No te preocupes amigo, ya le estoy dando forma al plan infalible para convertirnos en un país en el que no sólo el futbol sea el eje principal de nuestras vidas, sino que seamos indiscutibles en absolutamente todos los ámbitos de la vida y la política. El país con la mayor educación y bienestar del mundo. Un país seguro, económicamente estable, donde se puedan hacer planes a largo plazo, y donde se desarrolle la cura contra el cáncer y se logre detener y hasta revertir el envejecimiento.
Todo de a pasos, se va a lograr la meta final. Van a llorar el resto de los países cuando presencien nuestra gloria y grandeza. Porque no sólo van a poder decir “solamente son buenos en el fútbol”, sino que ya no va a haber más pobreza, no va a haber más inflación, no va a haber inseguridad; no se van a poder agarrar de absolutamente nada para poder decir que el nuestro no es el mejor país del mundo. Se va a lograr desarrollar un sistema verdaderamente democrático que garantice una administración gubernamental impoluta y a prueba de fallos contra la corrupción.
Y el resto de los habitantes del mundo van a querer ser parte de nuestra inmensidad pero no van a poder, porque nuestra patria va a estar reservada para nuestros compatriotas, y sólo los extranjeros que realmente lo valgan van a poder ingresar a nuestras tierras para algo más allá del turismo. Puede sonar muy utópico pero no hay soluciones mágicas, ni nada que revierta nuestro estado actual de un segundo para el otro. Pero no es imposible de conseguir como muchos piensan, ni tampoco hacen falta cientos de años. Con tomar un paso tras otro en la dirección correcta, y garantizar que pese a los distintos gobiernos que asuman, todos sean capaces y vayan hacia la misma dirección de garantizar un país desarrollado, educado, y con la máxima calidad de vida posible, ya podemos empezar a visualizar nuestro grandioso futuro en unas décadas.
Más vale papá. Y lo mejor es que ni falta va a hacer un golpe de Estado.
La gente en algún momento va a tomar consciencia, y se va a dar cuenta por sí misma de lo que tiene que hacer para llegar a ese futuro. Y si no soy yo va a ser algún otro, eso da igual, pero hay que dejar sentadas las bases para que eso ocurra.