Yo había iniciado la década del 30, en realidad era la etapa bernabeniana, en enero y lo dejé de lado por cuestiones de estudios, laburo y, por ahí, de ganas. Me faltaba inspiración en otros momentos.
Pero decidí dedicarle una hora, al menos, para poder terminar, porque Juani anduvo peleando y laburando bastante con este tema, y no quiero quedarme atrás. Ahora ando preparando finales, pero de a poquito puedo aportar a la década del 30…
Ayer finalicé el año 1931, les comparto para que vean el formato que le quiero dar, a ver si les gusta:
Surgimiento del profesionalismo en el futbol argentino
Al finalizar la temporada de 1930, los dirigentes de varias instituciones que componían la Primera División dijeron basta. Es que el régimen amateurista, vigente desde la creación de la primera entidad que riga el deporte en nuestro país desde 1893, no daba para más. Desorganización de los calendarios –el campeonato del 30 finalizó en abril del 31-, sobrecarga de equipos en la categoría –el último campeonato amateur estuvo compuesto por 36 equipos- y la distribución de las ganancias fueron algunas causas de esa molestia dirigencial. Los clubes grandes sacarían chapa del poder societario y económico que tenían para lograr la implementación del profesionalismo de una vez.
La cuestión económica no era algo menor. En ese entonces existía un artículo –el número 225- que acentuaba un cooperativismo absurdo entre los equipos que se enfrentaban entre sí. Imaginemos la siguiente situación: encuentro entre Independiente, club enormemente popular, y Sportivo Buenos Aires, de los humildes, en el estadio de la Doble Visera, primer estadio construido de cemento en Sudamérica y con capacidad para más de 40.000 personas; ahora, la recaudación de taquillera era increíblemente cuantiosa, y debía ser repartida entre los dos equipos en partes iguales. De ahí la molestia de Racing Club o San Lorenzo, entre otros. Con la llegada del profesionalismo, cada uno subsistiría mediante sus propios medios.
Otro de los temas en discusión era la búsqueda por mejorar el espectáculo. Si bien el futbol fue ganando adeptos en tiempos remotos, y más aun con la entrada de criollos en el ambiente, los medios gráficos jugaron un papel importante en la nacionalización del futbol. Diarios como La Crítica o revistas como El Gráfico, fomentaron una idiosincrasia futbolera que fue formando un estilo denominada La Nuestra a lo largo de los años, y acentuándose en la década de los 40 y 50. Expresiones como gambeta, potrero y demás nacieron en la década del 20, influyendo a un estilo creativo, espontáneo y alegre. Y claro, ante una desorganización –eran épocas donde los partidos suspendidos aumentaban- y la violencia generalizada en las tribunas, dificil que el show pueda continuar.
Sin embargo, la Asociación Amateurs de Football (AAAF) tomó cartas en el asunto y consideró un acto de deslealtad la postura tomada por aquellos clubes grandes, alegando que ellos lograron levantarse institucionalmente sin necesidad de profesionalizarse. Poco importarían las palabras de la entidad superior pues, al fin y al cabo, los espectadores eran quienes sostenían el entretenimiento. Así quedó demostrado cuando, en un intento de iniciar el nuevo campeonato correspondiente a la temporada de 1931, las gradas mostraron un panorama desalentador: estadios semivacíos, recaudaciones magras en las boleterías y encima los futbolistas entraron en huelga, sumándose un nuevo protagonista a la disputa.
Vale aclarar que River venció 2-0 a El Porvenir en esa anulada 1º fecha, el 10 de mayo de 1931.
Los futbolistas parecían olvidados ante tantos intereses ajenos, sufriendo irregularidades que desembocaron en tragedias totalmente evitables. Estaban desprotegidos. Por ejemplo, el capitán de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Héctor Arispe, murió a causa de la insolación en un caluroso partido del campeonato de 1930. Recién a partir de este accidente se tomaron medidas preventivas que iban desde averiguar el clima el día anterior o jugar partidos fuera del horario del mediodía. Ni hablar de la sobrecarga de partidos a la que eran sometidos, cosa que por estos días se sigue criticando debido a la inmensa cantidad de competiciones que existen.
Aunque donde ponían más énfasis era el deseo del pase libre. Entonces regía un pacto de caballeros, sin que esté reglamentado, en el que los clubes arreglaban la transferencia de los clubes. O sea, el futbolista no tenía decisión sobre su carrera; necesitaba de la autorización del club de origen para irse, y del club receptor para llegar. Lo denominaron ley candado. Dicho pacto provocó polémicas en cuanto uno quería firmar contrato para otra camiseta, en especial con los que emigraban hacia Europa. Raimundo Orsi, por dar un caso, fue campeón de cinco scudettos consecutivos con la Juventus de Italia pero necesitó estar parado un año de la actividad para sumarse al elenco bianconero. Mismo caso de Rodolfo Orlandini, perteneciente a Sportivo Buenos Aires, que desembolsó los 5.000 pesos que el club dueño del pase pagó por él para así irse al Genoa. La asociación sancionaría y suspendería a algunos de la actividad en casos menos resonantes, detonando el enojo hasta los de la Selección Argentina, subcampeona del mundo, quienes se negaron a participar de una gira prevista por Paraguay y declararon la huelga.
Si bien ambas cuestiones, profesionalismo y pase libre, aparecieron como temas separados, el intendente de la ciudad –José Guerrico- lo comprendió como un todo y sugirió una misma solución. El Estado en aquellos tiempos actuaba como mediador en los diversos conflictos institucionales en los que entraba el futbol. Tal es el caso de las fusiones de las asociaciones existentes en 1926, siendo el presidente de la Nación –Marcelo T. de Alvear- el que laudó diferencias. El funcionario suponía que las raíces del problema eran económicas, así que recomendó profesionalizar el futbol. Esto generaba el blanqueo de los sueldos, al menos, que antes se encontraban en negro.
Acordémonos del Amateurismo Marrón: así fue llamado la época en que los futbolistas cobraban dinero por sus servicios dentro de la cancha, a pesar de del espíritu deportivo que suele promover cualquier ámbito amateur. Y ya data desde mediado de la década del 10 dicho flujo de dinero que pasaba bajo la mesa. Está claro que se acentúo en el decenio siguiente. Había una que encontrar una forma de explicar las salidas de dinero en los libros de contabilidad, provocando dolores de cabeza a los contadores y trayendo problemas administrativos a los clubes. Cerrar los balances no fue fácil, y la solución residió en anotar a los futbolistas como parte del cuerpo de empleados del club, en tareas que jamás realizaron.
Para el 18 de mayo de 1931, los siguientes equipos se desafiliaron de la AAAF y formaron una asociación aparte: Platense, Vélez Sarsfield, Gimnasia y Esgrima La Plata, Tigre, Atlanta, Estudiantes de La Plata, Huracán, Ferro Carril Oeste, Lanús, Chacarita Juniors, Talleres, San Lorenzo, Racing Club, Boca Juniors, River Plate e Independiente. Crearon un modelo de campeonato en el que participaban solamente esos 16 equipos, acortando el calendario. Una liga de pocos y poderosos, mejorando el espectáculo y blanqueando a los futbolistas. Los que no pudieron ser parte de la flamante asociación, siguieron afiliados al viejo régimen; otros cambiaron de deportes, desapareciendo del futbol; y el resto se profesionalizó pero empezaron en las categorías del ascenso. Así nacía el LAF: Liga Argentina de Football.
Dado el marco en el que surgió el LAF, la FIFA, todavía aun y difícilmente lo haga, no lo reconoce como entidad oficial o miembro. Debido a esta falta de compromiso con la entidad madre, hace que los clubes ficharan futbolistas sin necesidad que alguien la regule. Otra asociación, otras reglas. Es por esto que se rompe el denigrado pacto de caballeros con los clubes que aún eran amateur. De esta forma, era posible negociar directamente con el jugador. Obviamente, aclarando, el pacto todavía regía entre los miembros del LAF. A su vez, muchos extranjeros vieron la oportunidad de emigrar al futbol argentino.
Carlos Peucelle: El Barullo
‘‘En el fútbol hoy sobran los héroes, antes sobraban los ídolos.’’
Haciendo hincapié en lo comentado anteriormente, dejar de lado el pacto provocó que los equipos negocien directamente con los jugadores de aquellos equipos que aun pertenecían al AAAF, sin necesidad tampoco de tener una autorización con el club dueño de la ficha. River Plate saldría favorecido con la medida, adquiriendo un jugador notable de la época, internacional y todavía con una trayectoria que recorrer. Su situación económica, acompañada del gran caudal societario, ayudó a que lo consiguiese. Además, es necesario remarcar el rendimiento del equipo en el amateurismo, cosechando apenas una liga y dos copas, importantes pero pocas para una institución como lo era Tricolor entonces.
La dirigencia riverplatense puso el ojo en el wing derecho de Sportivo Buenos Aires. Cerca de cumplir 23 años, internacional con la Selección y sin intervención del dueño del pase: sonaba tentador. Se llamaba Carlos Desiderio Peucelle y la negociación no sería sencilla, existían varios contendientes por llevárselo. Entre ellos, Boca Juniors, que le ofrecía el contrato más jugoso que un futbolista pueda desear. River, queriendo hacer la contraoferta, pone 10.000 pesos en la mesa como prima. Todo para Peucelle. Esta noticia repercutió en todo el país, conmocionando a los fanáticos pues nunca antes se había pagado tanto por un jugador en estas tierras. Después del suceso, a River lo pasaron a llamar El Millonario.
Hagamos un repaso por su carrera: Peucelle nace el 13 de septiembre de 1908, en pleno barrio de Barracas. A temprana edad ingresa a las filas del Club Deportivo Anchorena. Luego, ya de adolescente, se alista en las divisiones inferiores de Boca. Para fortuna de la historia riverplatense, una huelga logra que Peucelle se aleje de la ribera y pase a vestir la camiseta de San Telmo y, posteriormente, a Sportivo Barracas. Tras debutar en Primera allí, de pasar poco tiempo en Nacional de Adrogué y de volver nuevamente a San Telmo, ficha por el Club Sportivo Buenos Aires. Sin dudas, fue el punto de quiebre en la carrera de Peucelle. En la temporada del 30, el humilde equipo queda décimo en un torneo de 35 equipos, logro poco habitual.
La consolidación en la Primera División trajo consigo los llamados a vestir la camiseta de la Selección Argentina, llegando a disputar dos campeonatos de mucha envergadura. En el Sudamericano de 1929, realizado en nuestro país, disputa 3 partidos y convierte 1 gol, y se consagra campeón. Al año siguiente, se disputa la primera Copa del Mundo de futbol en Uruguay. Y Peucelle fue protagonista. Juega 4 partidos, convierte 2 goles en la semifinal y 1 en la final, siendo el primer argentino en hacerlo en dicha instancia. No alcanzó para lograr el título, cerrando así un ciclo histórico de la Argentina, incluyendo el título continental del ‘27 y la medalla de plata en los JJOO del ‘28. Algunos futbolistas de esa generación tambien irían a River.
Tras la finalización del campeonato del 30, River empieza las negociaciones y ofrece los 10.000 pesos. Ese monto estaba destinado al jugador, y no al equipo como siempre se ha dicho. Igualmente, Peucelle firma con River y destina 3.000 pesos de la totalidad de las primas a Sportivo Buenos Aires en agradecimiento por haberlo incorporado (pagó lo que ellos habían pagado por él). Dejó atrás 31 goles en 107 partidos. Y River pasó a llamarse el Millonario, futuro dominador del futbol nacional.
Peucelle era un futbolista que se desempeñó como wing por la derecha, de técnica algo inusual, tan así que lo denominaron Barullo por la manera que mareaba rivales. Era común verlo tirar diagonales para entrar al centro del área y quedar mano a mano con el portero rival. No por nada convirtió más de 100 goles con la casaca de River, número sorprendentes para un wing. Otra de las cualidades en las que destacó fueron la inteligencia y la capacidad de leer los partidos. Sin olvidar su docencia y dedicación a la formación de futbolistas una vez retirado.
Plantel
Todavía faltaban unos cuantos años para que River fuera la bandera del juego ofensivo y lujoso del que siempre se enorgulleció - y una década exacta faltaba para que despierte un equipo de ensueños. Mientras tanto, en los tramos finales del amateurismo, y en este comienzo del profesionalismo, la escuadra tricolor mostraría un funcionamiento defensivo que lo llevó a coronarse con tres títulos de valla menos vencida en años consecutivos: 1929 –compartida con Gimnasia y Boca-, 1930 y, la de esta temporada, 1931. En parte estos logros se debieron a la participación de tres futbolistas: los hermanos Iribarren y Esteban Malazzo. Un portero, un back y un half.
Los hermanos llegaron en 1924 (Juan Carlos) y 1926 (Jorge), respectivamente. Llegaban siendo internacionales con la Selección, y cuyo palmarés tambien incluía un Ascenso con Argentinos Juniors en 1921. Juan Carlos Iribarren fue un back zurdo que se ganó la titularidad, la capitanía y la idolatría durante su estancia en la escuadra riverplatense. Contaba con una técnica exquisita y una caballerosidad característica en el ambiente. Su hermano, Jorge, llegó dos años despues y rápidamente lo compararon con una leyenda riverplatense: Carlos Ísola. Mucha seguridad bajo los tres palos y personalidad fuerte, hasta convertía penales como su predecesor. Eso sí, a Jorge Iribarren le faltó conquistar un título para ser más respetado de lo que fue. Estuvieron cerca de jugar la final en la temporada de 1929, cuando quedaron por apenas un punto debajo de Gimnasia de La Plata, futuro campeón, en la Zona Impar. Durante el mismo campeonato, debutaron José Belvidares y Joaquín Bezos. Ambos diestros. El primero obtuvo la titularidad hasta 1931, hasta su traspaso a Platense; mientras que el segundo fue un eterno suplente hasta 1938.
Avanzando a la medular, Esteban Malazzo era un perro de caza. Iniciado como half izquierdo, jugaba en ambos costados dependiendo a quién debía marcar. Le tocaba bailar con los creativos del equipo rival. Dado su baja estatura y su ancha caja torácica, lo consideraron el estereotipo ideal del hombre defensivo. Siempre resguardó al half de turno, y en 1931 le tocó a Manuel Dañil, recientemente incorporado desde Tigre. La otra posición en el medio fue disputado entre Camilo Bonelli –canterano, misma generación que Malazzo- y Mario Artel –proveniente desde El Porvenir-.
Finalmente, River adquirió forwards que aporten la cuota goleadora necesaria. A pesar del equilibrio defensivo, a este equipo le costaba definir los partidos y por eso trajeron a tres delanteros de renombre: Carlos Peucelle, Emilio Castro y Pedro Lago. No había mucha calidad ofensiva, por lo que los dirigentes de River trataron de paliar esa desventaja trayendo jugadores que puedan darle un salto de calidad en ese sentido. Además del fichaje de Peucelle que sucumbió el mercado, tambien llegaron Pedro Lago desde el Bella Vista uruguayo y Emilio Castro desde Banfield. Éste último, vino con una gran cifra en su club anterior: 54 goles en 100 partidos.
Porteros
Jorge Iribarren
Juan Poggi
Defensores
José Belvidares
Joaquín Bezos
Juan Carlos Iribarren
Pedro Omar
Mediocampistas
Ernesto Albarracín
Mario Artel
Raúl Cecarelli
Manuel Dañil
Norberto Maiola
Esteban Malazzo
Camilo Bonelli
Delanteros
Oscar Barralía
Emilio Castro
Antonio Ganduglia
Francisco Gondar
Atilio Granara Acosta
Pedro Lago
Juan Carlos Lagos
Vicente Locasso
Pedro Marassi
Camilo Méndez
Carlos Peucelle
Alberto Rival
Ricardo Zatelli
Resumen de la temporada
Ya comentado anteriormente, River inicia su recorrido con una victoria ante El Porvenir por 2-0, todavía bajo la órbita de la vieja asociación amateur, que luego se ve boicoteada ante los equipos más poderosos de la ciudad. Por ende, en plena disputa dirigencial, se anulan los partidos disputados en esa 1º fecha y, con él, se suspende el intento de iniciar otra temporada.
Pasando en el tiempo, River se encuentra en la Liga Argentina de Football, de carácter profesional, y realizando gestiones por futbolistas en el mercado de pases. Además, la flamante asociación organizaría algunos amistosos de cara al nuevo campeonato, por primera vez en la era rentada. Y a River le tocó enfrentarse contra un combinado de futbolistas, cuyos equipos pertenecían al LAF. Enfrente estuvieron varios futbolistas que luego serán conocidos con la camiseta Banda Roja: Alberto Cuello, Juan Gregorio Arrilaga y José María Minella. El encuentro concluyó en un empate a tres goles. Anotaron Vicente Locasso –de penal- y Camilo Méndez –doblete.
Refiriéndonos a Vicente Locasso, ese es el nombre que entró en la historia como el hombre que abrió el listado de goles riverplatenses en la era Profesional. Debido a su tiro raso y esquinado, la escuadra tricolor vencía por la mínima a Atlanta en su feudo, el 31 de mayo, en el marco de la 1º fecha del nuevo campeonato. Siete días más tarde, Locasso erraría un penal en el encuentro ante Los Profesores de Estudiantes de La Plata, futuros subcampeones y conjunto más goleador. Fue emotivo el desarrollo, pues River logró ganar sobre el final gracias a los dos tantos de Antonio Ganduglia.
En la 5º jornada se da el debut de Carlos Peucelle en River, actuando de local ante Chacarita. Lamentablemente, el trámite del encuentro no fue positivo, ya que Enrique Sampayo se encargó de amargarle la tarde a Barullo. Tres goles para darle al Funebrero los dos puntos en una visita complicada. Sin embargo, a pesar de la caída por 3-2, Peucelle brindó un gol y una asistencia. A la semana siguiente, anota el único gol en la visita al estadio de Gimnasia de La Plata. Empezaba a aparecer en momentos claves.
Durante el lapso entre la 7º y la 16º jornada, nos muestra un River equilibrado en defensa-ataque, teniendo solidez en la última línea pero sin claridad en la definición. En total, recogió 6 victorias, 3 empates y 1 derrota, quedando a tres puntos del líder, San Lorenzo, y a dos del escolta, Boca Juniors. Emilio Castro, delantero centro titular del equipo, demuestra sus cualidades marcando 6 goles en 7 juegos. Acompañando a Castro estaban Peucelle y Lago. El mediocampo de memoria con Malazzo, Dañil y Bonelli. La zaga, inamovible: Iribarren, Belvidares e Iribarren.
Cerrando la primera rueda, el plato fuerte estaba en el primer Clásico ante Boca en la época profesional. Ya la tensión que existía en la vieja cancha de Boca presagiaba los acontecimientos que ocurrirían esa tarde. Desde las 10 de la mañana, los fanáticos fueron acercándose al estadio ubicado en Brandsen y Del Crucero. Incluso el partido de los reservas se suspendió a causa de las agresiones entre los futbolistas y adelantaron el de los mayores. Había ambiente caldeado. Aquella tarde, River formó de la siguiente manera: Jorge Iribarren; José Belvidares, Juan Carlos Iribarren; Esteban Malazzo, Manuel Dañil, Camilo Bonelli; Carlos Peucelle, Pedro Marassi, Emilio Castro, Pedro Lago y Camilo Méndez. Enmudeciendo a todo el estadio, Carlos Peucelle anotaba a los 16 minutos del primer tiempo, adelantando a River, con un tiro cruzado. A partir de ahí, se vió por qué pagaron tanto. La desesperación del rival hizo que los visitantes aguantaran como sea las embestidas locales. Hasta que en el minuto 28 se produce la jugada que deriva en el penal a Varallo. Los futbolistas riverplatenses discutieron la decisión. El encuentro iba tomando temperatura.
El mismo Varallo fue quien se encargó de ejecutar la pena máxima. El portero Iribarren logra tapar brillantemente, pero deja un rebote servido al forward bostero. Éste dispara, y nuevamente es tapado por Iribarren. Sin detener su marcha, Varallo va en busca de quitarle la pelota y lo hace cometiendo falta, cuando el arquero ya tenía retenido en sus manos la pelota. El árbitro no anula el gol ante tamaño foul, provocando la ira de los riverplatenses. No sólo que el juez hace caso omiso a las protestas, sino que expulsa a tres futbolistas por presuntas agresiones a su persona: Pedro Lago, José Belvidares y Camilo Bonelli son los castigados. El capitán Juan Carlos Iribarren, debido a la falta de respuestas del árbitro, retira el equipo y el partido queda suspendido. Los aficionados, decepcionados, comienzan a provocar tumultos y corridas dentro y fuera del estadio. Ese lunes, al día siguiente, a Boca le entregan los puntos. Polémico.
Tras la decisión tomada por la Asociación, River queda a cuatro puntos de Boca, que lideraría la cima con tranquilidad hasta el cierre del campeonato. La segunda rueda comenzaba con el pie derecho gracias a dos victorias consecutivas ante Atlanta y, nuevamente, el Estudiantes de La Plata de Los Profesores, en otro épico partido. Esta vez en feudo platense, Emilio Castro firma una de sus mejores encuentros con la tricolor de River, marcando tres goles y dando vuelta un 1-2 adverso. Luego, se obtendrían sendos empates ante Talleres de Remedios de Escalada (1-1) y San Lorenzo (0-0), hasta ese momento el perseguidor de Boca en la tabla. En estos encuentros, Juan Poggi toma el mando del arco en lugar de Jorge Iribarren, quien se retiraría del futbol al terminar el campeonato.
La irregularidad estuvo presente en este tramo, donde River conseguía una victoria para luego caer derrotado a la semana siguiente, dejando en claro lo dificil que era pelear el campeonato de esta manera. Chacarita amarga otra vez (0-1), Gimnasia no es rival (4-1), Quilmes da la sorpresa (0-1), Ferro cae en Alvear y Tagle (2-0), e Independiente y Platense lo vencen consecutivamente. Finalmente, River no sería derrotado en las siguientes cinco fechas, como para levantar un poco la estadística y puestos en la tabla.
Por la 34º fecha, Boca, flamante campeón del certamen, visitaba el estadio de Alvear y Tagle para cerrar el campeonato de la mejor manera. Era 6 de enero de 1932, día de Reyes, y el club de la ribera se hizo un regalo a sí mismo derrotando con claridad a su rival: 3-0. Encima, dio la vuelta olímpica al terminar el partido. Fue uno de las razones para que River cambie al campeonato siguiente. Sin embargo, en ese momento, aún no tenía la talla para pelear en los primeros puestos.
Eso sí, anduvieron llegando noticias desde el club de Victoria, Tigre, quien tenía un delantero a punto de estallar.
Estadísticas
Campañas
Campeonato de Primera División
4º Posición
34 Partidos Jugados
19 Partidos Ganados
6 Partidos Empatados
9 Partidos Perdidos
63 Goles a Favor
39 Goles en Contra
24 Diferencia de Gol
31/05/1931 - Atlanta 1-0 | Locasso.
04/06/1931 - Estudiantes (LP) 2-1 | Ganduglia (2) // Guaita.
07/06/1931 - Talleres (RdE) 3-1 | Rival, Gondar, Marassi // Lammana.
14/06/1931 - San Lorenzo 2-0 | Rival (2).
21/06/1931 - Chacarita Jrs. 2-3 | Peucelle, Marassi// Sampayo (3)
05/07/1931 - Gimnasia (LP) 1-0 | Peucelle
09/07/1931 - Quilmes 1-2 | Peucelle // Arrillaga, Ravello
12/07/1931 - Ferro C.O 0-0
19/07/1931 - Independiente 1-0 | Marassi.
26/07/1931 - Platense 1-2 | Ganduglia // Beristain, Ferrara.
02/08/1931 - Tigre 3-0 | Méndez, Marassi, Castro.
09/08/1931 - Vélez Sarsfield 3-2 | Castro (2), Peucelle // Garbini, Lupo.
16/08/1931 - Racing Club 1-1 | Marassi // Fassora.
30/08/1931 - Argentinos Jrs 4-3 | Marassi, Lago, Castro (2) // Gatti, Rodriguez, Ruffo
05/09/1931 - Huracán 1-1 | Lago // Onzari.
13/09/1931 - Lanús 4-0 | Peucelle, Lago, Castro (2).
20/09/1931 - Boca Jrs. 1-1* | Peucelle // Varallo.
27/09/1931 - Atlanta 1-0 | Castro.
04/10/1931 - Estudiantes (LP) 3-2 | Castro (3) // Uslenghi, Zozaya.
11/10/1931 - Talleres (RdE) 1-1 | Lago // Cilento.
18/10/1931 - San Lorenzo 0-0.
25/10/1931 - Chacarita Jrs. 0-1 | Díaz.
01/11/1931 - Gimnasia (LP) 4-1 | Marassi, Peucelle, Lago (2)// Naón.
11/11/1931 - Quilmes 0-1 | Ravello.
15/11/1931 - Ferro C.O. 2-0 | Lago, Peucelle.
22/11/1931 - Independiente 1-2 | Lago // Porta, Betinotti.
29/11/1931 - Platense 2-5 | Peucelle, Castro // Sánchez (3), Ferrara, Landolfi.
06/12/1931 - Tigre 5-2 | Castro (3), Marassi, Granara Costa // Perez, Cuello.
08/12/1931 - Vélez Sarsfield 5-1 | Granara Costa (3), Marassi, Castro// Quiroga.
13/12/1931 - Racing 1-1 | González (EC) // Mellone.
20/12/1931 - Argentinos Jrs. 4-2 | Marassi, Granara Costa, Castro, Lagos // Vassini, Bongiovani
27/12/1931 - Huracán 3-1 | Marassi, Artel, Peucelle // De los Santos
03/01/1932 - Lanús 1-0 | Zatelli.
06/01/1932 - Boca Jrs. 0-3 | Varallo, Alberino, Muttis.
Amistosos
25/05/1931 – Combinado LAF 3-3| Locasso, Méndez (2) // Minella (2), Morgada
Goleadores
Campeonato de Primera División
Emilio Castro – 16 goles
Pedro Marassi – 12 goles
Carlos Peucelle – 10 goles
Anual
Emilio Castro terminó con un gran promedio: 16 goles en 18 partidos.
Los que lo siguieron fueron: Pedro Marassi, al año siguiente iría a Boca, con 12 goles y Carlos Peucelle con 10 dianas.
Convocatorias Internacionales
09/07/1931| Copa Rosa Chevallier Boutell
Argentina 3-1 Paraguay | Emilio Castro (2 goles)
18/09/1931| Amistoso
Paraguay 0-1 Argentina | Peucelle, Emilio Castro y Mario Artel
22/09/1931| Amistoso
Paraguay 1-5 Argentina | Peucelle (1 gol), Emilio Castro (2 goles) y Mario Artel
25/09/1931| Amistoso
Paraguay 1-1 Argentina | Peucelle, Emilio Castro (1 gol) y Mario Artel
Diganme qué les pareció. Además, puedo aportar alguna fotos (pocas) digitalizándolas de cualquier década (menos 80 y 90).
---------- Mensaje unificado a las 21:57 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 21:56 ----------
Ah, y si hay errores de narración u ortografía, pido disculpas.