“Mourinho no lo podía creer”
Su DT no lo entiende, pero Zanetti hace rato que se veía sin Mundial. Verón, su mamá, el llamado a Diego y sus dudas.
[b]¿Tuviste que contener a tu mamá? Apenas salió la lista cuestionó tu ausencia por una radio. [/b]
-Mi vieja está dolida. Era mi último Mundial y quería que lo jugara. Como yo me la veía venir, me duele más por la gente de alrededor que por mí. Ellos viven en la Argentina, y allá se decía que estaba en la lista. Yo pensaba todo lo contrario.
-¿Cuándo te diste cuenta de que ya no ibas?
-Yo sabía que iba a ser difícil desde la primera convocatoria, con Escocia. Ahí se hablaba que no iba a estar. Diego me convocó y fue una gran alegría. Era otro ciclo que empezaba y me tenían en cuenta. Pero al mismo tiempo sabía que iba a ser complicado.
-Parecía que le dabas la cinta a Masche y te ibas, pero Diego allá elogió cómo eras. ¿Lo convenciste al aceptar rápido ceder la capitanía?
-Tuvimos una charla, pero no hablamos de la cinta. Lo que Diego dijo en público fue lo mismo que me había dicho a mí. Fue una inyección para ilusionarme con continuar mi camino en la Selección. Pero después perdimos con Brasil y Paraguay, vino un cambio y muchos salimos del plantel. Ahí Argentina ganó los dos partidos, se clasificó para el Mundial… De los 18 partidos jugué 16, sólo me faltaron esos dos. Pero a partir de ahí ya se hizo mucho más difícil volver.
-Te sentiste afuera apenas dejaron de llamarte.
-Sí. Ya estando adentro sabía que iba a ser difícil…
-¿Pero ahí por qué?
-Porque nadie tiene el puesto asegurado. Y después, cuando más hablaban de que yo iba a estar, yo más me sentí afuera. La experiencia en el fútbol te marca. Fue una sensación. Era consciente de que cuatro años después de Pekerman, me la jugaba. Podía llegar el Mundial e iba a estar contento. O lo que pasó. Pero no me sorprendió. Me iba a sorprender si estaba convocado.
-Contra Brasil y Paraguay el equipo no respondió. Ahí un cambio era natural. Hasta ahí coincidís…
-Sí. Se tenía que buscar una salida para cambiar el panorama. Cuando es así uno lo acepta, quiero lo mejor para la Selección.
-La pregunta es por qué volvieron todos menos vos, Carrizo y Licha.
-Por ahí Diego ya tenía decidido que yo no fuera al Mundial y entró a probar.
-En La Nación dijiste que para Las Fiestas lo llamaste y no lo ubicaste.
-Sí, traté de ubicarlo, pero no pude. Después Diego me llamó y me dijo “Pupi, me anduviste buscando, perdoná, no estuve. Yo voy por Europa y después hablamos”. Al final no pasó por Italia. Aunque te soy sincero: yo no soy de hacer quilombo, nunca me gustó. Por eso digo que no se dio y nada más, no soy un tipo rencoroso. Respeto mucho a los chicos citados. Y cuando yo estaba adentro, me fastidiaba que se hablara de los de afuera. Hay que apoyarlos a ellos, que si Dios quiere nos van a dar la alegría de ganar otra vez un Mundial.
-Después del 2006 no querías hablar con Pekerman. ¿Con Diego es distinto por lo que representa como ídolo?
-No hace falta. Ahora quiero lo mejor para la Selección. Estoy convencido de que hay plantel para poder llegar a los cuatro primeros. Y ojalá sea campeón. Ya no es importante que Zanetti o Cambiasso no estén. Ahora hay que alentar desde la tribuna.
-Si en vez de una nota fuera una charla con un amigo, ¿le dirías que te quedaste afuera por un tema futbolístico?
-Y, no sé… Lo tendría que decir Diego. A mis amigos, como a vos, les digo que hice todo lo posible para estar. La decisión no depende de uno solo. Se dio así y paciencia. ¿Sabés qué me dolería? Si no hubiera hecho nada para estar… Ahí diría ‘la puta madre’. Yo no me reprocho nada.
-En la Argentina los rumores se reproducen. ¿Creés que pudo haber influido en algo tu relación fría con Verón?
-Noooo. Con Sebastián compartí años en el Inter, momentos en la Selección. Tengo un gran respeto por él y creo que él también por mí. Nuestra convivencia fue sin ningún tipo de problemas. Cada uno tiene una personalidad diferente, pero nunca hubo conflicto. Nunca pensás igual que los otros 22. Yo siempre miré para adelante y pensé en lo grupal, sin ningún quilombo. Si los demás tienen problemas conmigo, yo nunca me enteré. Nunca me lo dijeron tampoco.
-¿Cuánto te reconforta el pedido de la gente? Vos fuiste muy resistido.
-Sí, tuve que remarla. Pero me dio fuerzas para seguir. Pasaron cinco técnicos, nadie te regala los 136 partidos con la camiseta argentina. Más allá de que no se haya ganado, di lo mejor. ¿Sabés qué difícil es mantenerse? Me hubiera gustado el broche en Sudáfrica, pero todo no se puede. Diego tomó la decisión y yo la respeto.
-¿La Champions League es tu Mundial?
-No, son cosas diferentes. Sería fantástico coronar un año muy importante para la historia del Inter. Soy el capitán, esa foto no me la quitaría nadie, ja. El fútbol te da y te quita, pero yo le estaré eternamente agradecido por la carrera que me dio. Las emociones de este año son irrepetibles.
-¿Qué te dijo Mourinho cuando salió la lista? ¿Te consoló, te dio algún consejo? ¿No hizo falta?
-Me dijo que no lo podía creer, que se extrañaba que no estuviera. Pero somos hombres de fútbol. Sabemos que esto pasa.
-¿Querés el último partido para irte ganando?
-No, yo acá fui feliz. Me queda un recuerdo hermoso. No me gané 15 años jugando en la Selección destapando una Coca Cola.
Me equivoqué de subforo, que algún moderador que lo mueva a Selección Argentina.