La peculiar historia del ex jugador “baldosero” de River que participa de la nueva temporada de MasterChefSe trata de Sebastián Ablín, quien jugó algunos partidos en la primera del millonario en el inicio de la década de 1990; luego, tuvo un exitoso paso por la música
Ayer, en la pantalla de Telefe, comenzó la segunda temporada de Masterchef, una competencia de cocina supervisada por un estricto jurado. Se estará preguntando qué hace canchallena.com comentando un reality show que poco tiene de deportivo. Resulta que, ya sin la figura de la entrañable Elba -la ganadora del primer certamen-, se conocieron a los nuevos participantes, entre los que se destacan un ex jugador baldosero de River : Sebastián Ablín. ¿Quién es? Estanislao Balder contó la peculiar historia de este personaje en el blog [b]EnUnaBaldosa.com.[/b][b] A disfrutar:
«La extraña historia de un jugador que se dio cuenta de que su vocación estaba en otro lado.
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«Jugaba de lateral derecho y debutó con la camiseta de River en 1991, en el torneo de verano de Mar del Plata. Los memoriosos recordarán la edición de una conocida revista deportiva (ahora mensual) donde aparecían abrazados varios jugadores de River luego de un partido ante Racing. Entre ellos, aparecía la figura sonriente del joven Ablín con una venda en una de sus cejas.
«En River jugó sólo cinco partidos y de poco fue cediendo terreno por cuestiones anímicas. En un entrenamiento, Hernán Díaz, temiendo que el perseverante Ablín le quitara el puesto, le propinó un terrible codazo que lo dejó sin aire mientras lo increpaba al grito de “Pará de correr, pendejo”. Según rememora el episodio el propio Ablín: “Si fuera hoy, en la jugada siguiente voy y lo parto. Pero en ese momento me quedé helado”. También era visto de costado porque hacía terapia y sus compañeros comentaban por lo bajo “¿viste?, parece que el Ruso está loco”.
«Estando en River se lesionó, dejó el club y más tarde probó otros horizontes. En 1997 representó a la Argentina en las Olimpíadas Macabeas en Israel y luego despuntó el vicio en Defensa y Justicia, donde terminó su carrera. El mismo Ablín confesó más tarde que no soportaba el ambiente de la cancha y del vestuario.
«Pero no es una historia más. Luego de abandonar el fútbol, Ablín vio un futuro posible en la música y se dedicó a la percusión. Tocó en varias bandas de rock (entre ellas Arbolito) y luego pasó a la cumbia (sin duda, tentado por el dinero) donde conoció el efímero éxito del grupo Los Chakales, aquel que cantaba “vete de aquí, vete de mi ladoo-oo”. Hasta que, en 2002, formó junto a sus hermanos la compañía musical teatral El Choque Urbano, banda que en sus más de 10 años de existencia revolucionó el género en el país y se proyectó a todo el mundo.
«Sebastián Ablín sigue actualmente dedicado de lleno a “El Choque Urbano”, donde encontró la felicidad que no le pudo dar el fútbol».
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