Quien acompañaba a Menem en la lista es del FPV. Nos guste o no, Menem sigue siendo un fiel exponente del peronismo en La Rioja. Lo cierto aquí es que el turco quiso pegarse a la lista del oficialismo lo cual fue denegado por la Presidenta. Él, desde su lugar, llamó a votar por CFK y cortar boleta. Además de tener acuerdos con el oficialismo local de Beder Herrera que sí adhiere explícitamente al proyecto.
Posiblemente en el Senado juegue un rol favorable a los intereses del Frente para la Victoria, tal lo hizo el último año. Ergo, seguir relacionando al gobierno actual con el Menem de entonces, es una chicana política simpática para cualquier opositor y un punto de desencuentro entre nosotros los oficialistas. Si analizamos con seriedad el mapa político es redundante separar al kirchnerismo con los 90 cuando la lógica política, económica y social son proporcionalmente opuestas a las del mono patilludo.
Que Nahuel haya puesto “me gusta” me hace creer que mi mensaje puede interpretarse de muchas formas. Lo cual no es del todo bueno.
Si Menem “nos hiciera falta” hubiera ido en la lista del FPV. Esa posibilidad fue vetada por pedido expreso de CFK. Ahora… separemos la paja del trigo. El oficialismo a nivel nacional es una cosa distinta al oficialismo local. Este último es quien tramó el “acuerdo” para que Menem vaya con una Senadora (creo) del FPV. Si no separamos las decisiones autónomas que toma cada gobierno estamos mezclando las cosas.
Guste más o menos, sea más o menos cuestionable, si el patilludo vota el presupuesto y acompaña leyes DIGITADAS por el Gobierno Nacional es secundario y hasta tendría un rasgo positivo: el apoyo a ciertas medidas del gobierno. Lo cual facilitaría la nada simple tarea legislativa del FPV.
A ninguno de nosotros, pienso, nos gusta a esta altura que este personaje nefasto de la política Argentina siga siendo representativo. Evidentemente en La Rioja piensan diferente, lo siguen votando y aún en debacle, todavía tiene un aparato que lo apoya y digita ciertas cosas en la provincia del Norte.
Desde ese lugar, hoy tan pequeño, él se “acerca” al Gobierno de turno. Lo mismo pasa con los peronismos de Córdoba y Santa Fe. Decir tras un teclado que “no nos hace falta” suena lindo, comprensible y acompañable. La llamada real politik difiere mucho del purismo tecladista y las utopías de izquierda zonza.
Voy a dar un ejemplo gráfico de lo que estoy diciendo. El pliego de Mercedes Marcó del Pont (política con banca de sectores progresistas, de izquierda, del desarrollismo económico y el peronismo) no podría haber sido asignada al Banco Central si no fuera por el aval (y voto) de Menem. ¿El beneficio que trajo Del Pont a la política económica Nacional se ve empañado por el “apoyo” de Menem? Miremos el fondo de la cuestión, en definitiva la política misma, y cortemos con nimiedades. Los actores políticos son y existen. La renovación es progresiva, lenta, tediosa e inclusive, una piedra en el zapato muchas veces. Mientras sea Cristina quien toma las decisiones macro podemos tener la certeza del rumbo a seguir. Nos guste o no, los arreglos parlamentarios y las tranzas políticas van a seguir existiendo por la simple razón que siempre estuvieron presente.