Dejo una nota muy interesante que salio hoy en La Nación sobre como se profesionalizaron las distintas áreas gerenciales de River.
Millonarios de verdad
Por Diego Cabot
Faltan 26 horas para que empiece la final de la Copa Libertadores. El Monumental ya es un enjambre de hinchas que pasan a estar más cerca de la historia. En el primer piso, debajo de las tribunas que un día después rebozarán de gente, Gustavo Silikovih abre un Power Point en su escritorio. “El partido de mañana dejará 25 millones de pesos de recaudación. La Copa Intercontinental, que se jugará en Japón, entre tres y cinco millones, de acuerdo al resultado deportivo”, dice. Horas más tarde, River se consagró campeón de América -le ganó 3 a 0 a Tigres de México-, y en aquellos pasillos todo era festejo.
Desde hace unos meses, Silikovich es el gerente general del club. Es hincha de River pero no llegó a esa silla por sus gritos en la hinchada o por su militancia social en el club. Un head hunter salió al mercado a contratar un ejecutivo de una multinacional para que aplique las recetas en Núñez. Silikovich dejó Arcos Dorados, o McDonald’, en realidad, y se dedica ahora a tomar decisiones con más cabeza que corazón.
El suyo es sólo uno de los casos de los ex ejecutivos que ahora forman parte de una línea gerencial, una estructura que reporta a la Comisión Directiva, convertida en suerte de Comité Ejecutivo si se hiciera un paralelo con una empresa. Un ex Molinos, Gastón Silva, se hizo cargo de la Gerencia de Recursos Humanos; Juan Nervi, ex Kellogg’s y Louis Dreyfus, asumió como Gerente Financiero, un CFO del mundo River, y Santiago Traynor, ex Coca-Cola y cosméticos Natura, de la gerencia de Márketing.
La profesionalización de los cuadros directivos coincidió con los triunfos. “Millones” se convirtió en una palabra conocida en los pasillos. “Abrimos un VIP para los hinchas, con entradas a la cancha más un lugar para que los chicos jueguen a la Play antes del partido, algo de comida y la exhibición de la Copa. En una hora se agotaron las 300 entradas. Costaban 7000 pesos cada una”, cuenta el gerente del club.
River funciona con tres sponsor principales: Adidas, en la indumentaria; BBVA, como sponsor de camiseta, y Netshoes, en la manga. “Con los tres tenemos una relación casi de socios”, dice. Las camisetas son uno de los grandes negocios del club. Esa tarde, un día antes de la consagración, ya estaban preparadas las que iban a lucir los jugadores en el festejo. Inmediatamente después del título, ya se podían comprar online en Netshoes a cambio de 1300 pesos. El jueves, en la tienda que está dentro del Museo, había una cola d una cuadra para hacerse de la camiseta alegórica.
Silikovich cuenta que un partido del campeonato normal le deja a River alrededor de tres millones de pesos; uno por la Copa Sudamericana, entre 12 y 14 millones de pesos, y una semifinal de Copa Libertadores o un clásico con Boca, 20 millones de pesos. “Los 25 millones de pesos de la final serán un récord”, dice.
A eso se suman otros números de varios ceros. Por haber ganado la Copa, llegó un cheque de 2,3 millones de dólares, además de haber acumulado 900.000 dólares de la primera fase de grupos, 550.000 por jugar octavos, 650.000 por cuartos y 700.000 por las semifinales. Todos dólares, claro está. Mañana, en Japón, cuando dispute la copa Suruga Bank, se habrá asegurado un piso de 60.000 dólares de premio que podrían ser 200.000 si gana el partido.
El año pasado, Pablo Alegre y Dolores Alonso, dos profesores del Área Académica de Dirección Comercial del IAE, escribieron el caso para ser estudiado en los posgrados de negocios que allí se dictan. “Necesitábamos de un caso atractivo para discutir estrategia comercial -dice Alegre-. En River encontramos una institución con énfasis en el trabajo de marca, muy atractivo y que despierte intereses encontrados en el aula. Es una marca muy emocional”. El caso se escribió con los resultados de diciembre de 2014 y se llamó River vuelve a ser River.
“Nos llamó la atención que la Gerencia de Márketing, con no más de 10 personas, llevó a cabo una importante planificación. Está en marcha un cambio cultural que está operando en estos momentos. Se planifica, se hacen métricas para medir. Hay muchas discusiones y mucha creatividad. Quizá no todas las ideas se pueden implementar, pero el club entró en un círculo virtuoso que años anteriores”, dice Alegre.
Según el trabajo del IAE, “la marca empieza a tener un posicionamiento otra vez”.
Eran las 4.20 del jueves y River recién ganaba la Copa. El gerente de River, empapado, hacía cuentas. “Al éxito deportivo de ganar la Copa hay que agregarse que ya está asegurado jugar la edición que viene. Eso significa, al menos, entre 40 y 60 millones de pesos adicionales para el presupuesto 2016”, confesó.
Estos días se presentará un balance con $ 40 millones de superávit al menos. Son días que en River se cuentan varios ceros.