La fatídica generación del '86

¿De quiénes hablamos cuando nos referimos a la generación del 86? Obviamente no a tipos que nacieron en 1986 sino a aquellos que han salido campeones del mundo en México, bajo la tutela de Carlos Bilardo. Por eso, repasemos antes que nada quiénes son y qué rol están desempeñando en la actualidad, para luego intentar llegar a algunas conclusiones.
Nery Pumpido: entrenador de Olimpia, donde conquistó una Libertadores.
Luis Islas: luego de su función en Independiente que se resume con un (?), llegaría a ser el DT de Central Norte de Salta.
Héctor Zelada: ídolo del América de México, actualmente no puede ingresar al club por mal manejo como representante.
José Luis Brown: pertenece al cuerpo técnico de la Selección Mayor.
Daniel Passarella: presidente de River Plate.
Néstor Clausen: luego de andar por Kuwait, dirigió al Bolívar hasta el año pasado cuando fue despedido.
José Luis Cucciufo: murió luego de darse un escopetazo en una pierna mientras cazaba.
Oscar Garré: entrenador actual de la Sub 17 de Argentina.
Julio Olarticoechea: perteneciente al cuerpo técnico de la Sub 20.
Oscar Ruggeri: panelista de El Show del Fútbol.
Sergio Batista: entrenador actual de la Seleccion Mayor.
Ricardo Bochini: declarante cuando Independiente anda mal.
Jorge Burruchaga: entrenador, lo último en Argentina fue Arsenal.
Héctor Enrique: ex integrante del cuerpo técnico de Diego Maradona en la Mayor.
Ricardo Giusti: representante, maneja la agencia Soccer S.A.
Carlos Tapia: ex integrante de El Show del Fútbol, es subsecretario de algo en algún lado según contó (?).
Marcelo Trobbiani: entrenador actual del Cienciano de Perú.
Sergio Almirón: trabaja en inferiores pero algún temita relacionado con corrupción lo mantiene alejado del fútbol al parecer.
Claudio Borghi: luego de pasar por Boca sería el nuevo entrenador de la Selección de Chile.
Pedro Pasculli: es entrenador, su máximo cargo fue dirigir la Selección de Uganda. En la actualidad andaba dirigiendo clubes regionales de Italia.
Jorge Valdano: Director General del Real Madrid.
Diego Maradona: Director General del Mundo (?).

Acá están los 22 jugadores que formaron el plantel en México 86. Por supuesto que la entelequia Los Muchachos del 86 no se compone de todos estos nombres, sino más bien de aquellos que se desprendieron del riñón de Bilardo, no así de su psique, aunque algunos sí (?). Es decir, no podemos poner a Borghi, Passarella o Valdano en este grupete porque queda claro que las distancias entre el máximo referente de esta corriente con ellos son importantes. Luego hay otros que han hecho su carrera por otro lado, otros que murieron (?) y algunos más que poco han tenido que ver con este núcleo que ha decidido apropiarse del destino de los equipos nacionales, obviamente con el padrinazgo por todos conocidos.

El caso de Maradona es especial. Desde siempre Diego ha querido ser técnico de la Selección. Referente máximo de todos los tiempos de la misma como jugador, no parecía del todo descabellado que en algún momento tuviera su oportunidad. El tema es que hablamos de Maradona y la incerteza es lo que predomina en este caso. Pero por una serie de factores el Dié logró llegar al cargo y hasta pudo entrenar en un Mundial. Y Bilardo estuvo presente, porque más allá de todo, Maradona siempre fue un muchacho de Bilardo. Fue con el Doctor cuando tuvo su pináculo con la camiseta nacional y siempre quedó ligado, más allá de idas y venidas, a eso que se denomina bilardismo. La jugada del clan Grondona era sencilla: la idea era la vuelta de Bilardo a la Selección Nacional. Como el consenso no le daba ni para que atendiera la sala de videos del predio de Ezeiza, se inventó esa figura de manager o director de selecciones o vaya uno a saber qué, y se buscó una referencia lo suficientemente potente como para amortiguar este nuevo desembarco del Narigón. Eligieron a Maradona y ahí estuvo el error. Porque Diego se plantó, impuso sus condiciones y no permitió que nadie metiera mano en su equipo. Una cagada (?). De todas formas, a su modo, Diego logró lo mismo que un Pekerman o un Passarella, o más que un Bielsa o un Basile siendo rigurosos con el propio resultadismo que se pregona desde calle Viamonte. Quedó la mancha de la eliminación dura con Alemania y una serie de conflictos poco futbolísticos que distanciaron para siempre, al parecer, al niño mimado de los Muchachos del 86, con la cúpula del grupo.

Y esta escisión tiene otro nombre clave como el de Oscar Ruggeri, alguien también interesante para abordar. Quizás el defensor más rancio de este grupo que se adjudica la felicidad del pueblo argentino pos dictadura. Haciendo gala de su personalidad nefasta ha intentado por todos los medios demostrar que la Selección le pertenece de alguna manera. Desde la Pathfinder hasta su fallido intento de ingreso al cuerpo técnico de Maradona, una y otra vez ha llorado por cuanto lugar pudo sobre el supuesto olvido por parte de la sociedad (?) que tenían los campeones del 86, y también algunos campeones del 78 con poco laburo. Es en su figura donde podemos hacer una analogía con los ex combatientes de Malvinas. Y la relación tan abismal tiene justamente la intención de mostrar el grado de ridiculez en el que han caído Ruggeri y otros muchachos. Los soldados que han tenido que arriesgar su vida en Malvinas han sido sostenidamente olvidados por el Estado y mucho han tenido que luchar para conseguir beneficios, subsidios y leyes que los protejan. Vale recordar que han muerto más ex combatientes de Malvinas por suicidio que en la guerra en sí propia. La analogía entonces es la de ubicar en su lugar el persistente y ridículo pedido de Los Muchachos del 86 por un reconocimiento que tuvo lugar en su momento. La AFA, rica, riquísima, más rica que los clubes, ha decidido hace unos años darles un subsidio a los campeones del 78 y el 86 que estaban sin trabajo. Con eso debería bastar, pero estos “héroes nacionales” siguen presentes en la máxima representación de nuestro fútbol. Y lo lamentamos todos.

Porque hemos pasado a la etapa de la funcionalidad. Sergio Batista no es más que eso. Más allá de que se lo considere traidor o no, el mote es exagerado, el modo en el que el Checho llega a ser técnico de la Mayor no fue el mejor. Está clarísimo. Y ni siquiera se tiene en cuenta su flojito curriculum. Pero la AFA necesitaba un tipo receptivo, en el mal sentido, influenciable, un poco marioneta, un poco administrador, que convocara a los que andan bien en Europa, los que tienen representantes de buena llegada a AFA, que se adapte al calendario que le pueda plantear Tofoni sin mayores reclamos y fundamentalmente que tuviera la aprobación o desaprobación de Carlos Bilardo y los Grondona en cada convocatoria o en el armado del equipo. Y los resultados están a la vista. Porque la Selección por ahora intenta ser una mala copia del Barcelona con toques bilardianos, algo tan insólito como imposible de analizar. Se vuelve a armar una selección local bajo ningún argumento, con jugadores que más allá de algún representante amigo no hicieron ni el menor mérito. Y ni hablar de la tarea formativa donde el Sub 20 de Walter Perazzo, un Muchacho del 86 ad hoc, ha dejado tan mal parado al fútbol argentino que ni siquiera le dará la oportunidad de ganar una medalla en Londres en casi lo único en que una representación deportiva nacional puede conseguirla. Y hablar del Sub 17 de Oscar Garré, bueno, ya es directamente faltarles el respeto a todos ustedes.

Por eso, esta generación le ha dado una alegría inmensa a los argentinos, cómo no, salieron campeones del mundo nada más y nada menos. Pero ya está muchachos, nadie los olvidará por eso. Lo que ha sucedido casi inmediatamente después de conseguir su gran gesta atenta justamente contra el logro. Se los ve acomodaticios, trepadores, incapaces, indignos, ineptos, cagadores en definitiva. Más allá de la inmortalidad de Bilardo y Grondona, nada cambiará al menos por ahora. Cuando hubo entrenadores de otra procedencia se los ha castigado con extrema crueldad mediante una prensa interesada que buscó la manera de legitimar sus imposiciones con estas voces autorizadas. Esto generó en su momento el castigo por parte del público general hacia tipos como Pekerman, Bielsa o el propio Passarella (con todo lo reprobable que tiene también) y la partida de ellos. “Yo no echo a nadie” dice Don Julio, mientras mueve todas las piezas para desestabilizar a quien no se corresponde con su política dictatorial, así se llame Diego Armando Maradona.

Es hora entonces de dejar a los campeones del 86 en el museo. Agradecer por los servicios prestados oportunamente, desacralizar esa imagen construida mediáticamente y ponerlos en el lugar más alejado posible de los seleccionados nacionales. Más allá de que esto no suceda obviamente, la Copa América en nuestro país muy probablemente alimente con un logro esta gran farsa, sí nos queda el derecho y la posibilidad de saber que cuando hablamos de Los Muchachos del 86 nos referimos a unos modestos ex jugadores de fútbol que tuvieron la suerte de salir campeones del mundo gracias a Diego Maradona, allá lejos y hace tiempo.

La fatídica “generación” del ´86

Hace un tiempo yo había escrito algo similar, pero para no revivir ese tema (Que ya debe tener como un año y pico) pongo esto. BASTA DE LA GENERACIÓN DEL '86. Los logros deportivos como jugador no te dan capacidad para dirigir a la Selección.

¿De quiénes hablamos cuando nos referimos a la generación del 86? Obviamente no a tipos que nacieron en 1986 sino a aquellos que han salido campeones del mundo en México, bajo la tutela de Carlos Bilardo. Por eso, repasemos antes que nada quiénes son y qué rol están desempeñando en la actualidad, para luego intentar llegar a algunas conclusiones.
Nery Pumpido: entrenador de Olimpia, donde conquistó una Libertadores.
Luis Islas: luego de su función en Independiente que se resume con un (?), llegaría a ser el DT de Central Norte de Salta.
Héctor Zelada: ídolo del América de México, actualmente no puede ingresar al club por mal manejo como representante.
José Luis Brown: pertenece al cuerpo técnico de la Selección Mayor.
Daniel Passarella: presidente de River Plate.
Néstor Clausen: luego de andar por Kuwait, dirigió al Bolívar hasta el año pasado cuando fue despedido.
José Luis Cucciufo: murió luego de darse un escopetazo en una pierna mientras cazaba.
Oscar Garré: entrenador actual de la Sub 17 de Argentina.
Julio Olarticoechea: perteneciente al cuerpo técnico de la Sub 20.
Oscar Ruggeri: panelista de El Show del Fútbol.
Sergio Batista: entrenador actual de la Seleccion Mayor.
Ricardo Bochini: declarante cuando Independiente anda mal.
Jorge Burruchaga: entrenador, lo último en Argentina fue Arsenal.
Héctor Enrique: ex integrante del cuerpo técnico de Diego Maradona en la Mayor.
Ricardo Giusti: representante, maneja la agencia Soccer S.A.
Carlos Tapia: ex integrante de El Show del Fútbol, es subsecretario de algo en algún lado según contó (?).
Marcelo Trobbiani: entrenador actual del Cienciano de Perú.
Sergio Almirón: trabaja en inferiores pero algún temita relacionado con corrupción lo mantiene alejado del fútbol al parecer.
Claudio Borghi: luego de pasar por Boca sería el nuevo entrenador de la Selección de Chile.
Pedro Pasculli: es entrenador, su máximo cargo fue dirigir la Selección de Uganda. En la actualidad andaba dirigiendo clubes regionales de Italia.
Jorge Valdano: Director General del Real Madrid.
Diego Maradona: Director General del Mundo (?).

Acá están los 22 jugadores que formaron el plantel en México 86. Por supuesto que la entelequia Los Muchachos del 86 no se compone de todos estos nombres, sino más bien de aquellos que se desprendieron del riñón de Bilardo, no así de su psique, aunque algunos sí (?). Es decir, no podemos poner a Borghi, Passarella o Valdano en este grupete porque queda claro que las distancias entre el máximo referente de esta corriente con ellos son importantes. Luego hay otros que han hecho su carrera por otro lado, otros que murieron (?) y algunos más que poco han tenido que ver con este núcleo que ha decidido apropiarse del destino de los equipos nacionales, obviamente con el padrinazgo por todos conocidos.

El caso de Maradona es especial. Desde siempre Diego ha querido ser técnico de la Selección. Referente máximo de todos los tiempos de la misma como jugador, no parecía del todo descabellado que en algún momento tuviera su oportunidad. El tema es que hablamos de Maradona y la incerteza es lo que predomina en este caso. Pero por una serie de factores el Dié logró llegar al cargo y hasta pudo entrenar en un Mundial. Y Bilardo estuvo presente, porque más allá de todo, Maradona siempre fue un muchacho de Bilardo. Fue con el Doctor cuando tuvo su pináculo con la camiseta nacional y siempre quedó ligado, más allá de idas y venidas, a eso que se denomina bilardismo. La jugada del clan Grondona era sencilla: la idea era la vuelta de Bilardo a la Selección Nacional. Como el consenso no le daba ni para que atendiera la sala de videos del predio de Ezeiza, se inventó esa figura de manager o director de selecciones o vaya uno a saber qué, y se buscó una referencia lo suficientemente potente como para amortiguar este nuevo desembarco del Narigón. Eligieron a Maradona y ahí estuvo el error. Porque Diego se plantó, impuso sus condiciones y no permitió que nadie metiera mano en su equipo. Una cagada (?). De todas formas, a su modo, Diego logró lo mismo que un Pekerman o un Passarella, o más que un Bielsa o un Basile siendo rigurosos con el propio resultadismo que se pregona desde calle Viamonte. Quedó la mancha de la eliminación dura con Alemania y una serie de conflictos poco futbolísticos que distanciaron para siempre, al parecer, al niño mimado de los Muchachos del 86, con la cúpula del grupo.

Y esta escisión tiene otro nombre clave como el de Oscar Ruggeri, alguien también interesante para abordar. Quizás el defensor más rancio de este grupo que se adjudica la felicidad del pueblo argentino pos dictadura. Haciendo gala de su personalidad nefasta ha intentado por todos los medios demostrar que la Selección le pertenece de alguna manera. Desde la Pathfinder hasta su fallido intento de ingreso al cuerpo técnico de Maradona, una y otra vez ha llorado por cuanto lugar pudo sobre el supuesto olvido por parte de la sociedad (?) que tenían los campeones del 86, y también algunos campeones del 78 con poco laburo. Es en su figura donde podemos hacer una analogía con los ex combatientes de Malvinas. Y la relación tan abismal tiene justamente la intención de mostrar el grado de ridiculez en el que han caído Ruggeri y otros muchachos. Los soldados que han tenido que arriesgar su vida en Malvinas han sido sostenidamente olvidados por el Estado y mucho han tenido que luchar para conseguir beneficios, subsidios y leyes que los protejan. Vale recordar que han muerto más ex combatientes de Malvinas por suicidio que en la guerra en sí propia. La analogía entonces es la de ubicar en su lugar el persistente y ridículo pedido de Los Muchachos del 86 por un reconocimiento que tuvo lugar en su momento. La AFA, rica, riquísima, más rica que los clubes, ha decidido hace unos años darles un subsidio a los campeones del 78 y el 86 que estaban sin trabajo. Con eso debería bastar, pero estos “héroes nacionales” siguen presentes en la máxima representación de nuestro fútbol. Y lo lamentamos todos.

Porque hemos pasado a la etapa de la funcionalidad. Sergio Batista no es más que eso. Más allá de que se lo considere traidor o no, el mote es exagerado, el modo en el que el Checho llega a ser técnico de la Mayor no fue el mejor. Está clarísimo. Y ni siquiera se tiene en cuenta su flojito curriculum. Pero la AFA necesitaba un tipo receptivo, en el mal sentido, influenciable, un poco marioneta, un poco administrador, que convocara a los que andan bien en Europa, los que tienen representantes de buena llegada a AFA, que se adapte al calendario que le pueda plantear Tofoni sin mayores reclamos y fundamentalmente que tuviera la aprobación o desaprobación de Carlos Bilardo y los Grondona en cada convocatoria o en el armado del equipo. Y los resultados están a la vista. Porque la Selección por ahora intenta ser una mala copia del Barcelona con toques bilardianos, algo tan insólito como imposible de analizar. Se vuelve a armar una selección local bajo ningún argumento, con jugadores que más allá de algún representante amigo no hicieron ni el menor mérito. Y ni hablar de la tarea formativa donde el Sub 20 de Walter Perazzo, un Muchacho del 86 ad hoc, ha dejado tan mal parado al fútbol argentino que ni siquiera le dará la oportunidad de ganar una medalla en Londres en casi lo único en que una representación deportiva nacional puede conseguirla. Y hablar del Sub 17 de Oscar Garré, bueno, ya es directamente faltarles el respeto a todos ustedes.

Por eso, esta generación le ha dado una alegría inmensa a los argentinos, cómo no, salieron campeones del mundo nada más y nada menos. Pero ya está muchachos, nadie los olvidará por eso. Lo que ha sucedido casi inmediatamente después de conseguir su gran gesta atenta justamente contra el logro. Se los ve acomodaticios, trepadores, incapaces, indignos, ineptos, cagadores en definitiva. Más allá de la inmortalidad de Bilardo y Grondona, nada cambiará al menos por ahora. Cuando hubo entrenadores de otra procedencia se los ha castigado con extrema crueldad mediante una prensa interesada que buscó la manera de legitimar sus imposiciones con estas voces autorizadas. Esto generó en su momento el castigo por parte del público general hacia tipos como Pekerman, Bielsa o el propio Passarella (con todo lo reprobable que tiene también) y la partida de ellos. “Yo no echo a nadie” dice Don Julio, mientras mueve todas las piezas para desestabilizar a quien no se corresponde con su política dictatorial, así se llame Diego Armando Maradona.

Es hora entonces de dejar a los campeones del 86 en el museo. Agradecer por los servicios prestados oportunamente, desacralizar esa imagen construida mediáticamente y ponerlos en el lugar más alejado posible de los seleccionados nacionales. Más allá de que esto no suceda obviamente, la Copa América en nuestro país muy probablemente alimente con un logro esta gran farsa, sí nos queda el derecho y la posibilidad de saber que cuando hablamos de Los Muchachos del 86 nos referimos a unos modestos ex jugadores de fútbol que tuvieron la suerte de salir campeones del mundo gracias a Diego Maradona, allá lejos y hace tiempo.

La fatídica “generación” del ´86

Hace un tiempo yo había escrito algo similar, pero para no revivir ese tema (Que ya debe tener como un año y pico) pongo esto. BASTA DE LA GENERACIÓN DEL '86. Los logros deportivos como jugador no te dan capacidad para dirigir a la Selección.

Un futbol diferente donde lo fisico no era tan importante como a habilidad…Lamentablemente ahora se busca el 0 en el arco y desbuel el gol.

Diego Maradona: Director General del Mundo (?).

Me morí de risa con esto. :lol:

Ricardo Bochini: declarante cuando Independiente anda mal.
:lol::lol:

pasando en limpio, Pumpido fue el único que consiguió como DT algo muy importante…

Sin dudas la mejor seleccion que vi gracias a tener al mejor jugador del mundo…

Sino fuera por ellos solo tendriamos un mundial y arreglado…

de todas maneras que hayan sido buenos futbolistas no signfica necesariamente que sean buenos DT… ejemplos de eso, sobran… sin ir mas lejos, fijemonos como nos fue en el mundial

Ago mediano consiguieron Borgui y Valdano. Si uno compara con otras selecciones, qué resultaron, no es malo.

Pensar que se va a sacar 22 DT campeones de un equipo campeón es grave

Yo no te pido 22 DT’s campeones (si no queres dirigir la Selección…) pero si te voy a pedir, por lo menos, DT’s a secas (ya pedir competentes es demasiado).

Pumpido, Borgui y Valdano.

Echarle la culpa a toda esa selección porque Maradona haya agarrado el cargo (y porque Grondona se lo haya ofrecido), tampoco me parece para hablar de fatídica, no creo que de para generalizar. Encontrás de todo, como en todo grupo de ex - jugadores

Si todo es para decir que Batista en particular, no tiene méritos para ser DT de la mayor, estoy totalmente de acuerdo

La verdad que siempre me molestó eso de estar reclamando siempre que les dieran cargos en la selección. Si son malos tecnicos porque van a tener que dirigir algún equipo de la selección?.

Respecto a Pumpido, Valdano y Borghi créo que son los que hicieron el mejor como Entrenadorés.

Esta generacion es fatídica porque se creen que por haber sido campeones hace 25 años, eso (y solo eso) les da derechos a ejercer cargos de importancia en lo que se refiere a conducción técnica, táctica y formadora de lo que para ellos fue lo máximo que es la Selección Nacional.

Y obviamente no lo son. Mucho que se les da un (merecido) subsidio por haber sido campeones.

Yo por caso, no le daría el mando de la Selección a ninguno de ellos, ni siquiera a Pumpido, Valdano o Borghi

juajuajua…: Bochini “declarante cuando Independiente anda mal”