El presidente Donald Trump firmó el miércoles una orden ejecutiva que cancelará las visas y deportaría a los estudiantes extranjeros que hayan participado de protestas contra el genocidio en Gaza. En la campaña presidencial, Trump dejó claro que se dirigiría a los defensores de Palestina como parte de su vasto plan de deportación. “Si me reelegís, vamos a hacer retroceder ese movimiento 25 o 30 años”, dijo a un grupo de donantes proisraelíes el pasado mes de mayo.
Durante 2024, más de un centenar de universidades norteamericanas se levantaron en apoyo al pueblo palestino, con asambleas y acampes que fueron brutalmente reprimidos por la policía y, en algunos casos, por bandas sionistas.
Muchos estudiantes fueron suspendidos y una comisión investigadora de la bancada republicana, al servicio del poderoso lobby sionista, precipitó la renuncia de las presidentas de varias universidades por considerar que habían sido tolerantes con las protestas, incluso fueron acusadas de antisemitas.
Las organizaciones proisraelíes llevan años presionando a las universidades para que tomen medidas enérgicas contra el activismo palestino, pero han aumentado drásticamente sus esfuerzos durante el genocidio.
La organización sionista Betar creó una lista de estudiantes extranjeros involucrados en las protestas de Gaza con la esperanza de que la administración Trump los deportara. “Hemos empezado a elaborar listas de extranjeros que odian a los judíos con visados y que apoyan a Hamás”, se jactó Ross Glick, director de la sección estadounidense de la organización.
En una hoja informativa de la Casa Blanca, Trump ha prometido: “A todos los extranjeros residentes que se unieron a las protestas proyihadistas, les avisamos: los encontraremos y los deportaremos” y que cancerará “rápidamente los visados de estudiante de todos los simpatizantes de Hamás en los campus universitarios, que se han visto infestados de radicalismo como nunca antes”.
La orden de Trump “promueve la falsa premisa de que los judíos e Israel son una sola entidad. Los judíos tenemos muchas opiniones sobre Israel y Palestina, y las protestas en los campus universitarios han incluido y siguen incluyendo a muchos participantes judíos”, puntualizó Jamie Beran, director del grupo judío progresista Bend the Arc.
La orden ejecutiva instruye al Departamento de Justicia a “perseguir agresivamente las amenazas terroristas, los incendios provocados, el vandalismo y la violencia contra los judíos estadounidenses» y «toma medidas contundentes y sin precedentes para reunir todos los recursos federales para combatir la explosión de antisemitismo en nuestros campus y en nuestras calles desde el 7 de octubre de 2023”. (Mondoweiss 30/1)
Se trata de justificar la represión apelando a la mentira: las estadísticas del Datos sobre Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED) revelaron que el 97 % de 553 protestas en los campus universitarios de EE. UU. por la violencia en Gaza habían sido pacíficas. Y el 70 por ciento de las “no pacíficas” fueron defensivas ante el asalto de la policía a los campamentos (www.huffpost.com 29/1)
“Apoyamos a los estudiantes que protestan y que tan valientemente arriesgan sus cuerpos y sus carreras académicas para salvar vidas y exigir el fin de la destrucción de Gaza por parte del ejército israelí. Como judíos, nos negamos a ser peones en la toma autoritaria del poder de la extrema derecha”, dijo la directora de Jewish Voice for Peace (JVP), Stefanie Fox. “A Trump y sus compinches no les importa la seguridad de los judíos; de hecho, ellos y los nacionalistas blancos que los apoyan son la mayor amenaza para los judíos estadounidenses. Están llevando a cabo una campaña contra todos los que son lo suficientemente valientes como para desafiar su poder”.
En su primer día en el cargo, Trump había firmado una primera orden ejecutiva, «Prohibición Musulmana», que ordenaba confeccionar una lista de países “para los que la información de investigación y selección es tan deficiente que justifica una suspensión parcial o total de la admisión de nacionales de esos países”. Más claro, cerrarles el ingreso a Estados Unidos.