Claro, por eso esta prohibida la homosexualidad.
Construyó un país con un férreo control de las libertades individuales —la homosexualidad está penada con dos años de prisión, por ejemplo—, que apenas se ha relajado.
Singapur ha sido denominado en más de una ocasión la Disneylandia con pena de muerte, castigo con el que se condena el tráfico de drogas y el homicidio. Los azotes son una forma de castigo para más de 40 delitos y una medida disciplinaria en las prisiones, reformatorios y las escuelas. Y también se prohíben actos que son parte de la vida cotidiana en la mayoría de los países del mundo: desde abrazarse a escupir en la calle o mascar chicle.
“Si no hubiéramos intervenido en la vida de la gente, en cuál es tu vecino, cómo vives, qué ruido haces, cuándo escupes o qué lenguaje utilizas, no estaríamos donde estamos”, dijo en una ocasión Lee Kuan Yew.
Pero la supresión de ciertas libertades civiles, advierte Olof Blomqvist, de Amnistía Internacional, “no es en absoluto una precondición para el desarrollo económico”. Blomqvist recuerda el caso de un joven bloguero encarcelado por publicar imágenes consideradas obscenas en YouTube. “Se merecen celebrar también una sociedad que permita el debate público abierto y libre”, dice.
El milagro de Singapur presenta un elevado coste en derechos humanos que no parece que vaya a cambiar en un futuro cercano.
https://elpais.com/internacional/2015/08/09/actualidad/1439155558_848900.html
La reforma de la Ley de Orden Público de Singapur confirió más poderes a las autoridades para restringir o prohibir las reuniones públicas. La libertad de expresión y de reunión sufrió un nuevo golpe al presentarse cargos contra personas que participaron en protestas pacíficas.
Libertad de reunión
En abril se aprobaron enmiendas a la Ley de Orden Público que imponían más normas a quienes organizaran eventos públicos. La ley modificada disponía que los organizadores debían solicitar permiso al menos 28 días antes de un evento e informar a la policía sobre la dimensión estimada de la concentración. El incumplimiento de estas normas era punible con una multa de hasta 20.000 dólares de Singapur (14.297 dólares estadounidenses), una pena de hasta un año de prisión o ambas. Las solicitudes de permiso podían ser rechazadas si el propósito de la concentración era político o si asistían a ella, la organizaban o la financiaban personas extranjeras.1
La policía investigó a defensores y defensoras de los derechos humanos por participar en reuniones públicas pacíficas. En junio, 9 activistas que habían celebrado una protesta silenciosa fueron investigados por reunirse sin el permiso requerido por la Ley de Orden Público. En septiembre se investigó a 10 activistas por haber celebrado una vigilia pacífica por Prabagaran Srivijayan la víspera de su ejecución, en julio.2 En noviembre se presentaron varios cargos contra el activista Jolovan Wham por su papel en varias reuniones pacíficas a lo largo de un año, incluida la protesta y vigilia silenciosa por Prabagaran Srivijayan
Libertad de expresión
En agosto se impuso una multa de 7.000 dólares de Singapur (5.122 dólares estadounidenses) al abogado Eugene Thuraisingam por desacato al tribunal tras publicar en las redes sociales un poema sobre la ejecución de su cliente, Muhammed Ridzuan Mohd Ali. Se inició un proceso por desacato al tribunal contra el académico residente en Estados Unidos Li Shengwu por una publicación en Facebook donde insinuaba que los tribunales de Singapur no eran independientes. En septiembre, el artista y activista Seelan Palay fue detenido en aplicación de la Ley de Orden Público por llevar a cabo una performance de carácter político frente al Parlamento.
Pena de muerte
Se seguían llevando a cabo ejecuciones en la horca por asesinato y narcotráfico. El 14 de julio, el ciudadano malayo Prabagaran Srivijayan fue ejecutado a pesar de que en Malasia estaba pendiente una apelación sobre su caso
Derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales
Las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales siguieron sufriendo discriminación. En julio, las autoridades exigieron a la organización del festival anual LGBTI Pink Dot que efectuara controles de identidad. Se prohibió oficialmente participar a las personas extranjeras
Derechos laborales: trabajadores y trabajadoras migrantes
Varias ONG criticaron las condiciones de vivienda de las trabajadoras y trabajadores extranjeros, y al menos una empresa constructora fue multada por alojar a estas personas en condiciones insalubres.
Seguridad y medidas antiterroristas
Se siguieron llevando a cabo arrestos en virtud de la Ley de Seguridad Interna, que permitía la detención sin cargos ni juicio durante periodos de dos años, renovables de forma indefinida.
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/paises/pais/show/singapur-2/