Alejado de la prensa nacional, Diego Maradona Junior salta con el apellido de punta contra los detractores del técnico de la Selección. Desde Nápoles, el hijo del Diez dice que la eliminación “fue uno de los días más duros de mi vida”, y que ahora sólo deben cambiar a sus ayudantes. ¿Más? Más: “Yo me siento argentino”.
Fontanarrosa intentó definir a la televisión como ese punto que Borges había imaginado en uno de sus tantos cuentos inmortales: el Aleph. “El Aleph de hoy -insistía el Negro-. Todas las realidades juntas, un cocinero italiano y un partido de Boca en Japón, todo, todo, en el mismo punto. Y a un segundo de distancia, nomás”. Acaso Diego Armando Maradona sea -potenciado, encima, en los tiempos de Mundial- quien más ha vivido en ese punto. La tevé se lo apodera, lo repite, crea que todos creamos que lo tenemos ahí, que es amigo, uno más. Las sonrisas, los aritos, su cruz: uno más. Para todos, por supuesto, menos para él: su hijo.
Ver a Diego, para Diego Armando Maradona Junior, es el continuo alejamiento, el insistente recuerdo de que no, no y -bueno- no.
“Yo estoy orgulloso de ser quien soy. Desde la escuela elemental (la primaria), cuando decían mi apellido y se quedaban mirándome para que les confirmara si yo era realmente quien ellos creían que era, hasta cualquier día de hoy, que llaman por teléfono y preguntan: ‘¿Con lo de Diego Armando Maradona?’. ‘Sí, ¿quién es?’, les contesto, y entonces me dicen: ’¿Estoy hablando con el técnico de la Selección?’. A mí no me importa nada: a mi viejo lo amo. A mi viejo yo lo amo”, se entusiasma el hijo del Diez, charlando desde Nápoles, justo desde Nápoles, con Olé .
-Encima esa barba, Diego, que los asemeja tanto.
-¿Sí? -¿Vos decís que no? -(se ríe) Bueno, gracias… Yo siempre usé barba, así, como estoy ahora. Me gusta cómo le queda a mi viejo, tiene onda. La verdad, me… (silencio, piensa) ¿cómo se dice? ¿Hu… hubiese? -Hubiese, sí.
-Me hubiese gustado vivir el Mundial desde adentro. En una platea, alentando. Como lo hicieron mis hermanas. Haber vivido el 0-4 ante Alemania a la distancia fue dificilísimo: esa eliminación fue uno de los días más duros de mi vida. Verlo a mi viejo, ahí, en el banco, mientras nos daban un baile tremendo, tan tremendo, fue muy difícil para mí. Justo el partido que no tenía que darse, se dio. Ojalá que mi viejo pueda seguir, yo quiero que siga. Argentina jugó bastante bien. Después del Mundial lo mataron mucho, y él se merece una revancha. En eso estoy de acuerdo con Grondona: debe seguir, pero con otros colaboradores. Mi viejo se merece una revancha.
-Fueron miles de personas a recibirlo a Ezeiza, se hizo un banderazo en su casa. ¿En serio creés que se lo mató mucho? -Pero yo te hablo de los periodistas, de la gente que quiere que se vaya. Permitime que no te diga los nombres, pero yo escucho, leo, miro todo, y esa gente se olvida que Bielsa se volvió en la primera ronda y que a Pekerman lo eliminaron con Messi en el banco. Esa gente, toda esa gente tiene que saber que Argentina fue el equipo que más hinchas tuvo en el Mundial, la selección con más prensa, y todo, todo, porque estaba mi viejo. Mirá: yo nací en Italia, vivo en Italia, pero me siento argentino. La única vez que nos vimos con mi viejo ( NdeR: en mayo del 03, en Fiuggi) fue perfecto. Yo sé que hay mucha gente que no quiere que se acerque nuevamente, pero aquella tarde fue perfecta. Acá me putean cada vez que digo que me siento argentino, pero no me importa. Yo me siento argentino, porque mi viejo es argentino.
Diego Armando Sinagra, o Diego Armando Maradona Junior, jugó en el Napoli desde el 95 al 04. Luego estuvo en el Genoa de Milito, en la temporada 04/05, y los últimos años los pasó entre clubes regionales, vestuarios de barrio, perdido en el olvido amateur. Otra vez en el Napoli, ahora vive del fútbol playa. Arena, jueguitos, puro show: subcampeón mundial con Italia en el 08, el año pasado alzó la liga con su club, una especie de humilde cover con la camiseta celeste, la cinta, la diez. “Y ahora estoy buscando club, para retornar a los primeros planos”, se promete -lo dicho- el diez: el diez con minúscula.
-¿Por qué no llegaste más lejos? -Por pelotudo. Estaba en el Genoa, con un contrato de cinco años, en la B, y decidí irme a jugar a un equipo pequeño, de amigos. O sea: un pelotudo. También tuve mucha mala suerte con las lesiones, me han pasado un montón de cosas en un tobillo, una rodilla, pero el tema fue cuando decidí bajar de categoría. Subir, ahora, es mucho más difícil.
-¿Pero cuántos años tenés, Diego? -23. El 20 de septiembre cumplo 24.
-Estás en carrera.
-Ah, sí, por supuesto. Yo le agradezco a Dios la técnica que me dio.
-Pero la tuvo fácil, Dios. Sos diestro, ¿no? -Soy derecho, sí. E hincha de River (se ríe).
-Una obviedad: siempre usaste la 10, ¿no? -Sí, pero porque soy enganche. Por eso, más que nada.
-No, claro, si fuera por tu apellido te daban la 3.
-(se ríe) No, bueno, por mi apellido también, claro.
-¿Cómo jugás? ¿Cómo decirte, a ver? Me parezco mucho al 10 de Vélez. ¿Maxi Moralez es? ¿Así se llama? -Maxi Moralez, sí.
-Bueno: a ése me parezco. A mí me gusta mucho el fútbol argentino, aunque haya cosas que no soporto: ver empatar a mi equipo con Gimnasia (J) es algo que cuesta mucho ver. Estoy con la computadora y sufro, sufro mucho. ¿Puedo decir algo? ¿Puedo terminar la nota diciendo algo? -Adelante.
-Que River vuelva a ser campeón. Por favor: quiero ver eso, después de tanto tiempo, otra vez.
“Mi viejo se merece una revancha†| Olé | Diario Deportivo
Ja, y yo pensé que sólo Dalma y Giannina lo bancaban a Diegote:twisted::twisted::twisted: