Para hablar de esto, me retrotraigo a la discusión teórica sobre el liberalismo neoclásico y el neoliberalismo (o monetarismo para no ofender a nadie).
En primera instancia el empobrecimiento de las herramientas analíticas que se consideran disponibles para comprender y evaluar la realidad de los Estados Contemporáneos. La naturalización del liberalismo clásico ha llevado a que sus descripciones y calificaciones de la realidad sean consideradas las únicas posibles. La imaginación jurídica, política y económica ha sido capturada por las categorías básicas del neoliberalismo limitando radicalmente nuestra aproximación al mundo social. El liberalismo neoclásico no se entiende ya como una escuela más luchando por persuadir a los individuos y conquistar sus mentes y corazones, sino como la perspectiva normativa definitiva que se basa en representaciones incuestionables de la realidad. La economía política, por tanto, se deshistoriza y descocializa con el liberalismo neoclásico.
En segunda instancia, la hegemonía del liberalismo neoclásico ha generado una despolitización de la discusión económica. En la medida en que el neoliberalismo se naturaliza y, por lo tanto, pierde su carácter perspectivo, el debate público sobre la manera cómo han de distribuirse los recursos escasos sale de las manos de los ciudadanos y sus representantes para convertirse en el monopolio de los tecnócratas. El problema no es ya decidir democráticamente cuáles son las mejores premisas políticas y económicas para entender y transformar la realidad social, sino precisar los medios para materializar las premisas verdaderas que, consecuentemente, estarán ya fuera de cualquier cuestionamiento político. El asunto es como hacer realidad el orden económico perfecto y puro que crea el mercado a través de las decisiones autónomas que toman millones de individuos egoístas que identifican la racionalidad con la racionalidad individual (entendiéndose por egoístas y racionales como: disponen de información completa para elegir racionalmente lo que más les conviene individualmente).
En tercera instancia, el debilitamiento extremo del principio de solidaridad y de cualquier manifestación de la comunidad de lo colectivo. En tanto que la comunidad es solo la agregación de individuos autónomos y racionales que persiguen su propio interés, la idea de comunidad desaparece de la esfera pública. En la medida en que el éxito o fracaso de los proyectos de buen vivir dependa del mérito del individuo hace que la preocupación por los sujetos y grupos vulnerables se vuelvan una cuestión subjetiva a la buena voluntad de cada individuo; el Estado no debe intervenir para garantizar que estos individuos puedan satisfacer sus necesidades básicas. Así entonces, la solidaridad se privatiza y se vuelve una cuestión de caridad personal. Del mismo modo, esta marginación de lo colectivo se ve reflejada en el debilitamiento del concepto de Nación y de organizaciones como los sindicatos buscan la defensa de intereses colectivos. Finalmente, este fenómeno igualmente se manifiesta en el decaimiento de la seguridad social que se ve en buena parte del mundo, cuestión que afecta principalmente a los estratos socioeconómicos más bajos de la sociedad.
Esto significa en suma, todo lo que es contrario a mi pensamiento, particularmente por que el liberalismo neoclásico es ahistórico, no ya incapaz sino que voluntariamente y exprofeso decide no mirar históricamente el comportamiento de las clases sociales de donde allí viene precisamente la realidad concreta de la actualidad para cada país particular en el mundo. La pretensión universalista de manipular las variables económicas es precisamente desconocer las particularidades no sólo de cada Nación y cada pueblo sino como también, en países como el nuestro que somos el 8vo más grande del mundo, las diferentes regiones que componen nuestro país y pensar en un desarrollo productivo localizado que permita engendrar mejores condiciones en todos los rincones de la patria, no solamente pensando en únicamente alterar ciertos aspectos de la economía, sino, precisamente, federalizarla. Lo que genera, en definitiva, la idea de pensar a la sociedad como un todo pero desde un monismo metodológico como agentes racionales y egoístas. De tal manera, cada individuo es responsable de sus actos y las consecuencias que puedan devengar sobre ellos. En principio esto parece razonable, pero cuando se llega al punto de que inclusive su condición social, haber nacido en un hogar sumido en la pobreza forma parte también de ese mandato, es que se gana mi rechazo absoluto. Por lo tanto, tiene mi voto aquel que piense de manera comunitaria, sectorial, parcializada y no vea a la sociedad como una entidad jurídica llamada ciudadanía, sino que se encargue por la sectorización, por la descomposición y el análisis riguroso de lo que cada sector de la sociedad, geográficamente localizada y cuyas necesidades sean contempladas, por ello, apoyo la multiplicidad de planes sociales que existe del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Con el simple fundamento de que no se le da plata a la gente. Para muchos, como De Narváez, se trata únicamente de darle plata a la gente. El día que no haya pobres será porque tendrán ingresos dignos, jueguen a la Playstation y tengan una camioneta. Nada más alejado. Sino que precisamente, cada plan, por eso hay cientos y no un único plan que sea bajarle plata a los pobres, está rigurosamente analizado y es parcializado con condiciones específicas, bajo normas legales con caducidad a fin de solucionar problemas concretos, incentivar el desarrollo productivo, la educación bajo las condiciones necesarias y particulares de cada situación. Es decir, no podemos pretender que todos los que vivan en la villa hagan un recorrido histórico en su propia vida igual al que hicimos nosotros. Que salgan a trabajar y a estudiar en las mismas condiciones. Porque definitivamente no lo están. Y que cada plan sea minuciosamente contemplado para empoderar de las herramientas necesarias para el desarrollo de la autoestima, llevar a jóvenes de clase media, universitarios en general con la simple idea de poder contribuir al mejoramiento de la sociedad en su conjunto, es un gran éxito que celebro y me enorgullezco de formar parte de él. Por eso, nuevamente, voto para la exitosa abogada.
Evidentemente nunca fuiste a una villa, ni sabés lo que es vivir sin agua potable, luz, gas, teléfono, etc; en la intemperie, amenazadas por el narcotráfico al lado de tu casa literalmente, vivir escuchando tiros, tener miedo de que el amiguito de tus hijos sea un chorro o porte un arma, no tener para comer la comida que vos quieras, ver como no tenés demasiadas elecciones y que hay gente que te llama “lacra”, que te genera mucho más odio y te dan ganas de matarlos. Por ende la clase media puede ser la que mayor contribución haga al fisco, especialmente gracias a Dios en la Argentina existió un peronismo que fue capaz de crear un 75% de clase media a diferencia de todos los demás países latinoamericanos, pero la inflación en base a los ingresos golpea más a los sectores de las clases bajas y en cambio a los sectores de las clases medias los perjudica sus apreciaciones suntuarias de las cuales como siempre, es una queja llorona puesto que se debe al aumento de tarifas y no al impuesto en sí. El impuesto es proporcional y para pagar menos impuesto, hay que gastar menos, por lo tanto, en vez de pedir menos impuesto y desfinanciar al Estado, sería más conveniente pedir reducción de tarifas, pero evidentemente, ya sabés que eso no va a pasar por la conducta del empresariado y por eso los defendés, atacando al Estado.
La particularidad de defender la inclusión social, es bajo la presunción de que si el Estado no interviene, no existe medios privados para reducir la pobreza. Y de eso se trata la defensa de los planes sociales porque no se trata de dinero únicamente, sino que cuenta con contraprestaciones, como en el caso de la Asignación Universal el hecho de tener la escolaridad y las vacunas reglamentarias (además de haber ampliado la cobertura en las vacunas), o en el Progresar se cobra presentando debidamente los certificados de alumno regular, que aparte elimina el clientelismo político puesto que no hay intermediarios, se cobra directamente en banco y personalmente como la jubilación. Es obvio que la gente beneficiada los va a terminar votando, de la misma manera que vos votes a Macri por el Metrobus, la construcción de alguna escuela o los túneles. Eso se llama hacer gestión, beneficiar a la sociedad y eso es lo que en definitiva te molesta. Pero para mí es lo primordial, ayudar primero a incorporar a todos al sistema, y después una vez con todos incluidos pensar en la mejora de la calidad de los servicios y las prestaciones. No se puede pensar en chicos yendo a la escuela, combatir la delincuencia, el narcotráfico, la inseguridad, si no se atacan las fuentes más importantes de ella, que es, la violencia que provoca la desigualdad social. Darles plata es una forma de dignificar a la persona, de hecho a todos nos pagan un sueldo y nos sentimos mucho más dignos. Y no por eso nos conformamos sino que tenemos mayores pretensiones y voluntad de transformación. Lo mismo ocurre con los más desfavorecidos, en la medida que se los incluya y se les acerque posibilidades, de que haya un Estado que les pretenda dar una mano, que les haga un aporte mínimo de dinero para que no tengan la soga al cuello basado en el aporte colectivo de todos, es que sin duda esa gente debe ser agradecida. Vos no los verás porque nunca recorrés una villa diariamente. Seguro pensarás que todos son chorros y vagos, pero esos son solo uno de los pocos que vemos recorriendo la ciudad, porque como sabemos, en las villas hay miles. Todo proceso de transformación social es largo, porque insisto, estamos cambiando el modo de pensar de las personas. No existe una forma de lavarle el cerebro a todas y que empiecen a pensar de otra manera, es como educar a un chicho. Cuando tu hijo hace algo mal no le decís “dale lacra, que gasto mucha plata en vos” y le pegás. Le das las herramientas para que el día de mañana cuando se convierta en un ciudadano, tenga las posibilidades para desarrollarse de manera autónoma y suficiente. Lo mismo ocurre a través del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. E insisto nuevamente, voto para la exitosa abogada