En la casa de Maradona, la hinchada de Tristán organizó un pobre y muy peculiar banderazo. Al menos, Luis Segura aseguró que si Diego no sigue, “no hay plan B”.
No fue, lo que se dice, una muestra de apoyo popular con la contundencia que el peso del personaje requería. Unas 150, 200 personas con toda la furia, en su gran mayoría pertenecientes a la hinchada de Tristán Suárez, cuyo presidente, vaya casualidad, es Gastón Granados, quien es el nexo entre Grondona y Maradona para motorizar un segundo período del Diez al mando de la Selección. Fue una movilización pobre, con más ruido de bombos que gritos genuinos. Tanto, que el homenajeado no asomó ni la nariz. Sin embargo, no todas fueron malas para Diego. Luis Segura, presidente de Argentinos y renunciado secretario de Selecciones Nacionales de la AFA, tuvo un enfático apoyo a la continuidad del ciclo. “No hay un plan B si Maradona decide no continuar” y dijo que las supuestas exigencias de Grondona para con Maradona “son sólo trascendidos”. En realidad, es bastante más que eso. El presidente de la AFA no está conforme con Mancuso ni con Signorini. En conversaciones privadas con otros miembros de Comité Ejecutivo, el Jefe aseguró que habrá “exigencias” de cara a una renovación de contrato de Maradona. Ya se habló de nuevos colaboradores -como Fernando Gamboa-, aunque eso se tejerá en una charla privada entre ambos a realizarse el lunes o el martes.
Mientras tanto, en la puerta del domicilio de Maradona en Ezeiza, el banderazo fue bastante singular. Se notó poca gente convocada por motu propio. Hubo bastantes indicios de una clásica movilización política: hasta se vio a un muchacho con un fajo de billetes, que repartió pequeños montos a algunas personas. La organización, eso sí, tuvo el buen tino de llevar chocolates y algunas copitas de licor de dulce de leche para calentar el cuerpo. El mismo Granados, quien nunca falta a una reunión de la B Metropolitana, no concurrió al sorteo del fixture y no atendió el teléfono en todo el día. Los dirigentes de los clubes, mientras tanto, tuvieron contactos intentando llevar una posición uniforme ante Grondona, antes de la reunión con Diego. Es una posición difícil para Don Julio, jaqueado como nunca antes por distintos actores: la exigencia de cambios choca contra un Maradona que no permitirá que le toquen a su gente, mientras el Gobierno observa cuidadoso y apuesta por la continuidad del Diez. Demasiados manos en el plato de la Selección.
No te pongas Tristón | Olé | Diario Deportivo
La verdad, me dan asco estos tipos que fueron a lo del gordo impresentable. Seguro le tiraron unas entradas y un choripán. Qué mal que estamos por dios!!:roll: