En la proximidad del día 100 de la gestión Passarella, en River continúa el plan de emergencia económica para equilibrar la brecha desfavorable entre ingresos y egresos. El déficit es profundo. El desorden heredado, también. Pero con este preámbulo no se pagan las cuentas. La solución, entonces, es inflacionaria: subir los precios de todos los bienes y servicios explotados por el club. Una obra del IndeK.
La primera de las gestiones se motorizó en torno a un vencimiento inmediato: el del sponsor de la camiseta. Es que el 31 de marzo finaliza el contrato con Petrobras. En la mesa de negociaciones se sentaron diversas y heterogéneas empresas, pero dos permanecen con mayores posibilidades de aparecer en la delantera de la casaca. Una es Samsung. Y la otra es la mismísima Petrobras, que cuenta con una cláusula a su favor en caso de igualdad de ofertas y con la evidencia de que en River cambiaron los precios. Ocurre que hasta ahora venía pagando 5.200.000 de pesos por año. El próximo vínculo ascenderá a los 2.800.000 dólares brutos.
Acaso el mayor volumen de divisas ingresará por el proyecto del fideicomiso, mediante el cual River podría administrar inversiones cercanas a los u$s 20.000.000 con un fin específico: la compra de jugadores. Se cree que para junio podrá motorizarse esta figura contable cuyos socios podrán ingresar con diversas sumas de cash. Otra obra en proyección es la del gimnasio sobre el playón que da a Udaondo para usarlo en recitales.
La publicidad estática juega un capítulo clave. Si bien el contrato principal vence en noviembre, en los próximos días quedará libre el cartel trasero al tablero electrónico, que es explotado por Standard Bank y que tendrá un importante incremento. La inflación llegó también a áreas que tocan al propio hincha o socio de River. Los palcos se renuevan a un 35% más que en el anterior ciclo. Los pases de los invitados para visitar el club valían seis pesos. Ahora se multiplicaron a 25.
“El problema de River es que tenía un bolsillo de payaso”, ilustra un alto dirigente. En ese sentido se han recortado sensiblemente los gastos. Dos ejemplos: a) se compraron camionetas para evitar la tercerización de los viajes de las Inferiores; b) se discontinuó el contrato por el cuidado del césped del Monumental por 170.000 pesos mensuales, y ahora ahí trabajan los viejos empleados. En fin, nada “Passa” sin control.
En la proximidad del día 100 de la gestión Passarella, en River continúa el plan de emergencia económica para equilibrar la brecha desfavorable entre ingresos y egresos. El déficit es profundo. El desorden heredado, también. Pero con este preámbulo no se pagan las cuentas. La solución, entonces, es inflacionaria: subir los precios de todos los bienes y servicios explotados por el club. Una obra del IndeK.
La primera de las gestiones se motorizó en torno a un vencimiento inmediato: el del sponsor de la camiseta. Es que el 31 de marzo finaliza el contrato con Petrobras. En la mesa de negociaciones se sentaron diversas y heterogéneas empresas, pero dos permanecen con mayores posibilidades de aparecer en la delantera de la casaca. Una es Samsung. Y la otra es la mismísima Petrobras, que cuenta con una cláusula a su favor en caso de igualdad de ofertas y con la evidencia de que en River cambiaron los precios. Ocurre que hasta ahora venía pagando 5.200.000 de pesos por año. El próximo vínculo ascenderá a los 2.800.000 dólares brutos.
Acaso el mayor volumen de divisas ingresará por el proyecto del fideicomiso, mediante el cual River podría administrar inversiones cercanas a los u$s 20.000.000 con un fin específico: la compra de jugadores. Se cree que para junio podrá motorizarse esta figura contable cuyos socios podrán ingresar con diversas sumas de cash. Otra obra en proyección es la del gimnasio sobre el playón que da a Udaondo para usarlo en recitales.
La publicidad estática juega un capítulo clave. Si bien el contrato principal vence en noviembre, en los próximos días quedará libre el cartel trasero al tablero electrónico, que es explotado por Standard Bank y que tendrá un importante incremento. La inflación llegó también a áreas que tocan al propio hincha o socio de River. Los palcos se renuevan a un 35% más que en el anterior ciclo. Los pases de los invitados para visitar el club valían seis pesos. Ahora se multiplicaron a 25.
“El problema de River es que tenía un bolsillo de payaso”, ilustra un alto dirigente. En ese sentido se han recortado sensiblemente los gastos. Dos ejemplos: a) se compraron camionetas para evitar la tercerización de los viajes de las Inferiores; b) se discontinuó el contrato por el cuidado del césped del Monumental por 170.000 pesos mensuales, y ahora ahí trabajan los viejos empleados. En fin, nada “Passa” sin control.
Con el nivel de concurrencia que River demuestra fecha a fecha es imperioso un aumento en los ingresos por publicidad. Lo que me parece mal es que el aumento también se traslade al socio y a los no socios.
Hay que ver si alguien quiere pagar esos precios.
Insisto, impresionante la guita que se estaban afanando. Como puede ser que gasten mas de 2.000.000 al año en mantenimiento del cesped:roll:
Está genial la “inflación” que propone sobre las publicidades, aunque yo creo que los empresarios deben saber que River está en crisis económica y que si se le ponen duros, pueden conseguir un contrato no tan elevado como el que pretende River.
Lo del socio expliquenmé a ver si entendí, “invitar” a alguien lo hace un socio para llevar a un amigo y salía $6 y lo pasaron a $25?
Yo no soy de Bs.As. pero en mi ciudad un camping promedio está entre $20 y $25, yo creería que River tiene muuchas otras cosas más que un camping, para mí no es una locura. O bien,no llegar a $25, pero $6 es un chiste,es lo que creo yo.
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