JUAN RAMON CARRASCO Y SU RECETA DEL FUTBOL"Muero con los chiquitos, los habilidosos y los rápidos"El ex River y Racing se jacta de que sus equipos juegan con un 10 y tres delanteros. Así, su River de Montevideo es la sensación del torneo uruguayo. Y, con los goles como aliado, dice que le encantaría que lo llamaran del de Núñez. RICARDO GOTTA | [u]rgotta@ole.com.ar[/u]
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“Encajaría perfecto en el fútbol argentino”.
Cuando hacen encuestas, acá en Uruguay, gano por muerte. Dejé secuelas. Todo el mundo dice: la mejor selección que vio jugar es la de Carrasco". La soberbia se disimula cuando coincide con la realidad. “JR fue lo mejor que le pudo pasar al fútbol uruguayo”, le dijo a este cronista, un viejo tallado por la historia. Detenía su razonamiento en que a pesar del resonante estallido con que fue expulsado de la Celeste, marcó el estigma de un cambio que sopla en la selección y que él empuja, ahora, desde la humildad prepotente de su River. El de El Prado de Montevideo, el que gana, gusta y golea, el de una hinchada tan escasa como tranquila. El que va puntero sobre Peñarol y Nacional. -¿Cuál es tu secreto?
-Tengo muchísimas variantes de ataque. La mayoría practica pelota quieta. Yo, jugadas en situaciones de juego, en velocidad. Elijo jugadores rápidos, bien dotados técnicamente: les sumo funcionamiento colectivo. Práctico mucho. Horas y horas. Jugadas por derecha, izquierda. Siempre juego con tres puntas y un 10. También tengo jugadas con el volante mixto. Presionan mucho y defienden con la pelota.
-Rompiste con el estigma que los técnicos líricos no trabajan.
-Mi equipo tiene mucha memoria con la pelota. En eso debe apoyarse el jugador. Discrepo con los que trabajan horas y horas en lo defensivo. Yo trabajo muchísimo con el ataque. Todos mis equipos tienen un promedio altísimo de gol. Para mí no existe aquello de que el jugador es el que decide adentro. Decide lo que vos le enseñás. Así el jugador nunca se aburre. Siempre estoy dándole jugadas diferentes. Hasta cuando el pase es interceptado. Cada jugador tiene un panorama. La automatización viene con trabajo.
-Entonces, tenés un equipo muy mecanizado.
-Al revés. De una jugada salen cinco, seis… Todas con definiciones al gol. Mirá, yo tuve oportunidad de hablar con muchos jugadores en Argentina y en Europa. No se trabaja en ofensiva, o se trabaja poco. Lo hablé con el Chino (Recoba), Forlán, Chevantón… Se deja liberado a que el jugador invente, a la contra, o el centro al 9. Conmigo no existe el centro: hacemos jugadas con centro pase.
-Vos no jugabas así.
-No te creas. Al 9, siempre le decía, cuando yo la tenga, mirame que te la paso larga o hacemos la pared… No te olvides de que estoy dirigiendo River. Jugadores jovencitos, que hace cuatro meses jugaban en Tercera. Y otros que no habían explotado. Si terminaran todas en gol… jaja.
-Ya no te hacen tantos.
-Por mi hijo Juan Carlos: él tiene la responsabilidad de trabajar la defensa.
-¿Te sentís en contra de la corriente?
-Todos mis equipos fueron protagonistas. Siempre prometí jugar bien y que mis equipos sean goleadores. Son las mochilas que me encanta ponerme. -Vos querés ir a Europa. Vas a chocar mucho.
-El europeo es un fútbol muy dinámico pero repetido. Buscaré jugadores con buena técnica y que se la sepan pasar…
-Juegan sin enganche…
-… Y tampoco con tres puntas. Pero es lo que a mí se me hace más fácil. Lo voy a imponer. No es que vaya contra la corriente. Muchos meten tres puntas por obligación, cuando están ahogándose. Yo lo hago por convicción. No hay otro técnico como yo… Por ahí, Gorosito, o Bielsa.
-¿Harías en Argentina lo que hacés en el River uruguayo?
-En cualquier lado. Siempre tuve aspiraciones de dirigir en el fútbol argentino…
-¿Cambiarías un River por otro?
-Jugué en River y en Racing. Tengo un recuerdo maravilloso. La gente me quiere muchísimo. Mucha química. Y tengo un hijo en Villa Carlos Paz…
-No me respondiste.
-Me encantaría. Sí, me encantaría dirigir en la Argentina… Una vez me llamó alguien que dijo ser de River, cuando se fue Passarella. Encajaría perfecto. El fútbol argentino, colectivamente, es uno de los más lindo para ver. River está acostumbrado a un buen trato de pelota, a ganar jugando bien.
-Simeone tiene un aura de técnico ofensivo.
-Está tratando de acomodarse a la exigencia. Lo veo cada vez más protagonista. River tiene historia de un fútbol vertical, dinámico, mágico…
-Como vos.
-Mis equipos avalan mi discurso. Hay muchos técnicos que dicen que son ofensivos, que sus equipos juegan bien. No quiero ser soberbio. Mis equipos hablan por mí.
-¿Irías a Racing?
-Sé que la gente me quiere, pero…
-¿Qué jugadores argentinos te gustan?
-Todos pueden ser flor de jugadores. Depende del técnico que los dirija: Bastía puede ser un flor de jugador para Griguol, por ejemplo. Pero a mí me gusta Verón. Como Messi, Agüero. Para mí son titulares en la Selección. Messi debía haber jugado contra Alemania. Yo muero con los chiquitos, los habilidosos y los rápidos.
-Como Buonanotte, Ortega, Alexis Sánchez.
-Jaja… Sí, mis jugadores no van al choque, sí a jugar a la pelota. Con variantes. Acá, en Uruguay, me achacaban que River mataba de contragolpe. Les digo que miren la tabla de goleadores. Mis jugadores tienen tan claro las jugadas que deciden rápido. Te matan por velocidad.
-¿Y la garra uruguaya? Vos la combinabas con mucho talento.
-Mis jugadores están preparados para brindarse al 100% para el espectáculo y al juego, los 90 minutos. Tienen tareas de las que no se pueden quitar ni por los elogios, ni críticas, ni patadas de los rivales, ni manoseos… No discuten, no hacen tiempo. No se pueden distraer en nada que no sea jugar. Nuestra garra es querer la pelota y hacer más goles…
-Con esa idea no pudiste seguir en la Celeste.
-Ahora hay una corriente de técnicos que quieren jugar mejor y a ganar, y no a no perder. A Tabárez lo veo bastante bien. Es profesional, merece respeto y admiración. Me ilusiona que pueda llegar al Mundial. El partido con Brasil se jugó bastante bien, ésa es la idea.
-Basile no te produce la misma admiración…
-Es un técnico con buen ojo, motivador. En el fútbol no hay una sola verdad.
-¿Como el Labruna que te dirigió en River?
-Sí… Descansaba en las individualidades y dependía de que no le fallaran…
-Ese River jugaba bien.
-Era impresionante. ¡Jota Jota López! Es el jugador que me encanta: marca, le pega a la pelota, mete pases gol, transmite, llega al área. Ahí jugué con Ramón Díaz. Hicimos destrozos, goles de todos los colores. De no haber tenido adelante a Alonso, yo hubiese sido un ídolo inolvidable. Siempre tuve mucha personalidad y si quería jugar, no podía callarme. Además la gente me pedía… Pero para Labruna, el Beto era el ídolo.
-¿Si un jugador tuyo te hace un planteo así?
-Conmigo juega el funcionamiento. No juega el nombre. Hay técnicos con los que juega el nombre, la cédula, la edad.
-¿Quién fue tu mejor DT?
-El profe De León. Un mito, el que cambió la historia con el Defensor 76. Lo mataron con la chapa de ser defensivo pero no… También Miguel Ignomiriello. Y fui de mirar y escuchar muchísimo a Menotti. Me encanta el Flaco. Como Bielsa, como el Barcelona de Cruyff. ¿Ves? Soy coherente…