La nueva historia

Esas lágrimas rojas y blancas de aquel 26 de junio fueron la última palabra de una historia de esas que duelen, que entristecen, que hacen sufrir. La hisotria de la decandencia. De la corrupción, de los desmanejos, de las mentiras, de las complicidades, de los errores, del vaciamiento. De la ingratitud, de la desesperanza, de las lágrimas, de la frustración. La hisotria de la debacle, de la caída, de los sueños rotos. De la bronca, la desesperación, la impotencia, la desgracia.

Era difícil creer en otro capítulo para esta historia, pero así fue, que esta segunda parte se llenó de escenas de la más profunda de las pasiones. De devoción por los colores. De amor a la camiseta. De lucha, esfuerzo y dientes apretados. De impaciencia, presión y sufrimiento. De los que tuvieron huevos y pusieron la cara. De mochilas pesadas. De gargantas gastadas, canchas llenas y un país revolucionado. Y otra vez, esta historia terminó con lágrimas. Este 23 de junio, lloramos para desahogar un año de penas atragantadas. Un año de este cuento de terror que por fin podemos dejar atrás. No son las mismas lágrimas que las del 26, estas nos dan la seguridad que no vamos a dejar que vuelva a pasar lo mismo. Las de los jugadores significan la misión cumplida. La de los hinchas, el “Nunca más”.

24 de junio, arranca una nueva historia. La del retorno, la resurrección, la revuelta o como quieran llamarlo. Sabemos lo que no queremos volver a ver, pero mucho más sabemos lo que sí queremos volver a vivir. Sabemos que unidos nos hicimos más fuertes. Sabemos lo lindo que fue ser locales en todas las canchas y reventarnos la garganta. Sabemos que el país habló de la banda roja. Esperemos que esta película hable de gloria, de goles, de toques, de vueltas y festejos. Del Monumental, de los millonarios, de los ídolos y los campeonatos. De River Plate.

Esas lágrimas rojas y blancas de aquel 26 de junio fueron la última palabra de una historia de esas que duelen, que entristecen, que hacen sufrir. La hisotria de la decandencia. De la corrupción, de los desmanejos, de las mentiras, de las complicidades, de los errores, del vaciamiento. De la ingratitud, de la desesperanza, de las lágrimas, de la frustración. La hisotria de la debacle, de la caída, de los sueños rotos. De la bronca, la desesperación, la impotencia, la desgracia.

Era difícil creer en otro capítulo para esta historia, pero así fue, que esta segunda parte se llenó de escenas de la más profunda de las pasiones. De devoción por los colores. De amor a la camiseta. De lucha, esfuerzo y dientes apretados. De impaciencia, presión y sufrimiento. De los que tuvieron huevos y pusieron la cara. De mochilas pesadas. De gargantas gastadas, canchas llenas y un país revolucionado. Y otra vez, esta historia terminó con lágrimas. Este 23 de junio, lloramos para desahogar un año de penas atragantadas. Un año de este cuento de terror que por fin podemos dejar atrás. No son las mismas lágrimas que las del 26, estas nos dan la seguridad que no vamos a dejar que vuelva a pasar lo mismo. Las de los jugadores significan la misión cumplida. La de los hinchas, el “Nunca más”.

24 de junio, arranca una nueva historia. La del retorno, la resurrección, la revuelta o como quieran llamarlo. Sabemos lo que no queremos volver a ver, pero mucho más sabemos lo que sí queremos volver a vivir. Sabemos que unidos nos hicimos más fuertes. Sabemos lo lindo que fue ser locales en todas las canchas y reventarnos la garganta. Sabemos que el país habló de la banda roja. Esperemos que esta película hable de gloria, de goles, de toques, de vueltas y festejos. Del Monumental, de los millonarios, de los ídolos y los campeonatos. De River Plate.

Ojalá estes en lo cierto.