Los domingos nos juntábamos todos en la quinta del Pochi. No tenía pileta, así que en verano cuando se terminaba la cerveza servíamos sudor de sobaco. Los asados los preparaba siempre El Bola, un chabón medio raro, nunca soltaba palabra. Cuando la digestión se hacía presente lo veías bien callado, con el vaso atornillado a la mano. Una vuelta empezó el anecdotario como todas las tardes, el que menos mamado venía, entretenía al resto con una historia casi nunca cierta pero lo suficientemente creíble como para mantener la atención de los muchachos. Para sorpresa de todos, quién sino El Bola arrancó suelto como adolescente después de una paja.
-Les quiero contar a todos que voy a ser papá.
-Vamos Bola- tiró Cachito.
-Voy a ser papá- repite- Mi señora quedó embarazada de otro tipo.
Completamente serio, dejaba caer la incomodidad sobre la mesa. Se hizo un silencio como de cancha, entre murmullos y gente hablando de otra cosa, Cachito insiste por mantener la conversa.
-Cómo no es tuyo Bolita? Estás seguro?-
Si- dice el Bola- Pero lo voy a cuidar igu… la voy a cuidar igual porque es nena, nace en dos meses y se va a llamar Sasha.
Nadie podía creerlo, El Bola haciéndose cargo de un bastardo cuando a duras penas podía controlar el fuego, la carne se le arrebataba todos los domingos y te ibas a tu casa con un dolor de muela bárbaro.
Entre felicitaciones poco honestas, el vago despliega una anécdota que sería de las mejores contadas en la quinta de Pochi.
-Elegí ponerle Sasha por la perra de mi hermano- gruñó – Cuando me separé de mi ex mujer, me fui a vivir a moreno con mi hermano y su familia. Él tenía una perra vieja que dormía en un sillón roñoso, lleno de pelos. La casa era chica pero entrabamos todos, a mí me toco el sillón de la perra y a la perra el piso. A la noche hacía un frio bárbaro, yo nunca dormí en colchones muy chetos así que no me molestó, lo que jodía eran los pedos que largaba el animal que parecía vengarse por haberle robado su cama. No se podía dormir “Cachito”, entonces salí al patio a prenderme un cigarro. A la señora de mi hermano no le cabía que fumara adentro, pero esa noche no me importaba nada, una mina más que me dijera lo que tengo que hacer. Encendí el segundo con la colilla del primero y se ve que entre secas estiré el brazo. No vaya a ser que le dejé apoyado el pucho en el lomo de la perra. Con la de pelo que tenía ni sintió el calor, cuando me quiero dar cuenta estaba corriendo prendida fuego y la muy boluda encaró para la cortina. La casa de mi hermano quedó negra carbón y la bruja de su señora nos echó a los dos a la mierda. Terminamos en una pensión.
- Y el perro?- Preguntaron varios al unísono, ahora el silencio era como esos de la premier league cuando homenajean un atentado.
- El pichicho no la contó- Da una calada larga y aclara - Por eso mi hija se va a llamar así, por ella.
Después de unos minutos, estábamos todos entre desabrochando el cinturón y sorprendidos. El asador, enemigo del buen gusto parecía tener corazón, era un primate con códigos. Como última frase y para no volver a tocar el tema en las cuatro o cinco veces que nos volvimos a juntar, desenfundó:
-Por suerte no se llamaba “Manchita”.
Los domingos nos juntábamos todos en la quinta del Pochi. No tenía pileta, así que en verano cuando se terminaba la cerveza servíamos sudor de sobaco. Los asados los preparaba siempre El Bola, un chabón medio raro, nunca soltaba palabra. Cuando la digestión se hacía presente lo veías bien callado, con el vaso atornillado a la mano. Una vuelta empezó el anecdotario como todas las tardes, el que menos mamado venía, entretenía al resto con una historia casi nunca cierta pero lo suficientemente creíble como para mantener la atención de los muchachos. Para sorpresa de todos, quién sino El Bola arrancó suelto como adolescente después de una paja.
-Les quiero contar a todos que voy a ser papá.
-Vamos Bola- tiró Cachito.
-Voy a ser papá- repite- Mi señora quedó embarazada de otro tipo.
Completamente serio, dejaba caer la incomodidad sobre la mesa. Se hizo un silencio como de cancha, entre murmullos y gente hablando de otra cosa, Cachito insiste por mantener la conversa.
-Cómo no es tuyo Bolita? Estás seguro?-
Si- dice el Bola- Pero lo voy a cuidar igu… la voy a cuidar igual porque es nena, nace en dos meses y se va a llamar Sasha.
Nadie podía creerlo, El Bola haciéndose cargo de un bastardo cuando a duras penas podía controlar el fuego, la carne se le arrebataba todos los domingos y te ibas a tu casa con un dolor de muela bárbaro.
Entre felicitaciones poco honestas, el vago despliega una anécdota que sería de las mejores contadas en la quinta de Pochi.
-Elegí ponerle Sasha por la perra de mi hermano- gruñó – Cuando me separé de mi ex mujer, me fui a vivir a moreno con mi hermano y su familia. Él tenía una perra vieja que dormía en un sillón roñoso, lleno de pelos. La casa era chica pero entrabamos todos, a mí me toco el sillón de la perra y a la perra el piso. A la noche hacía un frio bárbaro, yo nunca dormí en colchones muy chetos así que no me molestó, lo que jodía eran los pedos que largaba el animal que parecía vengarse por haberle robado su cama. No se podía dormir “Cachito”, entonces salí al patio a prenderme un cigarro. A la señora de mi hermano no le cabía que fumara adentro, pero esa noche no me importaba nada, una mina más que me dijera lo que tengo que hacer. Encendí el segundo con la colilla del primero y se ve que entre secas estiré el brazo. No vaya a ser que le dejé apoyado el pucho en el lomo de la perra. Con la de pelo que tenía ni sintió el calor, cuando me quiero dar cuenta estaba corriendo prendida fuego y la muy boluda encaró para la cortina. La casa de mi hermano quedó negra carbón y la bruja de su señora nos echó a los dos a la mierda. Terminamos en una pensión.
- Y el perro?- Preguntaron varios al unísono, ahora el silencio era como esos de la premier league cuando homenajean un atentado.
- El pichicho no la contó- Da una calada larga y aclara - Por eso mi hija se va a llamar así, por ella.
Después de unos minutos, estábamos todos entre desabrochando el cinturón y sorprendidos. El asador, enemigo del buen gusto parecía tener corazón, era un primate con códigos. Como última frase y para no volver a tocar el tema en las cuatro o cinco veces que nos volvimos a juntar, desenfundó:
-Por suerte no se llamaba “Manchita”.
Como se nota que son las 3 de la mañana eh
leí todo encima
como le dan a la fafafa acá eh…
Jajajajaja
la concha de tu madre estupido
Elsabio
La perra de tu hermana
[emoji13]
que es esto? cual es el punto?
Empece a leer con entusiasmo pero fue desapareciendo a medida que avanzaba, no entendí un sorete…
dale esforzate, quiero que me expliques el objetivo por el cual fue postiada esta porqueria
porque del texto no hace falta ver si es interesante o no, se nota que es una clara mierda
pero cual fue el objetivo? con algun objetivo tiene que haber puesto estastupidez
Deberia explayarse el autor/promocionador del mismo para aclarar cual era el objetivo de este miserable y putrefacto texto.
¿cuál era? queremos que el bot este lo aclare ya.
¿quién mató a Nisman? que me responda eso, de paso
Es una anécdota verídica muchachos, la semana pasada me contaron que El Bola rajó para Paraguay con una prostituta. Nos alegramos mucho, la señora era alta yegua
A nisman lo mato lagomarsino mientras se la ponía por el culo. Cualquier cosa pregunten, TENGO DATA DE TODA LA FARANDULA
El comandante esta vivo?
Si, se hizo pasar por muerto porque le llego la factura de todas las gomas que garpó. Está en Ibiza, manda saludos.
Dale vieja, también tengo información INTERNACIONAL
Driussi se come a Sol Perez, dice que tira la goma como ninguna pero que la empanada le huele a tofu. “La baja un toque”
discipulo de ElJusticiero261
:lol: