Es una risa esto…
«Al barrio se lo cuida. Los Borrachos »
El Barrio River, a merced de los ladrones
En las últimas semanas hubo una treintena de asaltos; después del último partido en el Monumental, robaron ruedas a 12 vehículos
Los dos últimos robos sufridos por la familia del ex campeón mundial de fútbol y director técnico Jorge Burruchaga en la zona de Barrio River, en Belgrano, son nada menos que una muestra de la realidad que sufre esa área. Forman parte de una serie de hechos, que, según los vecinos, comenzaron hace tres años y se agravaron en los últimos 45 días.
Casi todos los vecinos consultados por LA NACION dijeron estar hartos de los robos en casas, secuestros, robos de ruedas de vehículos, asaltos a los chicos a la salida del colegio e incidentes generados por los consumos de alcohol y drogas.
Cuando saben que el sábado jugaba River Plate en su estadio, casi ningún vecino deseaba que llegara el fin de semana. Tránsito temeroso de barrabravas locales y visitantes, problemas con los “trapitos”, que les cobraban estacionamiento hasta a los vecinos, e infaltables desmanes. Todo eso es parte del menú de delitos de cada fin de semana.
La pesadilla se extendió a los otros eventos en el estadio: las noches de los recitales. Vibraciones por el movimiento de las tribunas y el suelo del Monumental, altos decibeles que rompían la armonía nocturna de cualquier hogar, sumado el asedio de los cuidacoches y los siempre presentes dueños de lo ajeno.
Pero ahora los que no dejan dormir a los vecinos son una serie de violentos robos en casas, muchos de los cuales ocurren durante la madrugada. De un episodio como éstos fue víctima la familia Burruchaga, cuando a la 1 del lunes 11 de junio pasado, tres asaltantes armados irrumpieron en su casa de Lidoro Quinteros 943. Despertaron a su esposa con una pistola en la cabeza y la maniataron junto a sus cuatro hijos. Los ladrones escaparon con dinero, joyas y electrodomésticos.
Así quedó la 4 x 4 de la familia Burruchaga después del partido de River. Foto: LA NACION / Rodrigo NéspoloSegún Ana Paulesú, presidenta de la Asociación de Fomento Barrio Parque General Belgrano -institución en la que están organizados los vecinos del Barrio River-, por lo menos quince hechos de este tipo se vivieron en la zona durante los últimos 45 días. “No dormimos en toda la noche”, dijo angustiada a LA NACION la abogada, que reúne el reclamo de la mayoría de los residentes. Los delincuentes actúan siempre encapuchados, con guantes de látex, armados y se las ingenian para buscar la forma de ingresar en la vivienda. “En muchos hechos, hubo un corte de luz en la cuadra previo al robo”, afirmó Paulesú.
Otras bandas se mueven aun con mayor impunidad. El caso de Juan, otro vecino, es dramático, pues sufrió dos delitos seguidos en menos de un mes, y ahora, por temor, prefirió no develar su identidad. El 22 de junio pasado, cuando volvía a su casa en su camioneta Jeep, le cruzaron un Citroën C4 negro en Crisólogo Larralde y Libertador. Allí, tres delincuentes se bajaron con ametralladoras y lo obligaron a conducir hasta su casa, donde lo desvalijaron. “Vi pasar a la policía tres veces por la puerta, porque una persona denunció el secuestro y buscaban los vehículos. Después del hecho, uno de los policías me dijo: «Menos mal que no te vimos, porque por las ametralladoras que usaban los cacos nos hubieran matado a todos».”
En otros hechos, se cumple lo que para muchos es un mito: el fenómeno de las casas marcadas. En Agote al 1300, una casa fue desvalijada cuando el dueño se fue a pescar el fin de semana. Luego del robo, el hombre vio un grafiti de un barco en la fachada.
“Ahora estamos en una campaña de paredes limpias. Ninguna casa puede estar escrita o marcada, cuando lo vemos, lo tapamos”, dijo Paulesú. “Inclusive, hablamos con miembros de la barra brava de River para que colaboren, y avisaron en uno de los muros: «Al barrio se lo cuida. Los Borrachos »”, contó la presidenta de la asociación de fomento. Un hecho traumático y aberrante le tocó vivir a un niño de nueve años, que volvía con su indumentaria de River Plate de pasar la tarde en el club, y dos ladrones lo abordaron a las 19.30 en la esquina de Rafael Hernández y Quinteros y lo dejaron casi desnudo. “Ese chico que tuvo que volver a su casa en ropa interior, hoy está bajo tratamiento psicológico y no quiere salir más a la calle”, relató Paulesú.
La noche después del partido en el que River consiguió el ascenso a la Primera División de fútbol en el Monumental, una docena de autos sufrió la sustracción de sus ruedas. Entre ellos, estaba la camioneta de la familia de Burruchaga.
“No queremos un policía para cada uno de nosotros, pero nos aumentan los impuestos, nos sacan los subsidios y también nos sacan la seguridad. Es injusto”, reclamó Roberto, otro vecino, quien también fue víctima de un violento robo la semana pasada. “Y al gobierno porteño -agregó- le pagamos muchísimo de impuestos también, y la Policía Metropolitana ni aparece.”
“Dentro del Monumental tenés a 1500 policías. Afuera, nadie cuida”, reclamó Paulesú. Esta falta de vigilancia parece extenderse los fines de semana a los barrios, pues la policía debe cuidar los estadios de fútbol.".