Ángel Labruna. Máximo goleador en la historia del futbol argentino, máximo goleador de los superclásicos oficiales, integrante de la célebra Máquina de los 40 y de la Maquinita en los 50 con lo que eso conlleva (títulos en la Boca, victoria en Inglaterra, multitud de títulos), técnico del equipo campeón luego de 18 años de sequía, mala suerte e impunidad. Todo eso pero, sobre todo, hincha hasta los últimos días.
Norberto Alonso. Surgido de las inferiores, número diez de los ‘‘que se la bancaban’’, zurdo temible y ganador por naturaleza. Único de los ídolos en ser campeón nacional, continental y mundial. Historial a favor contra Boca. Algo bocón e inútil en estos momentos, pero le sobra para ser ídolo.
Ramón Díaz. Siempre lo colocaba cuarto en cualquier ranking de ídolos, ahora lo pongo por encima del Enzo. Otro canterano, delantero, ví varios videos de él y, la verdad, terrible cambio de ritmo tenía. Integrante de los grandes equipos en los 70, consiguió títulos y hasta convirtió un triplete en la Bombonera, aunque le faltó la copa. De técnico tuvo revancha y consiguió la libertadores, además de un tricampeonato y quiticientos de logros más.
Enzo Francescoli. Dudo a veces de él, pero nadie le quita lo bailado. Amo y señor del futbol argentino en los 90, es el extranjero que más goles convirtió con la camiseta de River, campeón de tantísimos títulos locales, de la libertadores y de la supercopa. Otro de los 9 que brilló como nunca, a pesar de no ser canterano, lo sentimos nuestro.
Ariel Ortega. Lo único que te alegraba en la nefastísima época 2006-2010. Para ser ídolo no solo tenés que ser figura, ni salir campeón, ni convertirle goles a Boca, tambien tenés que tener carisma y este señor enamora con solo verlo. Te saca una sonrisa. Tengo un afecto muy especial.
Bernabé Ferreyra. El goleador no reconocido. Todos hincha que haya leído un poco de historia sabe quién fue, pero no le dan la verdadera trascendencia que tuvo su llegada. Goleador temible, de leyenda y, encima, costoso, pues lo valía. Antes de él, River salió campeón 4 veces en el amateurismo. Despues de él, en 8 años, ganó cuatro veces la liga argentina, por no querer mencionar los otros títulos conseguidos. Si River es grande, hay tres razones: palmarés, identidad y Bernabé Ferreyra.
Amadeo Carrizo. El mismo efecto de Ortega, algo tiene que enorgullece. Debe ser por el hecho de que es el único que sobrevive de aquel equipos en los 40. Campeón de quiticientas ligas argentinas, arquero de la mítica victoria en Inglaterra, protagonistas de grandes trompeadas contra los bosteros. ¿Qué más querés?
Adolfo Pedernera. El cerebro del mejor equipo que haya jugado en el futbol argentino. Capaz exagero pero por algo la Máquina trasciende hasta nuestro días. Hombre de goles importantes (como el doblete para empatar en la Bombonera y salir campeón en el 42). Habrá dirigido a Boca, pero por algo lo querían, estaba acostumbrado al éxito.
José Moreno. Cómo me hubiera gustado verlo jugar. Hay que ser muy bueno, y profesional, para irte al club rival del que sos hincha. Sí, era fanático bostero. Sí, siempre dijo que su sueño era vestir la camiseta mugrosa. Sin embargo, se cansó de cogerlos en la cancha y de salir campeón en sus jetas.
Antonio Alzamendi. Comparto la elección de Juani. Este tipo merece su rinconcito. Nunca hizo lío, siempre tiró para adelante y encima le debemos todo. Único goleador nuestro en copas intercontinentales. Todavía veo el partido, vía youtube, que se mandó contra Argentinos en el desempate por la copa del 86 y se me pone la piel de gallina. No paró de correr en todo el partido.
Como me quedé corto, la puta madre. Siento que tambien pueden faltar Loustau, Rossi, Vaghi, Yácono, Peucelle, Fillol, Passarella (sin la presidencia, lo hubiera incluido por sobre Alzamendi), Gallego (otro que se cagó en su idolatría con lo del 2000), Salas, Astrada… ufff, en fin.