón en la Cultura Racional pregonada por el gurú Manuel Jacinto Coelho. Según Coelho, la humanidad pertenece a la “energía racional”, contrapuesta a la energía magnética, que causaría los grandes males en la Tierra. Para recuperar el equilibrio original, el hombre debía regresar a las fuentes de la “energía racional”, explicitadas en el libro Universo em desencanto. Con esas ideas en la cabeza, donde también sobrevolaban explicaciones ultraterrenas para los desaguisados personales, Maia dejó las drogas y el trago, se unió a una sola mujer y cantó el elogio de la Cultura Racional en los que serían los discos más raros y también, los mejores de los suyos. Entre las melodías soul y el acento funk de la guitarra, en Racional Vol. I alerta: “Escuchen todos / nosotros venimos del Súper Mundo, mundo de la energía racional / y vivimos en el Anti Mundo, mundo de la energía animal / lean el libro, el libro de Dios / Universo em desencanto, y ahí van a ver la verdad”. Nunca antes se había bailado tanto en una secta.
Pero a fines de 1975, Maia encontró a Coelho con algunas mujeres que ya habían pasado por su cama (incluida la suya) y allí mismo sintió que su fe se le extinguía. Retiró los discos de circulación, volvió al trago, a las drogas y a las prostitutas y recién regresaría al éxito masivo con “Sossego” (1978), y junto a Gal Costa en el dúo de “Um dia de domingo” (1985). Racional Vol. I y Vol. II se convirtieron en objetos de culto. Y en 2007, músicos de la nueva generación como Rappin´Hood, Parteum y Mad Zoo reescribieron el primero de esos trabajos históricos en el logradísimo Racional Vol. I Remixado, donde el registro contemporáneo demuestra la modernidad de ese sonido. En marzo de 1998, tras subirse maltrecho a un escenario de Niterói, Maia murió víctima de una infección generalizada. Y años después, en enero de 2001, durante Rock in Rio III, Guns N´ Roses sorprendió al interpretar una versión rockera de “Sossego”. Hoy se lo puede recordar a través de los trabajos que quiso borrar del mapa, como si nunca hubieran existido. Su supervivencia deja en claro que los milagros prevalecen, aún cuando el propio artista sea incapaz de reconocerlos.
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