Ese dirigente se llama Rodolfo Cuiña, el exportador de los talentos de River y autor de la muerte del semillero.
Rodolfo Cuiña es otro de los hombres de José María Aguilar que ahora conforma el frente electoral de Antonio Caselli. Este es el dirigente que no quiere la continuidad de Ramón Díaz en River y opera para cambiar al técnico.
Rodolfo Cuiña, titular de la reconocida firma “RODO” dedicada a la venta de electrodomésticos, es uno de los hombres de mayor perfil mediático en el frente electoral de Caselli.
Se trata de un dirigente que desde la gestión de Aguilar tiene voz y voto a la hora de llevar adelante las gestiones en materia de incorporación de jugadores al plantel profesional.
Según pudo saber “River y los mismos de siempre”, este dirigente está muy cerca de la Banda del Oeste debido a sus financiaciones blandas, con tasas y hasta precio cero, que otorga a los barras.
La especialidad de Cuiña es la exportación de jugadores menores de las inferiores de River. Este empresario convence a los padres de llevar a las promesas del fútbol riverplatense a otros países a cambio de cero pesos.
Fue el dirigente que más lobby hizo para que River vendiera a Eric Lamela a Europa antes de que el jugador puediera explotar su potencial en el Monumental. Tanta fue la presión que hasta a Mario Israel, socio de Aguilar, le pareció descabellado.
El propio Ramón Díaz dijo semanas atrás que había un candidato a presidente de River que no lo quería y que lo iba a revelar un par de días antes del 7 de diciembre, cuando se celebren las elecciones en el Millonario.
Cuiña se había lanzado como candidato a presidente pero recientemente negoció con Caselli y tomará el cargo de Secretario de presidencia en caso de que el candidato gane las elecciones.
“River tiene que tener cambios. Hay que formar un equipo competitivo y ganador”, declaró Cuiña recientemente en una entrevista, al analizar el presente futbolístico del equipo de primera al mando de Ramón Díaz.
Se trata nada menos que el dirigente más aguilarista de todos los que integran el frente electoral de Caselli. Sobre su participación en la catastrófica gestión de Aguilar, Cuiña asegura: “Yo iba todos los días a River y trataba de solucionar los problemas”.
Tras ganar el Clausura 2002, su último título en River, José María Aguilar, por entonces presidente de los millonarios, decidió no renovarle el contrato a Ramón Díaz y se la jugó por el chileno Manuel Pellegrini.
Allí, la operación para el despido del técnico más ganador en la historia del club había sido realizada por el propio Cuiña.
Cuiña fue el dirigente que hizo que Aguilar despidiera al Mostaza Merlo en octubre del 2006 y llamó a Daniel Alberto Passarella para sucederlo. Asimismo, en octubre de 2009, convenció al entonces presidente de echar a Néstor Gorosito.
Actualmente, tiene un palco vip (a la derecha del Palco de Honor) en la tribuna San Martín por el que paga unos 25.000 dólares al año. Incluso suele compartirlo con barras que fueron desplazados de “Los Borrachos del Tablón”.
La Cámara del Crimen investiga a este empresario por estar denunciado de estafar a la compañía de seguros Sancor en unos 5 millones de pesos. Se trata de una operatoria denunciada como fraudulenta por la compañía de seguros, mediante la cual Cuiña le habría trasladado el millonario perjuicio sufridopor el incumplimiento de un proveedor de electrodomésticos.
La Sala Cuarta de la Cámara desestimó el 3 de julio de 2012 una excepción de falta de acción planteada por Cuiña en el marco de la causa 27.482/12. Los camaristas Carlos González, Mariano González Palazzo y Alberto Seijas, resolvieron mantener abierta la investigación, en la que Sancor Seguros describió una supuesta estafa que atribuyó a Cuiña, a través de la empresa Bosan (que gira en plaza con el nombre de Rodó) y la fábrica de electrodomésticos Foxman Fueguina.
La denuncia explica que Bosan solía adelantar importantes sumas de dinero a Foxman, sin garantía alguna. Y Foxman solía entregar las heladeras, los televisores y los aires acondicionados comprometidos sin mayores inconvenientes.
Hasta que durante el año 2010, a pesar de haber recibido los adelantos pertinentes por parte de Bosan, Foxman comenzó a tener dificultades, razón por la cual la fabricación y por ende las entregas de los productos se fueron demorando.
Cuando Foxman ya no podía cumplir los compromisos asumidos con Bosan, dada la estrecha relación existente entre ambas empresas, decidieron trasladar el millonario perjuicio sufrido por Bosan a un tercero, en ese caso la aseguradora. Esa investigación continúa abierta.