Kirchnerismo

Y entonces que me hablas que el peronismo fue de izquierda… que me hablas de Cooke…
En el capitalismo el trabajador NUNCA cobra lo que produce, la plata se la llevan los EMPRESARIOS PERONISTAS.
Los protagonistas fueron siempre unos pocos, no la clase trabajadora… los que manejaron todo fueron unos pocos empresarios y burócratas…
Los trabajadores no tienen lideres, tienen compañeros, los que no son compañeros, no son trabajadores je. :wink:

Nahuel cuando iba a la primaria :lol::lol::lol:

El otro día justamente estaba con unos de los libritos de Mafalda vi esa tira y me acordé de Nahuel. :lol::lol::lol:

Uffff, otra vez…Fué de izquierda NO, FUÉ la izquierda. “Fué” no “es”. Un semiólogo por favor. Fué la izquierda combatiendo a la oligarquía. Fué la izquierda organizando a los trabajadores en sindicatos. Fué la izquierda enfrentando al imperialismo de Braden. Fué la izquierda con las conquistas que Palacios no pudo realizar.

Cappice?

Organizar a los trabajadores desde el Estado, con el mismo método que usaron los Mussolini, los Franco y los Hitler, no es muuy de izquierda.
Ni fue de izquierda, ni fue la izquierda; tenia sectores de todo tipo, tenía sectores combativos que querían la revolución socialista, sectores de derecha, conservadores y burocráticos; pero todo esto estaba liderado por la burguesía, fue un movimiento burgues integrado por sectores combativos, clasistas y de izquierda como furgon de cola.

Porque Hitler, Mussolini, Franco y Perón usaron el mismo metodo :roll:

Acaso no estructuraron a los sindicatos desde el Estado?? no hicieron de los sindicatos organos del Estado?? no le pusieron un tope al desarrollo del clasismo dentro de la clase obrera??

Vos dijiste que Peron usó los métodos de Mussolini, Franco y Hitler.

Yo te digo que la organización de los trabajadores por parte de Mussolini es diferente a la que llevó a cabo Hitler. El Frente Aleman del Trabajo no tiene nada que ver con la organización de la clase obrera que proponía Mussolini, y a su vez no estaban relacionado con lo que intentó llevar acabo el franquismo, de hecho el franquismo intento eliminar a los trabajadores que habian protestado y apoyaban a la república. Una cosa es que el Estado sea el sindicato, otra es que el Estado intente mediar entre sindicatos y empresarios, otra cosa es que el Estado juegue a favor de los empresarios e intente debilitar a la clase obrera controlando las cúpulas. No son lo mismo, pueden tener algunas similitudes, pero no es el mismo método bajo ningún punto de vista.

Si vas a empezar a hacer generalizaciones, avisame y directamente no escribo más.

Para bitle, un sindicalista corporativo nazifilofrancofascista:

Ángel Perelman fue un dirigente sindical argentino fundador en 1943 y primer secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), uno de los sindicatos más poderosos de la Argentina.
De origen judío y formación trotskista (sector Jorge Abelardo Ramos que daría origen a la Izquierda Nacional),1 entre 1943-1945 fue uno de los organizadores de la corriente nacionalista-laborista que originó el peronismo. Desempeñó un papel decisivo en la organización de las manifestaciones obreras del 17 de octubre de 1945 que lograron la liberación de Juan Perón y abrieron el camino para su triunfo electoral en 1946.
En la UOM se desempeñó como especialista en convenios colectivos.
En 1962 publicó un importante testimonio de los sucesos del 17 de octubre de 1945, redactado en realidad por Jorge Abelardo Ramos y probablemente también Jorge Enea Spilimbergo a partir de sus relatos.1

Decime las diferencias entre esos diferentes roles del Estado y que gobiernos de los que nombré, llevaron a cabo esos roles.
PD: El Estado siempre juega a favor de los empresarios.


Por favor… hay muchisimos dirigentes clasistas y luchadores. Yo estoy hablando de cupulas burocráticas bancadas por el Estado!!


Por favor, lo que hay que leer!!! Si este panqueque es marxista yo soy León Trotsky!


Axel Kicillof, el marxista que desplazó a Boudou

Sus largas reuniones con penalistas, y el infructuoso empeño por saltar fuera de su sombra con explicaciones y coartadas, harían pensar que la depreciación de Amado Boudou se debe al affaire Ciccone. Es un error. La [b]caída del vicepresidente [/b]coincide con la clausura de una etapa de la administración y es parte de una nueva configuración en el mapa del poder. Para comprender el cambio no alcanza con advertir el ocaso de Boudou. Hay que observar el [b]ascenso de Axel Kicillof [/b], el nuevo cerebro económico de Olivos.
A Boudou, precoz admirador de la familia Alsogaray y discípulo de los discípulos de la Escuela de Chicago, no le alcanzó con [b]estatizar las jubilaciones [/b]para desprenderse de un estilo de relación con la política y los negocios. Desde que lo designaron ministro de Economía y, sobre todo, desde que murió Néstor Kirchner, abogó porque las restricciones fiscales se resolvieran recurriendo al crédito internacional, para lo cual ofreció el segundo canje de bonos, y planificó, sin éxito, un acuerdo con el Club de París. Objetó las intervenciones cambiarias de Guillermo Moreno, alentó la amistad con los bancos y aconsejó un ajuste moderado, bajo la forma de un acuerdo económico y social. También se conectó a una red empresarial: Jorge Brito, Cristóbal López, Sebastián Eskenazi y los pesqueros marplatenses aproximados por Guillermo Seita, entre otros.
Tal vez el asesoramiento de Boudou fue oportuno para la campaña electoral. Pero a partir del espectacular triunfo del año pasado, Cristina Kirchner se ha alejado cada vez más de esa receta. En Rosario abrió la era del [b]“vamos por todo”[/b], cuya primera aplicación es el zarpazo sobre las reservas monetarias. Para una travesía en la que se va asimilando a la Pasionaria, la Presidenta acaso no encuentre mejor consejero que Kicillof. Este economista de 41 años es de los pocos funcionarios con acceso directo a la señora de Kirchner. Alguien a quien ella convoca a las reuniones para ejercer el control de calidad de lo que escucha.
Kicillof es un académico marxista. Más allá de un remoto asesoramiento a un par de pymes, su vida profesional ha sido la de un francotirador de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet, donde se especializó en historia de la teoría económica. Al doctorarse postuló que lord Keynes era un pensador radical tergiversado por el análisis burgués. Para él, Stiglitz o Krugman son casi tan ortodoxos como Mankiw o Barro. En los últimos tiempos Kicillof se concentró más en Marx. Está aprendiendo alemán para leerlo en su versión original. Hijo de un psicoanalista, bisnieto de un legendario rabino llegado de Odessa, la genealogía de Kicillof parece ser una sucesión de dogmáticas. En su caso, sostiene que las ciencias económicas, tal como se las enseña en las universidades argentinas -o en el 90% del sistema académico internacional-, son la fachada técnica de un aparato de dominación. Es la razón por la que propone la reforma de todos los planes de estudio.
Kicillof desembarcó en el segundo escalón del Palacio de Hacienda con una cofradía (Alvarez Agis, Costa, Arceo, Paula Español, Marongiu), formada en la universidad. En poco tiempo se convirtió en inspirador del discurso económico de la Presidenta, sobre todo de su argumento principal: la última dictadura proyectó un ciclo de desmantelamiento, sobre todo industrial, que sólo se interrumpió con la llegada de los Kirchner al poder. Federico Marongiu, su jefe de gabinete, recomienda leer Operación Masacre , de Rodolfo Walsh, para entender la historia de la economía nacional.
La incorporación de estos economistas entraña un cambio significativo en las relaciones del Gobierno con el mercado. En principio, son profesores propensos a la abstracción, aunque poco detallistas en la implementación de sus ideas. Carecen de experiencia administrativa y empresarial. Pero dicen y hacen lo que piensan. Es una diferencia crucial con Boudou, Lorenzino, Débora Giorgi o, en sus tiempos, Alberto Fernández o Martín Redrado, dispuestos a halagar a sus jefes con palabras y medidas que menospreciaban en privado. Durante años, el kirchnerismo hizo de ese doble estándar una virtud. Su fundador recomendaba: “No escuchen lo que digo, miren lo que hago”. Esa ambigüedad alimentó en muchos empresarios la fantasía tranquilizadora de que detrás de una mímica conflictiva se escondía un Kirchner ortodoxo que, sin embargo, nunca terminó de desenmascararse.
La nota más aguda de esta disociación la dio Boudou en San Juan, durante la Fiesta del Sol, cuando repitió el rap oficial contra YPF. Un allegado a la familia Eskenazi, dueña del banco provincial, le recordó que hasta hace poco él elogiaba a la petrolera e intimaba con su gerente general. Incómodo, confesó: “Ya lo sé? pero tengo que decir lo que me indican”.
Kicillof representa el abandono del cinismo. Y la ruptura con una técnica de gobierno. Kirchner mantuvo siempre una cautelosa distancia entre el ala más ideológica de su grupo y quienes, con la única religión del pragmatismo, debían lidiar con el mundo material: De Vido, Uberti, Jaime, también Moreno. Su viuda, en cambio, puso aspectos centrales de la relación con las empresas en manos de Kicillof, quien no renuncia a la lucha de clases como categoría explicativa de la vida pública. Desde enero, quedaron bajo sus órdenes los representantes de la Anses en corporaciones privadas. También fue Kicillof quien llevó la voz cantante de las negociaciones con YPF, a las que Julio De Vido asistió en silencio. Desde su panel de control, el nuevo numen imagina una política más planificada, que estimule a tal o cual sector a través de tipos de cambio múltiples, diseñados con subsidios y protecciones oficiales. Kicillof se propone ser la etapa superior del morenismo.
Boudou no sólo debe tolerar la afirmación de Kicillof. O la indiferencia de su jefa, que no lo tuvo en cuenta para su cumbre con Roger Waters. También avanza Mercedes Marcó del Pont, su rencorosa rival. La titular del Central decapitó a Benigno Vélez, el hombre del vicepresidente en la gerencia general, y lo reemplazó por Matías Kulfas (a propósito: Boudou sigue sin llamar a Vélez, quien, hace una década, le consiguió un empleo en la Anses para que superara sus dificultades económicas, objetivo que parece haber alcanzado). Con la reforma de la Carta Orgánica, Marcó arrebató también facultades al directorio del banco, entre ellas la de fijar la tasa de las Lebac, motivo de tantas peleas con Boudou. Se podría decir que la presidenta del Central ha ganado poder. Pero, en realidad, es un poder que la Presidenta se da a sí misma: como no ordenó a sus senadores que aprueben el acuerdo de Marcó, la funcionaria sigue en comisión.
La pesadilla Ciccone tiende a agravarse. Los acreedores que aceptaron el levantamiento de la quiebra, los inversores que confiaron en el presunto testaferro Alejandro Vandenbroele y los mismos empleados confiaban en que la empresa tendría más trabajo. No sólo por la impresión de papel moneda, sino también por la posibilidad de confeccionar billetes para Lotería Nacional, área de influencia del voraz Cristóbal López, vecino de Boudou en la torre de Puerto Madero. También podrían encargarle los DNI y los pasaportes si no fuera porque Florencio Randazzo se resiste. Y el PJ contrataría su papelería. Ese era el proyecto Ciccone, pensado por un par de ambiciosos patagónicos en vida de Néstor Kirchner.
El escándalo impide esa fantasía. ¿Cómo harán los directores del Central para justificar la impresión de billetes de 100 pesos y no, por la mitad del costo, de 200? ¿Cómo hará la Casa de Moneda para contratar a Ciccone? Boudou está en manos de Marcó, y de mucha gente más. ¿Qué sucedería si el juez Daniel Rafecas pidiera a los titulares de organismos estatales que aceptaron el levantamiento de la quiebra que declaren bajo juramento si lo hicieron a pedido de Boudou? Hay al menos un banquero preocupado, sobre todo porque recuerda la versión de que el teléfono del vice está intervenido.
Ricardo Echegaray debió salir a hablar en defensa propia. Pero medio gabinete, con Carlos Zannini a la cabeza, festeja las desgracias de Boudou. Como sucede en toda corte, los motivos son triviales: celos y algún rechazo por ese estilo desfachatado tan inusual entre los patagónicos. Lo explicó un pingüino: “A nosotros nos gustan los loquitos: un Moreno, un Sbatella, un Mariotto; pero la guitarra y la campera de cuero no nos van”.
La antipatía que despierta el nuevo vice en el oficialismo quedó probada cuando, en el Congreso, comenzaron a caer los “boudoutruchos”. ¿Fue Randazzo?, ¿Moreno?, ¿Garré?, ¿Máximo Kirchner? ¿Y si hubiera sido un legislador opositor, que gastó 25 pesos en fotocopias e infiltró a un par de empleados en la inadvertida barra de La Cámpora? Nadie lo contempló. Todas las explicaciones emanadas del Gobierno apuntaron al Gobierno. Hay mucho fastidio con Boudou. Eso es lo raro.

Axel Kicillof, el marxista que desplazó a Boudou - 12.03.2012 - lanacion.com *

Con la PD me confirmaste lo que dije al final, es al pedo escribir.

Conoces los casos de relacion entre los sectores obreros y el estado? Porque la comparación que hiciste es totalmente desacertada. Si minimamente leiste el caso italiano y el caso aleman, no me podes decir que usan el mismo metodo. El nazismo y el fascismo tienen estrategias politicas de relacion con los trabajadores totalmente diferentes. Y el franquismo no buscó el apoyo de los trabajadores, los reprimió con su brazo armado.

Si vas a decir la misma idiotez otra vez, ni te voy a responder. Estoy podrido de que digas siempre lo mismo, todos tengan que argumentar y vos repitas lo mismo una y otra vez. Pasó con Matias, pasó con el presi, pasó en el thread de malvinas.

Y el “decime”, metetelo en el orto, pelotudo.

Uno más a la lista de los que le perdieron la paciencia a Nahuel :lol:

Y Peron que metodos usaba???
El pelotudo esta de más capo!

Pongo me gusta por la argumentación en general, no por lo de pelotudo, aclaro :stuck_out_tongue:

:lol:


el otro día vi el capítulo de los simpsons de peron y me acordaba de vos

Ahí está el artículo de Pagni que enfureció a Cristina. Se nota que le fastidia tremendamente que Pagni tenga tan buena información sobre el Gobierno. A quién quiere mentirle, Kicillof es marxista y está claro que viene ganando muchísima influencia y poder, entre que Máximo lo impulsa por ser de La Cámpora y por el deterioro de las relaciones entre Cristina y Boudou.

Pagni no tiene la menor idea de lo que pasa en 4 kilómetros a la redonda de la rosada.

¿Crees que lo que dice el artículo es mentira?

Sí, creo que no tiene mayor fundamento, que son fábulas en la cabeza de Pagni. Y te lo digo aún pensando que ojalá fuera verdad lo que dice la nota, ojalá estuviera ganando espacio una mirada más radical y menos ortodoxa si se quiere. Y ni hablar de la estupidez que dice sobre la “indiferencia de la presidenta” al no invitar a Bodou al encuentro con Roger Waters, posta que eso solo da para no tomar en serio toda la nota.

Bueno, yo sí creo que tiene acceso a información de los entretelones. No me da buena espina este Kicillof por ser de La Cámpora. Una mirada tan radical como la marxista no puede traer menos resultados…más allá que no tiene pinta de ser un extremista en su interpretación del marxismo. Lo de las reuniones de YPF no creo que sea una fábula. Si el tipo lo considera a Stiglitz un ortodoxo cuando éste último, por ejemplo, se opone a ultranza a la globalización, no me gusta que un tipo tan ideologizado esté en el Gobierno.

Lo de Boudou con Waters…sí me parece una tontería mencionarlo, pero tomando en cuenta que Boudou es medio rockero y está todo el día con la guitarra y la Mancha de Rolando,me parece raro que no se haya reunido con Roger Waters. Si fuera cualquier otra persona, como Cobos :lol:, bueno, pero en él, me parece un síntoma que la relación con CFK está más que fría, junto con esto de Ciccone. Como sugirió IL SAVIOLITA, pasará a usar el seudónimo de “Voodoo” :lol::lol:

Yo lo tuve de profesor, es un tipo muy inteligente, no tiene nada de malo leer/incorporar a Marx. También incorpora a otras escuelas, de hecho se formó con Teubal, un crack.