Tecnologia // Procesan a empresarios
Otro fallo contra Taringa! por violar la ley de propiedad intelectual
Los administradores del sitio de Internet donde se “colgaban” libros sin autorización de sus autores deberán afrontar un juicio oral y público, en el que podrían ser condenados a seis años de prisión, luego de que la Cámara del Crimen confirmó sus procesamientos por violación a la ley de propiedad intelectual.
Martes 25 de octubre de 2011 | 15:35
Fuentes judiciales informaron que la Sala Sexta del tribunal de apelaciones ratificó los procesamientos de Alberto Nakayama y los hermanos Matías y Hernán Botbol.
A los procesados se les imputó la contratación del servicio de hosting del portal Taringa! - Inteligencia Colectiva para ofrecer “a usuarios anónimos la posibilidad de compartir y descargar gratuitamente archivos cuyo contenido no está autorizado para publicar por el autor”.
Los camaristas Marcelo Lucini y Mario Filozof consideraron que los imputados, propietarios de la firma Wiroos SRL, facilitaron “la reproducción ilícita del material que se publica” y ratificaron también el embargo de $130.000 dispuesto en primera instancia.
La defensa argumentó que “las obras literarias no están almacenadas en la página, sino en el sitio rapidshare
, cuyos servidores están localizados fuera del territorio nacional, por lo que no puede aplicarse al caso la ley penal argentina”.
Sin embargo, los camaristas replicaron que “más allá de que los links desde los cuales se habrían descargado las obras reproducidas ilegalmente (rapidshare.com, 4shared.com y mediafire.com) están ubicados fuera del país, los servidores del dominio taringa.net -desde donde se ofrecía su descarga (kui.wiroos.com.ar y lanark.wiroos.com)- registran domicilio en la República Argentina”.
En ese sentido, añadieron que “se comprobó que las obras fueron reproducidas indebidamente al colgarlas
en una página web sin los permisos pertinentes, por los usuarios y a la cual Taringa
re-direccionaba la búsqueda de terceros no identificados”.
Que se vayan a la concha de su madre los camaristas, el forro que los denunció y la ley de propiedad intelectual.