Sólo descendió Jota Jota López
[RIGHT]Por Claudio Mauri
28 de Febrero de 2012 - 01:07[/RIGHT]
Cuando el fútbol se aleja perniciosamente de su esencia colectiva, de su condición de deporte que socializa las responsabilidades dentro de un grupo, corre el riesgo de caer en la simplificación del juicio sumarísimo individual.
Hay casos de flagrante crueldad. Uno de ellos fue el que padeció el arquero brasileño Moacyr Barbosa. Nadie más que él perdió la final del Mundial 1950, en el célebre Maracanazo, cuando opuso una débil resistencia al gol de Gigghia que significó el triunfo 2 a 1 de Uruguay. Barbosa cargó con esa culpa y condena por el resto de sus días. El escritor mexicano Juan Villoro lo describió como “el hombre que murió dos veces”, ya que entre 1950 y 2000, el año de su fallecimiento, vivió su primera crucifixión. El propio Barbosa, en 1993, se animó a pedir clemencia: “En Brasil, la pena mayor para un crimen es de 30 años. Yo llevo 43 pagando un crimen que no cometí”.
El paisaje que se deja ver en River ocho meses después de dar con sus huesos en la B Nacional permite hacer una reubicación actual de los que fueron protagonistas del descenso. El repaso indica que nadie salió más escaldado que Jota Jota López. Mal que bien, la mayoría está rehaciendo su carrera y limpiando el prontuario, pero al técnico no le quedó otro camino que aislarse para no sucumbir a un repudio masivo, que lo eligió como el culpable más visible.
Para casi todos hubo vida después del descenso, lo cual es razonable porque lo contrario sería desmentir aquello de que el fútbol siempre da revancha… menos para el Negro López, al menos hasta ahora. Quizá quienes menos se merecieran una nueva oportunidad eran el presidente Passarella y su comisión directiva. Ya no tanto por el fracaso deportivo, sino por haber orquestado el aberrante apriete al árbitro Pezzotta en el entretiempo del partido.
Pavone falló el penal contra Belgrano, pero en Lanús renueva sus credenciales de goleador. Carrizo volvió a Europa para enderezar su zigzagueante trayectoria. Y hasta Arano, que contra Belgrano fue incapaz de dar un pase de dos metros a un compañero, todavía tiene cabida en el plantel.
Para Jota Jota sólo quedaron el escarnio y el destierro. Apenas hace unos días se conoció la posibilidad de que dirigiera en Racing de Olavarría (Argentino A), pero no prosperó. Recluido, se hizo oír por primera y única vez en enero, en un programa televisivo en el que eludió una autocrítica que le valió pasar un mal rato cuando se cruzó con hinchas en las playas marplatenses.
Así como las hazañas se personalizan en un héroe, las catástrofes se resumen en un chivo expiatorio. Con toda la injusticia del caso, en River sólo descendió Jota Jota López.
[RIGHT]cmauri@lanacion.com.ar [/RIGHT]
Fuente: Canchallena.com
Lo puse acá porque me parece algo interesante para hablar. Passarella y toda su comisión siguen en el club como si no pasara nada, Arano y Juan Manuel Díaz siguen siendo titulares (sino juega uno, juega el otro)… Y el que parece terminar siendo el mas y/o el único perjudicado es JJ. Sin tener en cuenta lo que piensen sobre él es algo para pensar esto.