Kirchnerismo

mas bien del viejo facho horripilante, no se pk se viene cebando tanto estos ultimos dias.

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son unos cuantos juan, no solo madfachi

La juventud maravillosa de la que se jactó el kkto:

El peor argentino, puso bomba en comedor 22 muertos

El 2 de julio de 1976 a las 13.20 hs., se realizó uno de los más audaces atentados que la guerrilla marxista, realizó en América Latina. La bomba en el comedor de la Policía Federal colocada por terroristas provocó 24 muertos y 66 heridos.

Un ex agente de la Policía Federal, enrolado en las filas de la organización terrorista Montoneros, fue quien puso la bomba en el Comedor del edificio de la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal Argentina, a menos de 2 cuadras del Departamento Central de Policía, ubicado en el edificio de Moreno 1417 – Capital Federal. En el comedor del personal, en la planta baja de ese edificio, en un horario en el que estaba casi colmado, explotó un poderoso artefacto, que destruyó casi totalmente las instalaciones, incluyendo dependencias próximas.

El criminal atentado fue llevado a cabo por el ex Agente de Comunicaciones José María Salgado. Éste, al irse de baja omitió devolver su identificación, con la que iba casi a diario a almorzar llevando diferentes paquetes o carteras al Comedor Policial, que no era para uso exclusivo de ésta sino de todo el personal policial, pues el Departamento Central -a media cuadra de distancia- no contaba con un comedor como ése.

Luego de pasar airoso frecuentes ensayos hasta conseguir que ya no le pidieran identificarse ni revisar los bultos siempre inocuos que portaba, finalmente el 2 de julio de 1976 recibió de manos del cabecilla montonero Rodolfo Walsh (NG) “Esteban”, una bomba de alto poder letal -una Claymore o “mina vietnamita” cargada con pequeños fragmentos de metal – y concurrió al “blanco” seleccionado, pasando por la guardia con un simple saludo como ya acostumbraba.

Terminado este último almuerzo, dejó en una silla semioculta por el mantel la mortífera carga que 7 minutos después, habría de causar una veintena de muertes y 66 mutilados, ciegos, quemados y heridos graves entre los policías, parientes e invitados que comían tranquilamente e iban a ser sus víctimas.

“Tuvo una reunión con su Responsable, el oficial Esteban (Rodolfo Walsh) que lo había infiltrado en la Policía Federal para dar información.
Deciden colocar la bomba el 4/6/76. Se posterga porque en la Policía lo dan de baja. Walsh le indica que no devuelva la chapa.
Ingresa a la Superintendencia con paquetes tentativos. No lo controlan. Considera que el comedor es el lugar apropiado. La bomba se la entrega Walsh y le indica como hacerla detonar… El 2/7/76 ingresa y la coloca, cubriéndola con su sobretodo. Se retira. Cambia de vehículo en Loria y Rivadavia, encontrándose con Walsh que le manifiesta “El operativo salió perfecto”. (Tomado del libro “Confesiones de un montonero” de Eugenio Méndez).

Según el reportaje al dirigente montonero Mendizábal, en la Revista Cambio 16 (con motivo de la entrevista que le hicieron por el también asesinato del Jefe de la Policía Federal, Gral. Cesáreo Cardozo, por la terrorista de 18 años Ana María González) comentó también este atentado, expresando que se había utilizado un artefacto con 9 kgs. de trotyl y 5 kgs. de bolas de acero, accionado por un dispositivo de relojería, introducido por un asesino infiltrado en la policía, quien había entrado durante una semana con un paquete similar pero inofensivo, como prueba por los controles de seguridad.
El día del atentado, el asesino almorzó en el lugar, puso en marcha el mecanismo y se retiró 7 minutos antes de la explosión. Hubo 22 muertos de la Policía Federal y 66 heridos, 11 de suma gravedad, incluyendo personas ajenas a la Policía Federal.

Los nombres de los muertos en este atentado terrorista, fueron:

Oficial Ay. Alejandro Castro
Cabo Ernesto Agustín Suani
Cabo Primero Carlos Shand
Sargento Juan Paulik
Sargento Rafael Modesto Muñoz
Sargento Bernardo Roberto Tapia
Supernumerario David Ezequiel Di Nuncio
Oficial Inspector David Ron
Suboficial Auxiliar José Hilario Carvasco
Sargento María Esther Pérez Canto
Sargento ® Romualdo Rodríguez
Sargento Bernardo Roberto Zapi
Agente José Roberto Iacovello
Agente Juan Carlos Blanco
Agente Alicia Esther Lunati
Agente Ernesto Alberto Martinzo
Cabo Genaro Bartolomé Rodríguez
Sargento Adolfo Chiarino
Cabo Elba Hilda Gazpio
Cabo Vicente Iore
Sra. Josefina Cepeda (civil)

Los muertos fueron sepultados con los honores correspondientes en el Panteón Policial de la Chacarita, con la presencia del Presidente de la Nación, comandantes de las FFAA y autoridades policiales.

Posteriormente y a consecuencia de las heridas recibidas, fallecieron:

Supernumerario Ramón Arias el 7 de julio de 1976
Sargento Marta Olga Pérez de Bravo el 9 de julio de 1976
Oficial Ayudante Héctor Castro el 11 de julio de 1976

El Diario La Prensa del 3 de julio de 1976, decía: “Estalló una bomba en una dependencia de la Policía Federal. El artefacto fue colocado en un salón comedor. Causó muchas víctimas. Una bomba explotó ayer al mediodía, en el salón comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal. El atentado causó la muerte de 18 personas y heridas a 66 de los cuales 11 se encuentran en estado grave. El estallido. La explosión de extraordinaria violencia se produjo en el comedor… y a la hora en que ocurrió estaba casi colmado de funcionarios de todas las jerarquías que se disponían a almorzar. Generalmente el personal de Seguridad Federal invita a esos almuerzos a camaradas de otras dependencias o a personas de su amistad. La destrucción del comedor y dependencias contiguas fue casi total y las personas presentes que llegaban casi a un centenar rodaron por el piso sufriendo heridas y lesiones de diversa consideración. Varias de ellas murieron instantáneamente, según algunos testigos”

El 3 de junio de 1977 se informó oficialmente que había sido abatido José María. Salgado, extremista que fue quien colocó el explosivo en el comedor.

El Diario La Nación del 4 de junio de 1977, informaba: “Abatieron a 3 delincuentes subversivos. Uno de ellos colocó la bomba en Seguridad Federal. En un intenso tiroteo con fuerzas de seguridad ocurrido anteanoche en la calle Canalejas al 400, fueron abatidos tres delincuentes subversivos, entre los que se hallaba el autor de atentado en el edificio de la Superintendencia de Seguridad Federal, en el que murieron 22 personas y más de 60 resultaron heridas. El Comando de la Zona I, informa a la población que el 2 de junio a las 21.00 hs. fuerzas legales intentaron la detención de un delincuente subversivo el que consiguió darse a la fuga con el apoyo de 2 delincuentes más. La detención intentada tenía relación con la culminación de una larga investigación efectuada por la Policía Federal en procura de determinar la autoría de la voladura del comedor de la Policía Federal efectuada el 2 de julio de 1976. La desaparición por muerte de testigos privó a dicha investigación de orientación inicial, razón por la que se recurrió a identikits, que luego de muy largo proceso encaminaron todas las pistas disponibles hacia la persona de José María Salgado, ex agente de la Policía Federal, conocidos por los (a) Pepe, Sergio y Daniel. Ubicado definitivamente el lugar donde podría detenerse a Salgado se intentó su captura, produciéndose el enfrentamiento armado en el que los 3 ocupantes del automóvil resultaron abatidos”. (*)

(*) Esta noticia fue una operación de prensa de distracción de la época, Salgado fue capturado vivo por la ESMA en marzo de 1977 frente a la sede del Club Independiente en Avellaneda en una cita callejera del ámbito de Inteligencia y recién 40 días después descubrieron que era el que había puesto la bomba, que le entregaron Walsh y Marcelo Kurlat, NG MONRA Oficial Mayor Montonero. Confesó y contó todo al detalle. Es cosa juzgada en el juicio a los Ctes. Fue entregado por ESMA a Seguridad Federal.
Fue Salgado el que entregó la cita donde cayó Walsh a fines de marzo 77, muerto tiroteándose en Av. San Juan.

Tras 25 años de mentiras, procedentes del poder y de los medios masivos de comunicación, los argentinos, parecen no recordar estos terribles atentados que cometían los jóvenes idealistas, que a fuerza de bombas, asesinatos y mutilaciones de gente inocente, pretendían instaurar “su mundo mejor”, con el trapo rojo como bandera.

Cómo puede ser que olvidemos este atentado comparable a los de la Embajada o la AMIA, donde murieron más de 20 personas, quedaron heridas y mutiladas más de 60 y hubo casi destrucción completa de las instalaciones?

Acaso estos delitos no son de lesa humanidad? Acaso los policías y civiles asesinados y heridos no tenían DDHH?

Cómo podemos los argentinos olvidar el cinismo y crueldad que inspiraban a terroristas como Rodolfo Walsh, capaces de organizar una masacre como ésta, en un comedor?

Acá en mi ciudad, Azul, el ERP quiso tomar el regimiento. Degollaron a un conscripto que estaba haciendo la guardia y mataron a varios militares más. En cuestiones de barbarie y brutalidad no tenían nada que envidiarle a la Junta Militar; negarlo es de necio.

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Los otros son todos guachos que se prenden a este tipo grande que sigue posteando basura promilica de la dictadura al borde del offtopic.

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Hay que dejarlos escupir veneno, por lo menos se sacan la careta.

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Lo que hicieron en el Regimiento 29 de Formosa tambien. Encima murieron muchos pibes que estaban haciendo el Servicio Militar Obligatorio, o sea, cayeron en la volteada.

Pasa que asesinar niños en nombre de la Revolucion y del Che no es delito de lesa humanidad viteh…

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Si, también recuerdo ese caso. Pero bueno, las familias de los conscriptos por lo menos tiene el consuelo de que a sus seres queridos no los liquidó el Estado, así que todo bien.

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En el 76/77 ya estaban desarticulados los grupos armados, cuantos entraron en la bolsa por las dudas o por no estar alineado al “no te metas”? que nefasto ver ciudadanos defendiendo a estos hijos de mil puta… y recuerden que estos soretes dejaron el país totalmente endeudado y destruido económicamente, en muchas peores condiciones de lo que lo dejaron los kirchner, hipócritas.

Mirá, yo hablo por mí: en ningún momento defendí a la Junta Militar, me parecen unas lacras de mierda. De la misma forma que los terroristas que también se mancharon las manos de sangre por aquellos tiempos. Los dos(junta militar, terroristas) me dan asco. Saludos.

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epa epaaaaaa!!! ¿que lesh pasha a los kernerissshhtasssshh? ¿Eshhhhtan nerviosssshosssshhhh? hay que sincerar la historia y contarla desde todos los puntos de vista. La basura montonera no se puede esconder bajo el ocultamiento malicioso de la historia. Como hubo milicos asesinos, hubo asquerosos terroristas cobardes que mataron por riquezas y entregaron a sus subordinados. La juventud maravillosa… giles.

Leo por ahí algunos imberbes que dicen que se defiende a la dictadura. Por favor que alguien me indique expresamente donde yo he defendido a ese régimen abyecto. Muchas gracias.

Sigamos posteando verdades. Tengan memoria o si no desásnense:

El día en que el general PERÓN ordenó “exterminar uno a uno” a los guerrilleros

Viernes, 12 de Agosto de 2016 10:22

A la medianoche del 19 de enero de 1974 un grupo de entre cien y ciento veinte integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP, la guerrilla trotskista que lideraba Roberto Santucho, atacó una de las unidades militares más grandes y poderosas del país: el Regimiento 10 de Caballería Blindada y el Grupo de Artillería Blindada 1, con sede en Azul, provincia de Buenos Aires.

El ataque fue organizado por Santucho y dirigido en el terreno por Enrique Gorriarán Merlo, uno de los jefes del ERP, que comandó en enero de 1989 el intento del Movimiento Todos por la Patria de copar el Regimiento 3 de Infantería de La Tablada, del que el 23 se cumplirán 20 años.

Azul dejó una secuela de hechos igualmente trágicos que se extendieron en el tiempo:

El ERP asesinó aquella noche al jefe del Regimiento 10, coronel Camilo Arturo Gay.

Para entrar al cuartel asesinaron antes al conscripto Daniel González que cumplía con el servicio militar obligatorio.

Ya en la mañana del 20, también fue asesinada en presencia de sus hijos, Camilo, de 20 años y Patricia, de 14, la mujer del coronel Gay, Hilda Irma Casaux.

Los guerrilleros secuestraron al jefe del Grupo de Artillería 1, teniente coronel Jorge Ibarzábal, asesinado diez meses después.

Perón, que había asumido la Presidencia apenas tres meses antes, tomó el episodio como un desafío a su gobierno, como un ataque a las Fuerzas Armadas y como una afrenta personal. Cargó las culpas sobre el entonces gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain -vinculado a Montoneros- y lo obligó a renunciar. La Provincia pasó a manos de Victorio Calabró, de la UOM.

Luego, en dos mensajes, uno al pueblo y otro a los militares de Azul, Perón habló de “aniquilar” y “exterminar uno a uno” a los guerrilleros a quienes calificó de psicópatas. Por primera vez un presidente constitucional usaba esos términos para definir el combate contra al flagelo guerrillero.

En octubre de 1993, Patricia Gay, la muchacha de 14 años que vio morir a su madre, se quitó la vida. Tenía 33 años.

Este escenario parece poco creíble hoy, pero era el habitual en aquellos tormentosos años 70. El objetivo del ERP era robar una gran cantidad de armamento de la unidad militar. Contaban con información precisa, pero no exacta. Junto a Gorriarán, según relata en sus memorias escritas tres años antes de su muerte en 2006, estaba el soldado que había dado información sobre la unidad de Azul: había revelado que la guardia del Regimiento 10 se trasladaba cada noche al tanque de agua de la unidad. Pero en realidad, Gay, flamante jefe de esa unidad, había dispuesto también un servicio de guardias móviles que sorprendieron a los guerrilleros, aun cuando la dotación del cuartel era la mínima: era sábado, era enero, se había licenciado a parte del personal.

Se entabló una batalla que duró doce horas. En ella fue herido de un balazo en el pulmón el entonces teniente primero Alejandro Carullo, jefe de servicio ese sábado. El hoy general retirado Carullo desistió de hablar para esta nota.

Gay e Ibarzábal, que estaban en sus casas, en los fondos del regimiento, salieron a defender sus unidades y empezaron a cruzar un puente sobre el arroyo Azul. Allí fueron emboscados por los guerrilleros. Gay fue asesinado de un balazo en la cabeza e Ibarzábal fue secuestrado.

En medio de la noche era difícil identificar a los guerrilleros, que vestían uniformes verdes de combate y cascos, como los del Ejército. Se habían pertrechado así dos horas antes del ataque, en una quinta cercana al regimiento que, sabían, estaba habitada sólo por un casero. Su dueño, Raúl Inza, había muerto meses antes. Un joven oficial que en medio del combate montó en su Renault 4 y se dirigió al casino de oficiales del regimiento, salvó su vida por milagro: su auto fue rociado por balas guerrilleras y quedó destruido.

Recién a las 3.30 de la mañana la batalla se decidió en favor de las fuerzas defensoras de Azul. La destrucción de los camiones que iban a servir para la huida de los guerrilleros con las armas robadas y la llegada de refuerzos militares, entre ellos un vehículo oruga M113. hicieron que los guerrilleros iniciaran una desbandada a pie, a campo traviesa, en la que dejaron atrás muertos, nunca se supo cuántos, al menos 22 detenidos, gran parte del armamento que llevaban y ni un solo fusil robado.

Todavía faltaba desarrollarse gran parte de la tragedia. En la mañana, el rastrillaje metro a metro hecho por las tropas en el interior del cuartel, descubrió que en un sector conocido como “la herrería”, había al menos dos guerrilleros y la mujer del coronel Gay, sus dos hijos con un amigo y dos suboficiales heridos.

En sus memorias Gorriarán intentó disfrazar la verdad: “Y en ese lugar se encontraron con la señora del jefe del batallón, con la esposa de Gay. ¡Estaba allí! Desconocemos por qué razón.”

Pero el testimonio de Silvia Ibarzábal, hija del jefe del Regimiento de Artillería Blindada 1 explica mucho mejor porqué un grupo de cuatro personas que pudo escapar hacia cualquier otro lado, terminó en medio de las balas:

-Mi papá va a la casa de Gay que quedaba detrás del cuartel. Se juntan, en el trayecto los emboscan: a Gay lo matan y a mi viejo lo secuestran. Y le pide que le diga a la familia de Gay que se entregue o, si no, iban a dinamitar la casa. Mi papá los convence de que se entreguen. Quedaba la señora, los dos hijos, un varón y una mujer, y un amigo de ellos que pasaba las vacaciones allí. Los toman de rehenes y los llevan a la herrería.

En el interior de la herrería, los dos guerrilleros del ERP, Guillermo Altera y Santiago Carrara, intentan negociar con los defensores del cuartel. Quieren rendirse. Piden la presencia de un juez y de periodistas. “Se ordenó irrumpir”, dijo a Clarín un oficial del Ejército que pidió reserva de su nombre. Las tropas toman por asalto la herrería, incluso entran por las claraboyas, y empieza un tiroteo que termina con la vida de la mujer de Gay y del guerrillero Altera. Carrara queda herido de gravedad.

Gorriarán Merlo afirma que hubo un disparo del vehículo blindado. Silvia Ibarzábal coincide con la versión del Ejército, que afirma que uno de los guerrilleros disparó contra la mujer de Gay. Otro jefe del ERP, Luis Matini (Arnol Kremer es su nombre real) dijo a Clarín: “Quedó clarísimo que la persona que quedó herida (por la mujer de Gay) fue por los militares. Yo no estuve. Pero, aunque son públicas mis diferencias con Gorriarán, puedo dar fe de la versión de él”.

Dos personas pueden decir qué pasó en verdad en la herrería. Clarín contactó en Alemania al ex guerrillero Carrara. Su mujer dijo que estaba convaleciente de una operación, y que no le era posible contestar las preguntas enviadas por mail. También habló por teléfono con el hijo del coronel Gay, que declinó dar su testimonio.

Ese mismo 20 de enero, por la noche, enfundado en su uniforme de teniente general, Perón habló al país por la cadena nacional de radio y televisión. Fue un discurso duro. Y dramático. Primero, cargó contra el gobernador de Buenos Aires, Oscar Bidegain:

“No es por casualidad que estas acciones se produzcan en determinadas jurisdicciones. Es indudable que ellas obedecen a una impunidad en la que la desaprensión e incapacidad lo hacen posible, o lo que sería aún peor, si mediara, como se sospecha, una tolerancia culposa”.

Después hizo un llamado:

“El aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar.”

Fue una apuesta apoyada en el repudio unánime de todos los partidos políticos y de los sindicatos al salvaje ataque del ERP.

Dos días después, el 22 de enero, Perón dirigió una carta “A los jefes, oficiales, suboficiales y soldados de la Guarnición de Azul”. Les habló como “soldado experimentado luego de más de sesenta años de vida en la Institución” y los felicitó por el “heroico y leal comportamiento con que han afrontado el traicionero ataque de la noche del sábado (…)”.

Y después aseguró que la decisión de las grandes mayorías de hacer una revolución en paz, “harán que el reducido números de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República”. Y terminaba: “Quiera Dios que el heroico desempeño de todos ustedes nos sirva siempre de ejemplo”.

Por primera vez, el ya anciano general, hablaba de “aniquilar” y “exterminar uno a uno” a los guerrilleros.

Algo debió intuir Perón en el porvenir cercano que, sabía, ya no iba a vivir. La frase final de su discurso del 20 de enero de 1974 suena todavía como una súplica en las nieblas de la memoria.

  • Ha pasado la hora de gritar “Perón. Ha llegado la hora de defenderlo”.

Muy pocos lo escucharon.

La larga odisea del coronel Ibarzábal y de su familia

Entre las trágicas secuelas que dejó el ataque guerrillero del ERP al cuartel de Azul, está la odisea de quien era entonces el jefe del Grupo de Artillería Blindada 1, teniente coronel Jorge Ibarzábal. Fue secuestrado por los guerrilleros luego del asesinato del coronel Camilo Gay, jefe del Regimiento de Caballería Blindada 10. Ambos se dirigían a defender las unidades. Su hija, Silvia Ibarzábal, junto a su madre, Nélida, recuerdan aquella noche.

–Las viviendas militares estaban separadas por una calle. Eran las doce menos cuarto. Yo estaba con unos amigos porque la noche anterior había cumplido 18 años y ellos no habían podido venir. Empezamos a escuchar detonaciones. Dos de los chicos eran militares muy jóvenes que se dieron cuenta enseguida de que eran disparos. Nosotros somos tres hermanos. Soy la mayor. María José tenía 14; el varón, Roberto, tenía entonces 10 años y estaba durmiendo en su cama. Mi papá lo pone en el piso y empieza a bajar las persianas. Después tomó un revólver para ir a defender el cuartel, estaba de civil, con camisa y pantalón. Tengo grabado que mi mamá le decía: “No cruces, esperá a que te cubra la guardia”, y tomó el teléfono. Pero mi papá le agarró el brazo y le dijo: “Tengo que ir. Soy el jefe”. Y se fue. Cruzó la calle. Fue la última vez que lo vi, corría con un revolver en la mano para defender el cuartel. Tenía 46 años y era de Juan José Paso, un pueblito cerca de Pehuajó.

Ibarzabal fue secuestrado y durante diez meses vivió en las llamadas “cárceles del pueblo” del ERP, unas jaulas metálicas más propias para animales. Durante los meses siguientes, el ERP intentó negociar la libertad de Ibarzábal con el gobierno de Perón, de Isabel Perón y con el Ejército.

-Hacían contacto con el padrino de mi hermano, amigo íntimo de mi papá, que tenía una inmobiliaria en Flores. Era accesible para que entraran y salieran porque daba a la calle.

El 19 de noviembre de 1974, diez meses después del ataque a Azul, en San Francisco Solano, Quilmes, durante un control de rutas, se produjo un tiroteo entre la policía y los ocupantes de una camioneta que llevaba en el techo un armario metálico.

-En ese armario metálico llevaban encerrado a mi papá, para cambiarlo de lugar. Antes de entregarse, uno abrió el armario y disparó. Lo mató. Después se entregó.

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Y sigue el desfalco:

Montoneros… Un grupo asqueroso. Lucharon por el poder no por la democracia. Fueron un autentico el fin justifica los medios. Son asesinos igual que los militares. No de salva ninguno. Los argentinos perdieron los huevos. Faltaba una 3 fuerza que se pronuncie. Una fuerza de razon y democracia. Una fuerza que cambie intelectualmente el panorama. Todos los argentinos esperaban a esa fuerza que nunca llego. Y cayeron rehenes de dos grupos de patoteros que quisieron poner en practica su utopia retorcida.

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Estos nos gobernaron hasta hace poco:

Tercera fuerza que se pronuncie? recuerdo que anteriormente hubo tres periodos democráticos suspendidos por las putas FFAA, que empezaron a oficiar de partido político a partir del 55. Perón - Frondizi - Illia, los hijos de puta estos de los milicos proscribieron al peronismo y le dieron palos al laburante desde el 55 hasta el 83, o se creen que los grupos armados salieron de un repollo?

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Tiraron una bomba en plaza de mayo y piensan que la gente no iba a reaccionar…

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Después te tiran que el cáncer de la Argentina es el peronismo, el cáncer de nuestra historia son las FFAA y los oligarcas, ellos son los responsables del atraso del país, por eso seguimos como cuando arrancamos, exportando materia prima.

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esta desquiciado (si, como hebe…) el viejo milicoso. El graph que subio arriba parece sacado de esos grupos de facebook que apoyan a la Pando :lol:.
Nada puede esperarse de un facho desquiciado… lo que me da pena y asco a la vez son los pibes de 20 y pico que reivindican estos pensamientos.

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Mirá que linda villera kk y tirapiedras:

---------- Mensaje unificado a las 15:23 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 15:09 ----------

El kernerismo basura defiende y aprueba esto. Hijos de puta.

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Esa necesidad mediática de andar fabricando bombas de humo y enmierdando todo permanentemente…
Campera o chaleco?