pero aca no se trata de “mercenario”, a este muchacho no lo busca nadie por eso esta aca todavia…y q se queden “trsnquilos” los fanboys, ningun club de “elite” vendra por el… saben pq? pq carece de conceptos europeos, q es justamente lo q te “habilita” para dirigir alli…ni conceptos “sudamricanos” tiene este sujeto y eso esta mas q “probado” en cada “conferencia” de prensa…xd
Me tiene sin cuidado si lo busca el liverpool de Inglaterra o el liverpool de Uruguay. Así que acomodate y quédate tranquilo viendo al muchacho un tiempito más
este muchacho nos seguira “detruyendo” entonces, lamentablemente…no hay ninguna ch q un club de “elite” venga por este individuo…y para los “mediopelos” es “carisimo”…o sea, es un “elefante” blanco este sujeto, no se lo podes “encajar” a nadie, estamos “perdidos”, lpm!!!
Una traducción del artículo:
Cuando no hay un siguiente escalón en la escalera del entrenador
Ha permanecido en su cargo actual por siete años, lo suficiente para probar que no es un mercenario, brillando breve y vacilantemente antes de irse a otro lado. Ha demostrado que puede enfrentar a la presión más profunda y a las expectativas más elevadas. Ha mostrado que puede navegar las corrientes políticas que giran alrededor de cualquier club grande. Ha aprendido como trabajar ajustado a un presupuesto (relativamente). Lo más importante, ha ganado. Ha ganado una y otra vez. En el River Plate, Marcelo Gallardo ha coleccionado una docena de títulos como DT. Ha ganado dos campeonatos continentales, y estuvo a dos minutos de un tercero. Uno de sus predecesores en el club de Buenos Aires, Ramón Díaz, lo ha descrito como el más grande entrenador en la historia del equipo.
No es difícil de entender entonces porqué el nombre de Gallardo es con frecuencia vinculado con las grandes casas europeas - más recientemente con la vacancia creada por la decisión del Barcelona de terminar con los desamorados 14 meses de permanencia de Ronald Koeman. El hecho de que la especulación nunca parece terminar en algo, que siempre parece haber un candidato de preferencia que no es él, requiere mayor explicación.
Varios de los equipos más laureados de Europa han, en los últimos años, nominado DTs que no tienen sentido - de acuerdo a las medidas tradicionales. Algunos han sido exitosos: Zinedine Zidane, por ejemplo, ganó tres Champions Leagues en tres años en el Real Madrid, a pesar de ser su primer trabajo como entrenador. Otros han tenido resultados algo distintos. Andrea Pirlo fue nombrado DT de la Juventus apenas tres meses después de su primer rol como entrenador, a cargo del equipo sub-23 del club. Nunca había estado en el cargo en un partido oficial. Fue despedido luego de una sola temporada. Frank Lampard duró apenas un poco más en el Chelsea. Ole Gunnar Solskjaer todavía se está aferrando, de algún modo, a su cargo en el Manchester United.
Varios factores influyen en la tendencia. Uno, por supuesto, es el deseo - compartido por casi todos los grandes equipos - de encontrar y nutrir su propia versión de Pep Guardiola. Tales búsquedas están basadas en la ilusión masiva de que, dentro de cada club, hay un genio revolucionario esperando en las sombras por su oportunidad para transformar el juego como lo conocemos. Hay también un cálculo cínico involucrado. Ex-jugadores icónicos siempre han sido impulsados con rapidez en el rol de DTs, ayudados por la creencia, que resiste un diluvio de evidencia en contra, de que su talento puede ser transferido, y también por el conocimiento de los dirigentes de que el designar a una leyenda del club genera entre los hinchas una buena voluntad instantánea e, incluso más importante, paciencia.
Pero quizá el cambio más grande es el referido a lo que los súperclubes consideran como experiencia previa. Un historial de éxito en dirección ya no es estrictamente necesario. O mejor dicho, algún tipo particular de éxito ya no es considerado válido, por la dificultad de medir lo que constituye el éxito. En cambio, son mucho más importantes el conocimiento de cómo estos templos gigantes y desbordados de presunción funcionan, el sentirse cómodos dentro de ellos, el sentimiento de pertenencia. Es este cambio lo que ha privado a Gallardo, y a muchos otros entrenadores como él, de una oportunidad. Y le ha causado una especie de problema a los súperclubes.
En algún punto del pasado sombrío y distante, había una escalera definida por la cual subían los DTs. Un entrenador empezaría en algún nivel bajo de esta - en algún equipo pequeño, o como asistente - y lentamente probaría su valor. Tal vez conseguiría un ascenso a la primera división, o llevaría a algún club pequeño a llegar lejos en competencia europea, o lograría convertir a un candidato en campeón. Entonces, y sólo entonces, atacarían los súperclubes. Este es el enfoque que llevó a Jürgen Klopp del Mainz al Borussia Dortmund y luego al Liverpool. Es como Carlo Ancelotti pasó del Reggiana al Parma a la Juventus y a casi todos los otros grandes europeos. Es como Mauricio Pochettino fue del Espanyol al Southampton al Tottenham y, después de un corto descanso, al Paris Saint Germain. Todos ellos condujeron a un club hacia otro nivel, y fueron recompensados con una subida propia. Este es el mecanismo que ahora debería promover a Gallardo. Está listo para esto. Él ha más que probado su valía en su escalón. Pero hay una sensación predominante de que ya no funcionan así las cosas, que las reglas del juego cambiaron y que, de repente, todo lo que ha hecho ya no cuenta. Y que no cuenta por donde lo hizo.
Todo el éxito de Gallardo, hasta ahora, ha sido en Sudamérica. Ganó un campeonato de liga en Uruguay con el Nacional, y fue recompensado con un puesto en el River Plate, uno de los clubes más grandes del mundo por cualesquiera medida, un ambiente tan impaciente, demandante y expectante como cualquiera. Allí, dos veces ha conseguido la Copa Libertadores. Pero aunque los clubes grandes de Europa no tienen problemas en contratar argentinos - varios compatriotas de Gallardo tienen trabajos de alto perfil en el fútbol europeo, incluyendo a Pochettino y a Diego Simeone del Atlético de Madrid -, ellos han sentido por mucho tiempo qué tal éxito no se traslada fácilmente hacia el Viejo Continente. Ocasionalmente, este miedo ha sido justificado: Carlos Bianchi convirtió, primero al Vélez Sarsfield y luego a la bosta juniors en los mejores clubes de Latinoamérica, pero le fue difícil causar un impacto en la Roma y una década después en el Atlético. Otros, incluyendo a Marcelo Bielsa, han hecho el salto con algo más de facilidad.
Este escepticismo ya no aplica sólo a los sudamericanos, por cierto. Los súperclubes europeos cada vez más ven un océano alrededor de ellos. Gallardo no es el único entrenador que a estas alturas ya debería haber esperado una llamada de alguno de los gigantes del juego. No es el único que ha construido un resumen laboral que debería hacerle en un candidato convincente. Está Erik ten Hag, el entrenador del Ajax, quien ha convertido a su club en una potencia en los Países Bajos y está al borde de una campaña para llegar lejos por segunda vez en la Champions. También está Rúben Amorim, casi diez años más joven, quien acaba de terminar la espera de dos décadas del Sporting de Lisboa por un campeonato portugués. Está Marco Rose, quien salió del Red Bull Salzburg al Borussia Mönchengladbach y luego al Dortmund. Todos ellos son los entrenadores a los cuales Barcelona y Manchester United deberían estar buscando para nominar. Son los entrenadores a los que Real Madrid o Juventus pudieron haberse acercado en el verano. Muy probablemente, serán los próximos grandes nombres.
En cambio, Barcelona espera reemplazar a Koeman con Xavi Hernández, menos por su paso en el Al Sadd en la Qatar Stars League y más por su conexión emocional con el club. Manchester United ha prometido apoyar a Solskjaer; en caso de y cuando decidan cambiar, se espera que vayan a por Antonio Conte o por Pochettino, persuadidos por su éxito comprobado. Tanto Barcelona como el United están mostrando mayor imaginación, al menos, que Real Madrid o Juventus: Cuando los puestos en ambos quedaron vacantes hace unos meses, ambos volvieron a designar DTs que habían despedido previamente. Ancelotti volvió a Real Madrid - relevando a Zidane, quien estaba en su segunda etapa - y Massimiliano Allegri fue restituido en el cargo en Juventus, dos años después de que el club declaró que estaban listos para prescindir de él.
Esto no es solamente una falta de previsión; es una incapacidad autoinflingida de encontrar significado en los logros de un DT. Los clubes de la élite han creído - correcta o equivocadamente, pero ciertamente con lógica - desde hace algún tiempo ya que la única guía confiable para juzgar la idoneidad de un DT es la experiencia previa en dicho nivel. Esto es, por ejemplo, por lo cual el éxito de Eddie Howe con el Bournemouth fue considerado insuficiente para obtener un puesto en Liverpool o el Arsenal. Quizá haya probado su habilidad en la Premier League, pero eso fue considerado secundario a mostrar aptitud en Borussia Dortmund o el Sevilla, equipos que compiten en la Champions League y que tienen presupuestos y presiones de ese nivel.
El problema es que el juego se ha vuelto tan estratificado tan rápidamente, que el conjunto de clubes considerados como territorio para cazar ha disminuido hasta casi nada. La élite es ahora tan vasta, tan poderosa, que solo unos cuantos otros equipos pueden servir como una aproximación razonable. Ciertamente, no hay alguno fuera de las ligas grandes de Europa, lo que cuenta en contra de Ten Hag, Amorim y Gallardo, y dentro de esas competencias sólo hay unos pocos: los clubes de Milán, quizá; probablemente el Dortmund; posiblemente el Lyon y el Marsella. Aún así, no queda del todo claro qué es lo que un DT debería hacer para resaltar. La estrella de Klopp se alzó cuando guió a Borussia Dortmund a ganar la Bundesliga en campañas consecutivas. Rafa Benítez se alzó en prominencia al hacer campeón de España al Valencia. José Mourinho captivó la imaginación al ganar la Champions League con el FC Porto.
El juego, en 2021, ha sido moldeado para mitigar contra repeticiones de tales conquistas. Si Rose lleva al Dortmund al segundo lugar detrás del Bayern Múnich en la Bundesliga, ¿es eso tener éxito, o es simplemente cumplir con las expectativas? ¿Qué representa que Ajax gane la Eredivisie? ¿Es un fracaso si el Sporting de Amorim es eliminado en fase de grupos de la Champions League, o es nada más que determinismo económico? ¿Cómo puede ser analizado? Los equipos de élite están atrapados en un catch-22 peculiar: Quieren emplear DTs con el tipo correcto de experiencia, pero la única forma de que esos DTs consigan dicha experiencia es al ser empleados. Aun así, es difícil sentir mucha piedad por los superclúbes: después de todo, ellos son los que hicieron tanto para distorsionar la realidad del fútbol en su favor.
Mucho más merecedores de simpatía son los entrenadores, incluyendo a Gallardo, que se encuentran atrapados en un juego cuyas reglas fueron alteradas sin que lo sepan. Él, como los otros, ha hecho todo lo que pudo. Ha conquistado un continente dos veces. Ha construido un resumen irresistible, solo para ser avisado que lo hizo todo en el lugar equivocado.
Me dio paja traducir la nota más pequeña donde le pegan al Barsa y a la bosta por el homenaje al Diegordo.
y ha perdido un “continente” 3 veces de las formas mas “humillantes” posibles…digamos todo sobre este muchacho… parece q a esta “nota” la “redacto” el papa o un “mamadera” fanatico del “muñe”, carece de todo “valor” y rigor “periodistico”…xd
Ah no, la nota que acaba de hacer el NY Times es de gente profesional y que da gusto leer.
No es un nota sobre Gallardo, sino que lo toma como un ejemplo más de lo estúpido que se volvió el futbol gracias al dinero.
El cierre de esta nota hace que Varsky escriba cuentos para jardín de infantes.
Y es un norteamericano.
No sabía que Burdisso estaba en Fiorentina. Encima la Fiore anda bastante bien comparado con los últimos años.
Es un inglés radicado en EEUU. Según wikipedia ha laburado en varios periódicos de la isla pirata.
Gracias por la data.
Aún así hace que me ría de una columna escrita por Varsky con su artículo.
Burdisso siempre me dió la impresión de que no tiene el típico perfil simio bosteril, lo confirmé cuando estuvo de manager o no se que mierda hace poco y no daba con boca, y lo recontra confirmo ahora con esto
Sin casette lo que quiso decir fue: "Ahora puedo hablar porque si antes elogiaba a River o Gallardo los cabezas de termo pentaviolados me iban a crucificar y preferí esperar a irme para opinar de lo que pienso "
Que haces acá??? Anda a escribir en Twitter de la 12petera que te están esperando…mira que tú equipo se juega el semestre mañana, no sea cosa que derrapen con los del bicho y estés una semana deprimido…
Me gustó esta parte. Como puede ser posible si a River no lo conocen, eso me dijo RomansitoLa12.
"Ganó una liga con Nacional en Uruguay y fue recompensado con un puesto en River, uno de los clubes más grandes del mundo para todos los estándares, un ambiente tan impaciente, exigente y expectante como en cualquier otro lugar. Allí, ha ganado dos veces la Copa Libertadores”.
Me clave una paja leyendo esto. El nivel de redacción fue buenisimo; mientras tanto aca tenemos que leer los documentos que el consejo de simios le envía a la CONMEBOL, o ver periodistas expresando una idea con palabras complicadas para aparentar conocimiento como si no supieramos que buscan sinonimos de palabras mas comunes. Que vean el articulo y aprendan como se expresan ideas sin rebuscarsela. COF COF Morena Beltran
paladar negro eres tu?
Jaj, fijate como habla el chabon en un entorno que no lo presiona todo el tiempo a “aguantar los trapos”. Y del muñeco, algún día vamos a tomar dimensión de lo que vivimos
Yo la verdad pense varias veces en el despues de Gallardo y me deprimo porque no veo otro DT como el ni cerca, creo que el dia que se vaya vamos a volver a ser un equipo normalito.
Si bien River es grande y trasciende a los tecnicos en nuestra historia esta bien marcada cuales fueron los que nos dieron mas alegrias que tristezas y eso lo vamos a sentir y mucho cuando el “muchacho” no este mas.
La puta madre borré el comentario me odio
todo puede “resumirse” a esto:
Ha construido un currículum irresistible, sólo para que le digan que lo ha hecho todo en el lugar equivocado.
o sea q este muchacho carece de concepto europeo, como digo dde hace muuuuuuuuuuuuuchisimo tiempo…q la siga “mamando” el fanboy…xd