Thread para pegar noticias que uno no sabe dónde ponerlas

Bueno, no sabía donde pegarla así que bien puede venir acá

Las bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de Palermo

Las bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de Palermo
POR DARÍO CORONEL
Entre los negocios y los bares de moda se mezclan grupos de ladrones que se reúnen en las plazas Medrano, Palermo Viejo y Las Heras. Cada una tiene su historia de robos, crímenes y peleas.
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inseguridad, Palermo
10/02/13
Matías repite a cada rato que nadie creería que en algunas de las plazas de Palermo, rodeadas de comercios de moda, se han formado las peores bandas que actúan en el barrio. Que en uno de los sectores de la ciudad donde mejor cotiza el metro cuadrado, en el que las discotecas, los bares y los restó son “top”, también hay delincuentes, como en todos lados. Sólo que son menos visibles, resalta.

Históricamente siempre hubo tres grupos bien diferenciados en Palermo: los de la plaza Medrano, los de la plaza Palermo Viejo (“La Campaña”, en la jerga, por su nombre anterior) y los de la plaza Las Heras. Todas tienen su particularidad. Y los integrantes de cada una suelen pelear entre sí cuando se cruzan en algún penal.

Los de “Las Heras” (en avenida Las Heras y Coronel Díaz) tienen a muchos “niños bien” entre sus integrantes: hijos de padres profesionales y con estudios en colegios privados, que comenzaron robando a sus familiares. “Esos salían a bailar con 500 pesos que les daban los papás pero querían tener 1.500 para el boliche, por eso robaban. No les faltaba nada”, dice Matías, que es de Palermo y tiene cinco causas por robos a mano armada.

Junto con los de “Las Heras” paraba un grupo de adolescentes que vivía en una casa tomada de la zona. Todos convivían en la plaza: se juntaban a pasar las tardes y las noches. “Al principio los que ya andaban robando les decían a los pibes de plata que, si tenían una tía que tuviese ahorros, ellos podían asaltarla y después darles su astilla (una parte del botín, en la jerga). Empezaron así y después ellos hacían lo mismo con otros pibes más chicos, que habían conocido en colegios privados”, cuenta Matías. Los de este grupo, cuando caen detenidos, son los que peor la pasan: el resto de los presos les roba al darse cuenta de dónde vienen.

El integrante más nombrado de la banda se apoda “Polilla” y salió hace muy poco tiempo de la cárcel de Ezeiza, donde pasó más de diez años por el homicidio de un policía. En sus mejores tiempos, se caracterizaba por entrar a robar casas sin armas. Usaba sus puños, su fuerza; con eso le alcanzaba para dominar a cualquier víctima. Cuentan en Palermo que si tenía que hacer piquetes de ojo, apretar testículos o morder para reducir personas, lo hacía. Durante el tiempo en el que estuvo preso, su hermano lideró la banda.

En la ex plaza “Campaña del Desierto” (hoy Palermo Viejo, en Armenia y Costa Rica) siempre hubo lo que en la jerga se llama “narcochorros”: delincuentes que asaltan a transas (vendedores de droga) o que con dinero robado compran cocaína y se la entregan a otro para que la venda. “Esos robaban y compraban merca y le decían a pibes ‘buenitos’ que se pusieran a vender para ellos y que si los mandaban al frente con la Policía los iban a matar”, asegura Matías. Y también agrega que en esas amenazas participaban policías.

En “La Campaña” supieron parar algunos de la facción “Palermo” de la barra brava de River. Los más conocidos eran “Kevin”, “Los hermanos Vanegas” y “El Oveja Pintos”, quien acabó condenado a reclusión perpetua por el crimen del barra Gonzalo Acro. Los integrantes de esta banda tienen fama de tener a especialistas en salideras bancarias entre sus filas.

Otro hombre muy famoso en el ambiente es apodado con el nombre de un color. Nadie quiere dar datos concretos. Sólo le cuentan a Clarín que antes se dedicaba a la venta de drogas y que ahora se hizo ladrón. Y que “arregla” con la Policía muchos de sus hechos. Por eso entre los integrantes de las bandas de Palermo se comenta que el día en que sea detenido no saldría vivo. Ronda los 40 años, ha invertido bien el dinero de los robos, y a veces delinque con gente de un barrio de la zona sur.

La última banda es la de la Plaza Medrano (Medrano y Costa Rica) y es la que más integrantes perdió de manera violenta. Allí, donde hoy cientos de vecinos hacen distintas actividades físicas, se formó hace años una organización que originalmente tenía como especialidad única los robos a mano armada.

Atacaban comercios de Palermo, Almagro y Villa Crespo.

“El Guercio”, César y “Huguito” son algunos de los integrantes que murieron en hechos delictivos. Los dos últimos habían participado de un robo que terminó con la muerte de un policía federal y la detención de dos cómplices, que hoy cumplen condena en el penal del Chaco. César y “Huguito” zafaron de caer en ese episodio y fueron a robar juntos un local “Montagne”, en los alrededores del puente de Juan B. Justo (hoy cerrado). Terminaron mal: “Huguito” murió, y César logró escapar en el auto que había llegado. Eso le valió otro tipo de condena, en el ambiente: lo acusaron de “dejar morir a los compañeros” por escapar sin llevar a sus cómplices al hospital. Dicen que se fugó a la provincia de Buenos Aires. Que se integró a un nuevo grupo y que murió acribillado por un episodio similar. Había roto otra vez el mismo código: el de dejar a un compañero solo.

En la misma banda palermitana, el altercado entre dos amigos apodados “Teso” y “El Punga” terminó con otra muerte violenta. Eran amigos, de esos que pasan cada día juntos. La familia de “Teso” tenía un muy buen pasar económico. Los problemas comenzaron cuando su hijo probó la pasta base y no la pudo dejar. Una noche estaba con “El Punga” y, cuando se quedó sin droga, le pidió que le convidara. Terminó apuñalándolo.

Hoy de “Teso”, en Palermo, nadie sabe nada. Algunos dicen que está preso; otros, que en una granja para adictos. La mayoría, que la suya es apenas una historia más del Palermo que no se ve.

Me llamó la atención esta noticia jaja, la verdad es que a esas plazas las camino a veces de noche y las pintan en el diario como si fueran Bagdad (?). Floja fiesta se arma en la Campaña en año nuevo…

UN PELOTUDITO ESTA HACIENDO THREADS EN T! CON COMENTARIOS DE NUESTRO FORO, SI SEÑORES… ENTRA A TURIVER A PARA HACER THREADS “BOLUDEANDONOS”
Hinchas de River en el transcurso del partido de Boca: - Taringa!

Creo que hubiera ido bien en “Campo de juego”.

Thread para pegar noticias que uno no sabe dónde poner

no sabia donde ponerla y la concha de velgrano

Pero estás en el subforo de política y sociedad y esto es claramente de campo de juego. Bah, me parece…

Pense que era para cualquier tipo de noticias,al fin y al cabo me chupa 3 huevos, solamente queria mostrar como hay bosteros que hacen threads con nuestros comentarios.

Renunció el Papa a lo Bielsa, por falta de fuerzas (?).

Se sentía vacío :stuck_out_tongue:

ya hay como dos threads sobre el tema, me siento discriminado no puso ningún comentario mío.

Ah cierto que me le cagaba de risa aún cuando ganaron :lol:

Te bailó quilmes boludooooooooo :lol:

:lol: :lol: :lol: yo cuando empece a ver los comentarios y los users me cagaba de risa jkajajaja ni lei que comento el bosterito. Yo no figuro:mrgreen:

[quote=“Andy, post:181, topic:102645”]

Bueno, no sabía donde pegarla así que bien puede venir acáLas bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de PalermoLas bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de PalermoPOR DARÍO CORONELEntre los negocios y los bares de moda se mezclan grupos de ladrones que se reúnen en las plazas Medrano, Palermo Viejo y Las Heras. Cada una tiene su historia de robos, crímenes y peleas.COMPARTIRVotar0Email0 17ETIQUETASinseguridad, Palermo10/02/13Matías repite a cada rato que nadie creería que en algunas de las plazas de Palermo, rodeadas de comercios de moda, se han formado las peores bandas que actúan en el barrio. Que en uno de los sectores de la ciudad donde mejor cotiza el metro cuadrado, en el que las discotecas, los bares y los restó son “top”, también hay delincuentes, como en todos lados. Sólo que son menos visibles, resalta.Históricamente siempre hubo tres grupos bien diferenciados en Palermo: los de la plaza Medrano, los de la plaza Palermo Viejo (“La Campaña”, en la jerga, por su nombre anterior) y los de la plaza Las Heras. Todas tienen su particularidad. Y los integrantes de cada una suelen pelear entre sí cuando se cruzan en algún penal.Los de “Las Heras” (en avenida Las Heras y Coronel Díaz) tienen a muchos “niños bien” entre sus integrantes: hijos de padres profesionales y con estudios en colegios privados, que comenzaron robando a sus familiares. “Esos salían a bailar con 500 pesos que les daban los papás pero querían tener 1.500 para el boliche, por eso robaban. No les faltaba nada”, dice Matías, que es de Palermo y tiene cinco causas por robos a mano armada.Junto con los de “Las Heras” paraba un grupo de adolescentes que vivía en una casa tomada de la zona. Todos convivían en la plaza: se juntaban a pasar las tardes y las noches. “Al principio los que ya andaban robando les decían a los pibes de plata que, si tenían una tía que tuviese ahorros, ellos podían asaltarla y después darles su astilla (una parte del botín, en la jerga). Empezaron así y después ellos hacían lo mismo con otros pibes más chicos, que habían conocido en colegios privados”, cuenta Matías. Los de este grupo, cuando caen detenidos, son los que peor la pasan: el resto de los presos les roba al darse cuenta de dónde vienen.El integrante más nombrado de la banda se apoda “Polilla” y salió hace muy poco tiempo de la cárcel de Ezeiza, donde pasó más de diez años por el homicidio de un policía. En sus mejores tiempos, se caracterizaba por entrar a robar casas sin armas. Usaba sus puños, su fuerza; con eso le alcanzaba para dominar a cualquier víctima. Cuentan en Palermo que si tenía que hacer piquetes de ojo, apretar testículos o morder para reducir personas, lo hacía. Durante el tiempo en el que estuvo preso, su hermano lideró la banda.En la ex plaza “Campaña del Desierto” (hoy Palermo Viejo, en Armenia y Costa Rica) siempre hubo lo que en la jerga se llama “narcochorros”: delincuentes que asaltan a transas (vendedores de droga) o que con dinero robado compran cocaína y se la entregan a otro para que la venda. “Esos robaban y compraban merca y le decían a pibes ‘buenitos’ que se pusieran a vender para ellos y que si los mandaban al frente con la Policía los iban a matar”, asegura Matías. Y también agrega que en esas amenazas participaban policías.En “La Campaña” supieron parar algunos de la facción “Palermo” de la barra brava de River. Los más conocidos eran “Kevin”, “Los hermanos Vanegas” y “El Oveja Pintos”, quien acabó condenado a reclusión perpetua por el crimen del barra Gonzalo Acro. Los integrantes de esta banda tienen fama de tener a especialistas en salideras bancarias entre sus filas.Otro hombre muy famoso en el ambiente es apodado con el nombre de un color. Nadie quiere dar datos concretos. Sólo le cuentan a Clarín que antes se dedicaba a la venta de drogas y que ahora se hizo ladrón. Y que “arregla” con la Policía muchos de sus hechos. Por eso entre los integrantes de las bandas de Palermo se comenta que el día en que sea detenido no saldría vivo. Ronda los 40 años, ha invertido bien el dinero de los robos, y a veces delinque con gente de un barrio de la zona sur.La última banda es la de la Plaza Medrano (Medrano y Costa Rica) y es la que más integrantes perdió de manera violenta. Allí, donde hoy cientos de vecinos hacen distintas actividades físicas, se formó hace años una organización que originalmente tenía como especialidad única los robos a mano armada.Atacaban comercios de Palermo, Almagro y Villa Crespo.“El Guercio”, César y “Huguito” son algunos de los integrantes que murieron en hechos delictivos. Los dos últimos habían participado de un robo que terminó con la muerte de un policía federal y la detención de dos cómplices, que hoy cumplen condena en el penal del Chaco. César y “Huguito” zafaron de caer en ese episodio y fueron a robar juntos un local “Montagne”, en los alrededores del puente de Juan B. Justo (hoy cerrado). Terminaron mal: “Huguito” murió, y César logró escapar en el auto que había llegado. Eso le valió otro tipo de condena, en el ambiente: lo acusaron de “dejar morir a los compañeros” por escapar sin llevar a sus cómplices al hospital. Dicen que se fugó a la provincia de Buenos Aires. Que se integró a un nuevo grupo y que murió acribillado por un episodio similar. Había roto otra vez el mismo código: el de dejar a un compañero solo.En la misma banda palermitana, el altercado entre dos amigos apodados “Teso” y “El Punga” terminó con otra muerte violenta. Eran amigos, de esos que pasan cada día juntos. La familia de “Teso” tenía un muy buen pasar económico. Los problemas comenzaron cuando su hijo probó la pasta base y no la pudo dejar. Una noche estaba con “El Punga” y, cuando se quedó sin droga, le pidió que le convidara. Terminó apuñalándolo.Hoy de “Teso”, en Palermo, nadie sabe nada. Algunos dicen que está preso; otros, que en una granja para adictos. La mayoría, que la suya es apenas una historia más del Palermo que no se ve.Me llamó la atención esta noticia jaja, la verdad es que a esas plazas las camino a veces de noche y las pintan en el diario como si fueran Bagdad (?). Floja fiesta se arma en la Campaña en año nuevo.
[/QUOTE]Justo esas plazas no son Baghdad, pero caminá por Plaza Flores a la madrugada y decime…

---------- Mensaje unificado a las 18:23 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 18:23 ----------

[quote=“Andy, post:181, topic:102645”]

Bueno, no sabía donde pegarla así que bien puede venir acáLas bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de PalermoLas bandas de ladrones de las plazas, la otra cara de PalermoPOR DARÍO CORONELEntre los negocios y los bares de moda se mezclan grupos de ladrones que se reúnen en las plazas Medrano, Palermo Viejo y Las Heras. Cada una tiene su historia de robos, crímenes y peleas.COMPARTIRVotar0Email0 17ETIQUETASinseguridad, Palermo10/02/13Matías repite a cada rato que nadie creería que en algunas de las plazas de Palermo, rodeadas de comercios de moda, se han formado las peores bandas que actúan en el barrio. Que en uno de los sectores de la ciudad donde mejor cotiza el metro cuadrado, en el que las discotecas, los bares y los restó son “top”, también hay delincuentes, como en todos lados. Sólo que son menos visibles, resalta.Históricamente siempre hubo tres grupos bien diferenciados en Palermo: los de la plaza Medrano, los de la plaza Palermo Viejo (“La Campaña”, en la jerga, por su nombre anterior) y los de la plaza Las Heras. Todas tienen su particularidad. Y los integrantes de cada una suelen pelear entre sí cuando se cruzan en algún penal.Los de “Las Heras” (en avenida Las Heras y Coronel Díaz) tienen a muchos “niños bien” entre sus integrantes: hijos de padres profesionales y con estudios en colegios privados, que comenzaron robando a sus familiares. “Esos salían a bailar con 500 pesos que les daban los papás pero querían tener 1.500 para el boliche, por eso robaban. No les faltaba nada”, dice Matías, que es de Palermo y tiene cinco causas por robos a mano armada.Junto con los de “Las Heras” paraba un grupo de adolescentes que vivía en una casa tomada de la zona. Todos convivían en la plaza: se juntaban a pasar las tardes y las noches. “Al principio los que ya andaban robando les decían a los pibes de plata que, si tenían una tía que tuviese ahorros, ellos podían asaltarla y después darles su astilla (una parte del botín, en la jerga). Empezaron así y después ellos hacían lo mismo con otros pibes más chicos, que habían conocido en colegios privados”, cuenta Matías. Los de este grupo, cuando caen detenidos, son los que peor la pasan: el resto de los presos les roba al darse cuenta de dónde vienen.El integrante más nombrado de la banda se apoda “Polilla” y salió hace muy poco tiempo de la cárcel de Ezeiza, donde pasó más de diez años por el homicidio de un policía. En sus mejores tiempos, se caracterizaba por entrar a robar casas sin armas. Usaba sus puños, su fuerza; con eso le alcanzaba para dominar a cualquier víctima. Cuentan en Palermo que si tenía que hacer piquetes de ojo, apretar testículos o morder para reducir personas, lo hacía. Durante el tiempo en el que estuvo preso, su hermano lideró la banda.En la ex plaza “Campaña del Desierto” (hoy Palermo Viejo, en Armenia y Costa Rica) siempre hubo lo que en la jerga se llama “narcochorros”: delincuentes que asaltan a transas (vendedores de droga) o que con dinero robado compran cocaína y se la entregan a otro para que la venda. “Esos robaban y compraban merca y le decían a pibes ‘buenitos’ que se pusieran a vender para ellos y que si los mandaban al frente con la Policía los iban a matar”, asegura Matías. Y también agrega que en esas amenazas participaban policías.En “La Campaña” supieron parar algunos de la facción “Palermo” de la barra brava de River. Los más conocidos eran “Kevin”, “Los hermanos Vanegas” y “El Oveja Pintos”, quien acabó condenado a reclusión perpetua por el crimen del barra Gonzalo Acro. Los integrantes de esta banda tienen fama de tener a especialistas en salideras bancarias entre sus filas.Otro hombre muy famoso en el ambiente es apodado con el nombre de un color. Nadie quiere dar datos concretos. Sólo le cuentan a Clarín que antes se dedicaba a la venta de drogas y que ahora se hizo ladrón. Y que “arregla” con la Policía muchos de sus hechos. Por eso entre los integrantes de las bandas de Palermo se comenta que el día en que sea detenido no saldría vivo. Ronda los 40 años, ha invertido bien el dinero de los robos, y a veces delinque con gente de un barrio de la zona sur.La última banda es la de la Plaza Medrano (Medrano y Costa Rica) y es la que más integrantes perdió de manera violenta. Allí, donde hoy cientos de vecinos hacen distintas actividades físicas, se formó hace años una organización que originalmente tenía como especialidad única los robos a mano armada.Atacaban comercios de Palermo, Almagro y Villa Crespo.“El Guercio”, César y “Huguito” son algunos de los integrantes que murieron en hechos delictivos. Los dos últimos habían participado de un robo que terminó con la muerte de un policía federal y la detención de dos cómplices, que hoy cumplen condena en el penal del Chaco. César y “Huguito” zafaron de caer en ese episodio y fueron a robar juntos un local “Montagne”, en los alrededores del puente de Juan B. Justo (hoy cerrado). Terminaron mal: “Huguito” murió, y César logró escapar en el auto que había llegado. Eso le valió otro tipo de condena, en el ambiente: lo acusaron de “dejar morir a los compañeros” por escapar sin llevar a sus cómplices al hospital. Dicen que se fugó a la provincia de Buenos Aires. Que se integró a un nuevo grupo y que murió acribillado por un episodio similar. Había roto otra vez el mismo código: el de dejar a un compañero solo.En la misma banda palermitana, el altercado entre dos amigos apodados “Teso” y “El Punga” terminó con otra muerte violenta. Eran amigos, de esos que pasan cada día juntos. La familia de “Teso” tenía un muy buen pasar económico. Los problemas comenzaron cuando su hijo probó la pasta base y no la pudo dejar. Una noche estaba con “El Punga” y, cuando se quedó sin droga, le pidió que le convidara. Terminó apuñalándolo.Hoy de “Teso”, en Palermo, nadie sabe nada. Algunos dicen que está preso; otros, que en una granja para adictos. La mayoría, que la suya es apenas una historia más del Palermo que no se ve.Me llamó la atención esta noticia jaja, la verdad es que a esas plazas las camino a veces de noche y las pintan en el diario como si fueran Bagdad (?). Floja fiesta se arma en la Campaña en año nuevo.
[/QUOTE]Justo esas plazas no son Baghdad, pero caminá por Plaza Flores a la madrugada y decime…

Rockeros bonitos, edukaditos

El Estado y el Rock and Roll

Fiel a su ‘discreción’, el Indio Solari -a través de un mensaje de texto- saludó a Aníbal Fernández y a Cristina Fernández de Kirchner. “Toda mi vida acepté, a regañadientes, que la valentía era un recurso temporario de los jóvenes. Acercale a la señora Presidenta, si no implica molestarla, mi respeto por su templanza y su firme determinación juvenil. Para vos, un abrazo con buenos presagios”. Inmediatamente, los medios oficialistas levantaron la noticia como otro de los grandes triunfos del kirchnerismo en su estoica batalla cultural.

A simple vista, uno podría tomarlo como un simple posicionamiento político personal de un rockero, sólo que esta vez lo personal y el rock and roll quedaron en un segundo plano frente a un fenómeno que, día a día, se repite en nuestro bendito rock nacional: la cooptación estatal.

Quiero votar un presidente
La llamada estatización del rock no es un fenómeno exclusivo del kirchnerismo. Como primeros antecedentes, tenemos el festival pro-bélico de la solidaridad latinoamericana en la guerra de Malvinas, el cual contó con una cantidad de medios y difusión inaudita para la época, el cual terminó siendo una estafa tanto para los jóvenes, como para los conscriptos que esperaban las donaciones.

Tras el fin de la dictadura, en plena “primavera democrática” de 1984, el gobierno de Alfonsín organizó en Barrancas de Belgrano y en La Falda (Córdoba) recitales gratuitos para festejar el fin del estado de sitio. Eso, hasta que Félix Luna asumió como secretario de Cultura de la municipalidad de Buenos Aires y los suspendió, con la excusa de que “excitan mucho al público y provocan actos de violencia”.

En plena hiperinflación, el candidato por la UCR Eduardo Angeloz salió de gira proselitista con los Ratones Paranoicos, Spinetta, La Torre, ManRay, Virus, Melero, Baglietto y Los Pericos, e hizo su cierre de campaña con un acto-show en el estadio de Ferro con Charly García. A su principal contrincante, Carlos Menem, le bastó un festival en La Boca junto a Los Auténticos Decadentes y Memphis para triunfar en las elecciones presidenciales de 1989.

La tribu de tu calle, la banda de mi calle
Llegados los 90, vuelve a suceder en la juventud un fenómeno similar ocurrido en la dictadura militar: la construcción de la identidad de la juventud a través de la cultura del rock frente al ajuste menemista y la superficialidad de “la pizza con el champagne”, donde la misma se proyecta en las tribus urbanas a través de un concepto tan amplio como firme: el ‘aguante’.

Estas tribus junto al viejo circuito del under, los festivales, las discográficas independientes y fanzines, por un lado, y la convertibilidad del ‘1 a 1’, que abrió las aduana a grandes bandas de rock y a otras de culto, fueron los que nutrieron la mística de la escena rockera de los 90.

Es en este marco donde los Redondos comienzan a pisar fuerte. Los debates ‘filosóficos’ sobre el significado de las letras y la ‘militancia ricotera’ de seguir a la banda a cualquier punto del país fueron generando una cultura popular del rock en el conurbano.

Pero la muerte de Walter Bulacio marcaría un antes y un después: la negación de la banda a participar en las movilizaciones que la juventud encaró contra el gatillo fácil y las razias generaría una reticencia en su histórico público, donde -entre tanta poesía antisistema- el único mensaje claro, repetido en cada recital, que recibía, fue que “cada uno debe cuidar su culito”, una manera liberal de plantear el problema de la represión estatal hacia los jóvenes. Contradictoriamente, la exposición mediática los llevaría a la popularidad entre esa misma juventud. La transformación de los recitales de los Redondos en algo tabú fue, junto a su mística antisistema y su independencia a las grandes discográficas, lo que sedujo a muchos jóvenes.

Vencedores vencidos
Los tiempos cambiaron. La industria del arte, el fin del disco como negocio capitalista y Cromañón se encargaron que los 90 quedaran como un romántico recuerdo de ese “aguante”. Las productoras y discográficas independientes desaparecieron como cualquier cooperativa de trabajo obligada a competir con el gran capital, llevando a la autoexplotación del músico para conseguir una sala, un club para tocar o grabar un demo. Los Redondos se separaron, el under sucumbió y el “fuegos de octubre” se terminaron de extinguir en las diferentes declaraciones del Indio Solari en apoyo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. No es que se esté impugnando a un artista por sus posicionamientos políticos en sí, sino la actitud de éste al usufructuar, en nombre de la juventud, una imagen y una mística ganada en ella en favor de un gobierno que no ha resuelto sus reivindicaciones. La precarización laboral, la liberación de zonas por parte de la policía, el gatillo fácil, la desaparición forzosa y la trata de mujeres son una realidad que choca con la imagen “piola” del ricotero Aníbal Fernández, interlocutor del famoso SMS, el mismo que reivindicó el accionar de la policía en la masacre de Puente Pueyrredón y en el asesinato de Mariano Ferreyra.

La cooptación del Rock por parte del Estado termina, así, lejos de ser la expresión de un gobierno interesado en construir canales de diálogo con los jóvenes. Nadie puede pensar que los desfiles oficiales de Ronald Reagan junto a Michael Jackson, la fotografía de Videla junto a Freddy Mercury o el pasado rockero de Tony Blair o Clinton pueden eclipsar todo los que estos personajes significaron.

De regreso a Octubre
Paralelamente a esto, otro fenómeno, aún incipiente y en crecimiento -pero prometedor-, ha sido el de las bandas que, habiendo algunas sido parte del viejo under noventoso, fueron mucho más allá de ese espíritu y se han volcado a tomar posiciones políticas y solidarizarse con las luchas populares de los últimos años, no como un fetiche estético e ideologista en sí, sino como una necesidad de los rockeros de asumir la crisis de los espacios para tocar y el apetito voraz de las mega productoras organizándose.

Con el precedente, entre otras, de organizaciones como el MUR (Músicos Unidos por el Rock), una serie de bandas comenzaron a cuestionar el sombrío escenario que Cromañón había dejado para el rock nacional.

La lucha por justicia para Mariano Ferreyra y la conformación del Frente de Izquierda fueron la génesis para que muchas bandas, inclusive varias de renombre, comenzaran a comprender esta necesidad.

Grupos y músicos como Mikel de Kapanga, Ciro Pertusi de Jauría, Cadena Perpetua, Salta la Banca, La Perra que los Parió, Dante Spinetta y, obviamente, Las Manos de Filippi, entre otras, fueron el puntapié de toda una movida para que el rock también tenga una opinión y un posicionamiento frente a las convulsiones políticas que el país vivió en los últimos años. El estudiantazo, el crimen de Mariano Ferreyra, la lucha de los Qom, la megaminería y el ajuste a los trabajadores, así como los propios reclamos gremiales de los músicos, son hoy los nuevos pretextos para que el rock nacional pueda recobrar aquella mística, aquel aguante.

Unos días antes del mensaje a Cristina, hubo otro mensaje del Indio Solari: a un sitio web llamado “Redonditos de abajo”, donde el saludaba a sus fans y daba adelantos de su próximo disco para 2013, “El delito americano”.

Una semana más tarde, el turno terminó siendo para los “Redonditos de arriba”.

Rockeros bonitos, edukaditos : Prensa Obrera 1256 – 07/02/13

O sea, las bandas de rock que apoyan al PO son respetables y lo hacen por convicción, y las bandas de rock que apoyan al kirchnerismo son cooptadas y lo hacen por plata, esa es la idea ?

Me parece que Beatle tiene razón en esta… Dentro del FPV hay demasiada guita dando vueltas y uno a ciencia cierta no sabe si son convencidos u oportunistas… Pero dentro del PO hay mucha menos guita y no creo que larguen unos pesos al rock…

No entendiste la nota. El compañero que escribió la nota describe como a lo largo de los años de la historia argentina los gobiernos utilizaron a las bandas de rock de moda politicamente para cooptar a una gran parte de la juventud y como estas bandas que eran tan rebeldes y revolucionarias les sirvieron de forro a los distintos gobiernos de turno.

Claro, por un momento pensé que los artistas podían tener una opinión propia, que iluso que fuí.

En definitiva uno nunca puede saber que moviliza a cada persona. Si es por guita, poder o convicciones. Pero cuando te posicionas por fuera del paradigma vigente, sabes que no vas a conseguir ni guita ni poder, sólo quedan las convicciones. En cambio, cuando uno se encolumna detrás del poder oficial, no se puede descartar ninguna de las tres y ahí es donde pueden surgir las dudas.

Se puede denunciar a tu jefe para que le caiga la afip y le rompan el orto?

Que informe más miope y tuerto (bueh, la trosqueada nunca te decepciona). Este gobierno apareció tímidamente con un 22% de voluntad popular. Con gestión y decisión política hizo que la sociedad adhiriera y los jóvenes no fueron la excepción ¿de qué cooptación hablan? ¿tan pelotudos consideran a la juventud o acaso los pendejos cogenunca de la ujs son los guríes iluminados incorruptibles?

Por qué descartás que uno pueda encolumnarse por dinero detrás del poder opositor ?