El Riquísimo empresario de 80 años encontró la muerte después de mezclar medicamentos, drogas y los servicios de tres escort
ÁNGEL GÓMEZ / CORRESPONSAL EN ROMA
Día 24/04/2012 - 04.30h
Pasó su última noche en un colchón “extralarge”, acariciado por tres prostitutas y “ciego” de viagra, alcohol y cocaína. La historia es casi de película.
Después de una noche de baile, sexo, y desenfrenada celebración, le explotó el corazón a un riquísimo y conocido empresario veneciano, del que han trascendido las iniciales del nombre apellido, E.C., de 80 años, propietario de empresas y hoteles de Venecia, que había alquilado una suite en el lujoso hotel Príncipe de Savoia, de Milán, donde se alojan famosos como Woody Allen, Evita Peron, Charlie Chaplin, Take That y Madonna. E.C. sufrió un infarto y entró en coma rodeado por las tres bellísimas escort desnudas –sumando sus edades no llegaban a los 80-.
Una de ellas llamó para pedir ayuda a la recepción del histórico hotel, símbolo en el mundo de Milano. En una ambulancia es trasladado al hospital, donde no logran salvarlo. Pasó su última noche en un lujoso hotel de Milán
Entra en acción un médico forense y la policía, llamada por el hotel, que debe investigar en la suite de lujo entre slips, corsets, píldoras azules y polvo blanco.
Una mezcla explosiva
“En aquella habitación ha habido una sobredosis general, y no únicamente de droga, y eso mató con toda probabilidad al anciano”, afirma al Corriere la profesora Alessandra Graziottin, llamada de inmediato en causa para entrar en el análisis como forense. “Son la cocaína, la edad y las condiciones cardiovasculares, una mezcla que se convierte en letal”. Además, “la cocaína eleva el latido y lo conduce a un ritmo que el corazón no puede soportar”.
Mientras tanto, el hotel de lujo intenta salvar lo salvable. Todos saben que allí las escort son como de casa y que, cuando preguntan en recepción dónde está la toilette, es para disimular, porque en realidad se trata de un truco para subir a la habitación del cliente. En el hotel dicen que con el empresario solo había una mujer. Pero fuentes de la investigación confirman que eran tres prostitutas.
Seguramente el rico empresario E.C. quiso regalarse un derroche de vida, pero no se puede engañar la partida de nacimiento, ignorando reglas y arriesgando con un cóctel explosivo. El festín de sexo “bunga bunga” resultó esta vez letal para el anciano que a sus 80 años, se ilusionaba con ser todavía joven porque estaba ciego de viagra, coca y alcohol.