La policía de Nilda…
“Le pegaron en la espalda, costillas y los testículos”
Ramón Aramayo, reducido, en el momento en que la Policía le pone las esposas.
Gustavo Grabia Ggrabia@ole.com.ar
Un amigo de Ramón Aramayo contó en la Justicia lo que pasó en el cacheo. “Le pegaron entre cinco”, dijo.
Si lo hubiesen reducido utilizando la mínima fuerza indispensable, Ramón Aramayo, el hincha de San Lorenzo que falleció el domingo en la previa del partido con Vélez, hoy estaría haciendo el reparto del Correo en su moto y desayunando con sus pibes antes de llevarlos al colegio. Porque aunque la Policía asegura que en el cacheo no pasó nada irregular, un testimonio directo desmiente esa versión y refuerza la hipótesis de que Aramayo fue víctima de la brutalidad policial de la comisaría 44, la que tiene asiento en Liniers y ya participó de otros casos con final parecido, como la muerte del pibe Rubén Carballo, en un recital de Viejas Locas, el 14/11/09.
Porque según le confiaron a Olé fuentes de Tribunales, Juan Pablo Cabrera, contó con detalle cómo fue la detención de su amigo Ramón Aramayo, cuando iban a pasar el primer retén rumbo a la cancha, en la calle Barragán al 200.
“Un policía le hizo un tackle y Ramón se levantó. Entonces vinieron cinco o seis y lo sujetaron en medio de una lucha terrible. Ahí apareció otro oficial con un palo que intentó darle un golpe en la espalda y cuando yo le dije que parara, que ya lo tenían agarrado me dijo ‘qué te pasa, ¿querés cobrar vos también?’. Justo ahí lo tiraron al piso y Ramón cayó con toda la cara pegando en el asfalto y le salía sangre. Y cuando lo tenían boca abajo, otro policía le apoyó la rodilla encima y le empezó a dar con todo en las costillas, mientras otros dos le retorcían los brazos y las piernas y uno último le apretaba los testículos y aunque todos pedíamos que lo soltaran, seguían y seguían”, graficó Cabrera, con elocuencia.
Su declaración causó impresión en la fiscalía que comanda Patricio Lugones y fue la más contundente de los cuatro testimonios que se recibieron ayer en sede judicial. Igual, se está a la espera de otros testigos y un nuevo análisis del cuerpo para determinar fehacientemente la causa del deceso, ya que la autopsia marca que Aramayo no murió por un traumatismo, pero deja abierta la hipótesis de que el edema se haya producido a partir de la situación violenta. De hecho, Fernando Burlando, abogado de la familia Aramayo, aseguró: “Sin ese violento cacheo, Ramón estaría vivo. Lo que sucedió en ese retén fue la causa de su muerte. Ya contratamos un perito para que certifique el real motivo de lo sucedido”. Mientras, la familia ayer inhumó el cuerpo y pide Justicia, caiga quien caiga.
“Le pegaron en la espalda, costillas y los testÃ*culos†| Olé | Diario Deportivo