Bueno… q tema este… les dejo una columna q salio en una pagina uruguaya… yo pienso q es la cruda realidad…
ayer cuando brasil hizo el 3er gol entre a las puteadas… jajaja Penca, maldita seas
Vi Uruguay – Sudáfrica con un amigo. Festejamos el primer y segundo gol con la misma euforia y locura los dos, pero cuando vino el tercero noté que él ya no lo festejó con tanta algarabía. Después de presionarlo un rato, me confesó a regañadientes y con un dejo de culpa que había apostado una cena con un compañero de laburo a que ganábamos 2-0.
Me hice el ofendido y lo tildé de vende patria. Pero cobardemente le escondí que yo también había anotado un 2-0 en mi penca y que ese maldito tercer gol me había hecho caer un montón de puestos en el ranking.
Es la primera vez en años de ver mundiales que me anoto en una penca. Y si hubiera sabido que me iba a volver tan esclavo de ella jamás me hubiera anotado. Tengo la mala suerte de haber elegido una que regala un LCD (poco comprensible que te lo ganes después de terminado el mundial, pero bueh) y la peor suerte de estar puntuando bastante bastante alto (digamos que hay apenas unos 10 miserables que vienen embocando más resultados que yo).
Mala suerte digo porque hace rato que no puedo mirar un partido en paz sin sufrirlo. He descubierto que las pencas modernas son inhumanas, porque no sólo premian por acertar ganador o empate como en los viejos tiempos del cartoncito, sino que premian mucho mejor por acertar el resultado. Ergo, estás hasta el último minuto con la soga al cuello rezando porque Eslovenia no se coma un gol pavo al final, o indignado porque el DT de Argelia no hizo un cambio.
No voy a confesar cuáles fueron mis predicciones para la continuidad de La Celeste en el mundial. Pero si me llegan a encontrar en 18 festejando un gol de Cuauhtémoc Blanco, sepan disculpar.
Bueno… q tema este… les dejo una columna q salio en una pagina uruguaya… yo pienso q es la cruda realidad…
ayer cuando brasil hizo el 3er gol entre a las puteadas… jajaja Penca, maldita seas
Vi Uruguay – Sudáfrica con un amigo. Festejamos el primer y segundo gol con la misma euforia y locura los dos, pero cuando vino el tercero noté que él ya no lo festejó con tanta algarabía. Después de presionarlo un rato, me confesó a regañadientes y con un dejo de culpa que había apostado una cena con un compañero de laburo a que ganábamos 2-0.
Me hice el ofendido y lo tildé de vende patria. Pero cobardemente le escondí que yo también había anotado un 2-0 en mi penca y que ese maldito tercer gol me había hecho caer un montón de puestos en el ranking.
Es la primera vez en años de ver mundiales que me anoto en una penca. Y si hubiera sabido que me iba a volver tan esclavo de ella jamás me hubiera anotado. Tengo la mala suerte de haber elegido una que regala un LCD (poco comprensible que te lo ganes después de terminado el mundial, pero bueh) y la peor suerte de estar puntuando bastante bastante alto (digamos que hay apenas unos 10 miserables que vienen embocando más resultados que yo).
Mala suerte digo porque hace rato que no puedo mirar un partido en paz sin sufrirlo. He descubierto que las pencas modernas son inhumanas, porque no sólo premian por acertar ganador o empate como en los viejos tiempos del cartoncito, sino que premian mucho mejor por acertar el resultado. Ergo, estás hasta el último minuto con la soga al cuello rezando porque Eslovenia no se coma un gol pavo al final, o indignado porque el DT de Argelia no hizo un cambio.
No voy a confesar cuáles fueron mis predicciones para la continuidad de La Celeste en el mundial. Pero si me llegan a encontrar en 18 festejando un gol de Cuauhtémoc Blanco, sepan disculpar.
Yo estoy igual, esclavo de los pronósticos… venía puntero solitario hasta que Chile le metió el primero a Suiza, la bronca que me agarre… nunca más participo de esto jaja, estoy más pendiente de mis resultados que de disfrutar los partidos…
Justamente por eso no me anoto en ningún juego ni nada. Además, me da mucha paja la verdad, porque a la hora de adivinar los resultados estoy media hora analizando cada partido, cuando en realidad puede pasar cualquier cosa, y al final termina siendo mucho mas cuestión de suerte que de saber de fútbol.