A mí me da miedo que el líquido termine siendo como La Cosa de la película de John Carpenter. Empieza todo con Matías, ese misterioso ser que apareció trotando en el ártico y fue adoptado por River. Con el tiempo la rodilla de Matías y su cuerpo todo se deforman por la presencia del líquido, que va devorando más y más de su ser hasta tomarlo por completo. Si no se actúa a tiempo el líquido puede terminar devorándose a otros jugadores, a Gallardo o al Monumental mismo, reemplazando la mole de concreto que hoy está en nuestro terreno por una especie de masa gelatinosa que desaparece en las semanas previas a partidos importantes del club.