Juventud Militante

Bueno, ya que belen decidió cerrar su thread sobre la politica universitaria, yo inauguro un tema superador y más amplio para discutir y hablar sobre la juventud militante, y la política en secundarios, terciarios y universidades.
Les dejo un comunicado que sacamos ayer desde la UJS-PO sobre la situación de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

[b]Los desafíos de la Fuba

[/b][SIZE=2]Nunca se nos ocurrió que nuestra propuesta de realizar el Congreso de la FUBA en época de clases, o sea en marzo-abril, y no en vacaciones, con las aulas vacías y los estudiantes en sus casas, iba a recibir la oposición cerrada de nuestros compañeros de La Mella. Después de todo se trata de una propuesta elemental, que hace a las tradiciones de la izquierda, que siempre entendió que los Congresos de la Federación deben hacerse de cara a los estudiantes, no solo para rendir cuentas de lo actuado sino también para impulsar el debate, la lucha y la movilización. Los compañeros de La Mella parecen haberse olvidado que los Congresos en diciembre, en vísperas de las fiestas, siempre fueron sinónimos de Franja Morada.
Que nadie se confunda, estamos discutiendo de política, no sobre un calendario. La realización del Congreso en épocas de clases apunta a un objetivo preciso: impulsar la movilización del movimiento estudiantil contra el gobierno y su ajuste; contra las camarillas universitarias y su intento de perpetuación en el poder, negando una vez el reclamo de la democratización; unir a los estudiantes junto a los trabajadores en lucha, y desarrollar una acción política y práctica en clara demarcación de una oposición política tradicional que representa intereses hostiles contra el pueblo. Es claro que estos objetivos solo son posibles mediante una deliberación que incluya a miles y miles de estudiantes, algo que no puede hacerse en diciembre, con facultades vacías. ¿Comparte La Mellaestos objetivos? ¿Quiere una FUBA de lucha? La pregunta es legítima, toda vez que en el volante que han sacado contra nosotros omiten por completo estas tareas, aunque tampoco propone otras. Una despolitización absoluta que reduce el Congreso a un trámite burocrático.

Balance
La realización del Congreso debiera ser la oportunidad para que las corrientes que dirigen la FUBA presenten su balance político. Se trata de un procedimiento elemental; hasta las burocracias más anquilosadas cumplen con sus “memoria y balance” que, ciertamente, los trabajadores no discuten ni puede votar. No queremos eso, claro, pero mucho menos podemos estar por detrás de los Moyano, los Ongaro, los Caló o los Micheli. Dicho esto nos preguntamos, ¿cuál es el balance de la FUBA que tiene La Mella? En su texto, sacado contra nosotros, no dicen nada, de lo que se infiere que están conformes con lo actuado.
Nuestro balance, en cambio, es muy crítico. Durante el último período la FUBA ha estado muy por debajo de los desafíos que tiene el movimiento estudiantil. Sus vínculos con los estudiantes de carne y hueso se han deteriorado. Por eso la mayor parte de los estudiantes no ven a la Federación como un instrumento que les pertenece ni se sienten representados por sus iniciativas y campañas. Tampoco ha jugado el papel de ser una referencia clara política y gremial. Para decirlo con todas las letras: corremos el riesgo que la Federación se transforme en una cáscara vacía. Este es nuestro balance y preferimos ser severos y no complacientes. Lo peor, a lo que hay que huirle como peste, es al espíritu conservador que no permite criticar para avanzar.
Nuestro balance de la FUBA es, por sobre todo, el balance de su dirección. Es aquí donde vemos el principal problema. Los organismos de dirección de la FUBA, su Junta Ejecutiva y Representativa, han sido figuras decorativas. En ausencia de ellas se instaló un método negativo, que tiende a reducir a la FUBA a un sello para operaciones políticas o relaciones internacionales. La lucha quiere ser suplantada por la entrega de diplomas o plaquetas. Esto fue señalado oportunamente por nuestra corriente en el último período, cuando denunciábamos que los compañeros de La Mella usaban el nombre de la FUBA para iniciativas de su organización, pero que jamás la Federación discutió ni mucho menos resolvió. Esta apropiación indebida es un síntoma de burocratismo inadmisible que choca con los principios más elementales. ¿Podemos continuar así? Nuestra respuesta es NO.
El método de la “copresidencia”, que nosotros no comenzamos y que luego debimos mantener por la negativa de todo un sector de la izquierda a reconocer nuestra mayoría relativa de delegados en relación a ellos, ahora La Mella lo quiere transformar en su peor variante: una parcelización de FUBA, una “tupacamarización” que la destruye como organización de lucha y de politización de la juventud. En este cuadro la “copresidencia” sería para La Mella la posibilidad de que “cada presidente” haga y deshaga en nombre de la FUBA, no solo de manera inconsulta sino contradictoria y hasta opuesta. De esto se deriva un movimiento estudiantil sin estrategia y sin política definida.
Para la UJS-PO la FUBA es algo serio. Somos la agrupación con mayor representación dentro del frente de la conducción y la única que ha participado de su dirección desde el 2001 hasta la fecha. Desde esta experiencia y autoridad hacemos este severo balance. En todos estos años combatimos el liquidacionismo de quienes nos llamaban a entregarle a la Franja Morada y al gobierno la FUBA, viendo capitulaciones en listas con tales o cuales grupos, como también combatimos a quienes quisieron transformar a la FUBA en un apéndice de una oposición oligárquica y de derecha. Llegamos hasta aquí dando esas peleas y ganándolas. Y ahora tenemos otra pelea: evitar que la FUBA se transforme en un sello de goma para intereses particulares, sin participación, sin debate, sin lucha política, sin movilización ni acción de los miles de estudiantes.
Esta Federación no aborda los nuevos problemas desde el vacío, pues tras su recuperación por parte de la izquierda fue protagonista de las luchas del movimiento piquetero, de la organización de los pasantes de Telefónica o de la batalla de los explotados de Mc Donald´s. Su lugar fue la primera fila cuando los jóvenes trabajadores del Casino se rebelaron contra el desquicio patronal; más cerca en el tiempo, la Fuba estuvo a la cabeza de las movilizaciones del “estudiantazo”. Es, finalmente, la Federación de Mariano Ferreyra, que desde el CBC de Avellaneda apoyaba a los tercerizados ferroviarios. Estas luchas del movimiento estudiantil, muchas de las cuales compartimos con nuestros aliados actuales, trazan un rumbo. ¿Podríamos no discutir tales perspectivas a la hora de determinar el plan de acción de la Fuba y la dirección que se compromete a su concreción?
Queremos ganarle a Franja y al kirchnerismo; por supuesto. Pero eso solo no alcanza. Queremos una FUBA que esté a la altura de los desafíos que enfrenta la juventud, en un cuadro de bancarrota capitalista, de agotamiento acelerado de la experiencia nacionalista del kirchnerismo, de la necesidad de enfrentar toda tentativa de giro a la derecha. ¿Opina lo mismo La Mella? No lo sabemos, pero hay datos que muestran que no. En la facultad de Psicología, por ejemplo, se aliaron a la derecha del FAP (Libres del Sur) que pregona a los gritos un acuerdo con Prat Gay y la UCR de Franja Morada en un frente contra la UJS-PO. Es pertinente preguntarle a los compañeros de La Mella, que se reclaman chavistas, si creen que yendo aliados con los partidarios de Capriles piensan que la FUBA estará en mejores condiciones de pelear contra el imperialismo y por la defensa de los procesos nacionales de nuestro continente. ¿No piensan decir nada de esto? ¿No es materia de su balance ante el movimiento estudiantil?
Una gran campaña de polémica, donde la lista resultante revolucione sus métodos –reuniones, declaraciones, plenarios- y sistematice los de la Fuba, nos coloca en mejores condiciones de derrotar políticamente al bloque saboteador. El deseo de “resolver” la elección en diciembre es un planteo conservador.
El 2013 reclama enormes desafíos. El movimiento estudiantil debe reforzar su vinculación con la clase obrera, para enfrentar los ajustes nacionales y locales, que pretenden sobre los hombros del pueblo la crisis actual. Como si esto fuera poco, la democratización de la universidad vuelve al eje con la elección de decanos y el rector, incluidos intentos rereeleccionistas. Por todos estos motivos, la elección de la dirección de la Fuba no puede estar disociada de la deliberación. No sólo debemos continuar una saludable tradición –la de los Congresos abiertos, que mal que le pese al autobombo deLa Mella la antecede por lejos-, sino dar un salto en calidad. Una lista que derrote a los enemigos del movimiento estudiantil sólo será positiva en este marco.
La UJS, como principal corriente de la actual dirección, toma en sus manos la responsabilidad de impulsar un gran Congreso cuando inicien las clases. En línea a lo señalado presentaremos nuestro balance y las propuestas de acción, de programa y de funcionamiento para hacer de la FUBA un instrumento de lucha política y gremial de los estudiantes junto a la clase obrera por una transformación social de la educación y el país.

[RIGHT]Unión de Juventudes por el Socialismo
Partido Obrero
Presidencia FUBA[/RIGHT][/SIZE]

Bueno, ya que belen decidió cerrar su thread sobre la politica universitaria, yo inauguro un tema superador y más amplio para discutir y hablar sobre la juventud militante, y la política en secundarios, terciarios y universidades.
Les dejo un comunicado que sacamos ayer desde la UJS-PO sobre la situación de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

[b]Los desafíos de la Fuba

[/b][SIZE=2]Nunca se nos ocurrió que nuestra propuesta de realizar el Congreso de la FUBA en época de clases, o sea en marzo-abril, y no en vacaciones, con las aulas vacías y los estudiantes en sus casas, iba a recibir la oposición cerrada de nuestros compañeros de La Mella. Después de todo se trata de una propuesta elemental, que hace a las tradiciones de la izquierda, que siempre entendió que los Congresos de la Federación deben hacerse de cara a los estudiantes, no solo para rendir cuentas de lo actuado sino también para impulsar el debate, la lucha y la movilización. Los compañeros de La Mella parecen haberse olvidado que los Congresos en diciembre, en vísperas de las fiestas, siempre fueron sinónimos de Franja Morada.
Que nadie se confunda, estamos discutiendo de política, no sobre un calendario. La realización del Congreso en épocas de clases apunta a un objetivo preciso: impulsar la movilización del movimiento estudiantil contra el gobierno y su ajuste; contra las camarillas universitarias y su intento de perpetuación en el poder, negando una vez el reclamo de la democratización; unir a los estudiantes junto a los trabajadores en lucha, y desarrollar una acción política y práctica en clara demarcación de una oposición política tradicional que representa intereses hostiles contra el pueblo. Es claro que estos objetivos solo son posibles mediante una deliberación que incluya a miles y miles de estudiantes, algo que no puede hacerse en diciembre, con facultades vacías. ¿Comparte La Mellaestos objetivos? ¿Quiere una FUBA de lucha? La pregunta es legítima, toda vez que en el volante que han sacado contra nosotros omiten por completo estas tareas, aunque tampoco propone otras. Una despolitización absoluta que reduce el Congreso a un trámite burocrático.

Balance
La realización del Congreso debiera ser la oportunidad para que las corrientes que dirigen la FUBA presenten su balance político. Se trata de un procedimiento elemental; hasta las burocracias más anquilosadas cumplen con sus “memoria y balance” que, ciertamente, los trabajadores no discuten ni puede votar. No queremos eso, claro, pero mucho menos podemos estar por detrás de los Moyano, los Ongaro, los Caló o los Micheli. Dicho esto nos preguntamos, ¿cuál es el balance de la FUBA que tiene La Mella? En su texto, sacado contra nosotros, no dicen nada, de lo que se infiere que están conformes con lo actuado.
Nuestro balance, en cambio, es muy crítico. Durante el último período la FUBA ha estado muy por debajo de los desafíos que tiene el movimiento estudiantil. Sus vínculos con los estudiantes de carne y hueso se han deteriorado. Por eso la mayor parte de los estudiantes no ven a la Federación como un instrumento que les pertenece ni se sienten representados por sus iniciativas y campañas. Tampoco ha jugado el papel de ser una referencia clara política y gremial. Para decirlo con todas las letras: corremos el riesgo que la Federación se transforme en una cáscara vacía. Este es nuestro balance y preferimos ser severos y no complacientes. Lo peor, a lo que hay que huirle como peste, es al espíritu conservador que no permite criticar para avanzar.
Nuestro balance de la FUBA es, por sobre todo, el balance de su dirección. Es aquí donde vemos el principal problema. Los organismos de dirección de la FUBA, su Junta Ejecutiva y Representativa, han sido figuras decorativas. En ausencia de ellas se instaló un método negativo, que tiende a reducir a la FUBA a un sello para operaciones políticas o relaciones internacionales. La lucha quiere ser suplantada por la entrega de diplomas o plaquetas. Esto fue señalado oportunamente por nuestra corriente en el último período, cuando denunciábamos que los compañeros de La Mella usaban el nombre de la FUBA para iniciativas de su organización, pero que jamás la Federación discutió ni mucho menos resolvió. Esta apropiación indebida es un síntoma de burocratismo inadmisible que choca con los principios más elementales. ¿Podemos continuar así? Nuestra respuesta es NO.
El método de la “copresidencia”, que nosotros no comenzamos y que luego debimos mantener por la negativa de todo un sector de la izquierda a reconocer nuestra mayoría relativa de delegados en relación a ellos, ahora La Mella lo quiere transformar en su peor variante: una parcelización de FUBA, una “tupacamarización” que la destruye como organización de lucha y de politización de la juventud. En este cuadro la “copresidencia” sería para La Mella la posibilidad de que “cada presidente” haga y deshaga en nombre de la FUBA, no solo de manera inconsulta sino contradictoria y hasta opuesta. De esto se deriva un movimiento estudiantil sin estrategia y sin política definida.
Para la UJS-PO la FUBA es algo serio. Somos la agrupación con mayor representación dentro del frente de la conducción y la única que ha participado de su dirección desde el 2001 hasta la fecha. Desde esta experiencia y autoridad hacemos este severo balance. En todos estos años combatimos el liquidacionismo de quienes nos llamaban a entregarle a la Franja Morada y al gobierno la FUBA, viendo capitulaciones en listas con tales o cuales grupos, como también combatimos a quienes quisieron transformar a la FUBA en un apéndice de una oposición oligárquica y de derecha. Llegamos hasta aquí dando esas peleas y ganándolas. Y ahora tenemos otra pelea: evitar que la FUBA se transforme en un sello de goma para intereses particulares, sin participación, sin debate, sin lucha política, sin movilización ni acción de los miles de estudiantes.
Esta Federación no aborda los nuevos problemas desde el vacío, pues tras su recuperación por parte de la izquierda fue protagonista de las luchas del movimiento piquetero, de la organización de los pasantes de Telefónica o de la batalla de los explotados de Mc Donald´s. Su lugar fue la primera fila cuando los jóvenes trabajadores del Casino se rebelaron contra el desquicio patronal; más cerca en el tiempo, la Fuba estuvo a la cabeza de las movilizaciones del “estudiantazo”. Es, finalmente, la Federación de Mariano Ferreyra, que desde el CBC de Avellaneda apoyaba a los tercerizados ferroviarios. Estas luchas del movimiento estudiantil, muchas de las cuales compartimos con nuestros aliados actuales, trazan un rumbo. ¿Podríamos no discutir tales perspectivas a la hora de determinar el plan de acción de la Fuba y la dirección que se compromete a su concreción?
Queremos ganarle a Franja y al kirchnerismo; por supuesto. Pero eso solo no alcanza. Queremos una FUBA que esté a la altura de los desafíos que enfrenta la juventud, en un cuadro de bancarrota capitalista, de agotamiento acelerado de la experiencia nacionalista del kirchnerismo, de la necesidad de enfrentar toda tentativa de giro a la derecha. ¿Opina lo mismo La Mella? No lo sabemos, pero hay datos que muestran que no. En la facultad de Psicología, por ejemplo, se aliaron a la derecha del FAP (Libres del Sur) que pregona a los gritos un acuerdo con Prat Gay y la UCR de Franja Morada en un frente contra la UJS-PO. Es pertinente preguntarle a los compañeros de La Mella, que se reclaman chavistas, si creen que yendo aliados con los partidarios de Capriles piensan que la FUBA estará en mejores condiciones de pelear contra el imperialismo y por la defensa de los procesos nacionales de nuestro continente. ¿No piensan decir nada de esto? ¿No es materia de su balance ante el movimiento estudiantil?
Una gran campaña de polémica, donde la lista resultante revolucione sus métodos –reuniones, declaraciones, plenarios- y sistematice los de la Fuba, nos coloca en mejores condiciones de derrotar políticamente al bloque saboteador. El deseo de “resolver” la elección en diciembre es un planteo conservador.
El 2013 reclama enormes desafíos. El movimiento estudiantil debe reforzar su vinculación con la clase obrera, para enfrentar los ajustes nacionales y locales, que pretenden sobre los hombros del pueblo la crisis actual. Como si esto fuera poco, la democratización de la universidad vuelve al eje con la elección de decanos y el rector, incluidos intentos rereeleccionistas. Por todos estos motivos, la elección de la dirección de la Fuba no puede estar disociada de la deliberación. No sólo debemos continuar una saludable tradición –la de los Congresos abiertos, que mal que le pese al autobombo deLa Mella la antecede por lejos-, sino dar un salto en calidad. Una lista que derrote a los enemigos del movimiento estudiantil sólo será positiva en este marco.
La UJS, como principal corriente de la actual dirección, toma en sus manos la responsabilidad de impulsar un gran Congreso cuando inicien las clases. En línea a lo señalado presentaremos nuestro balance y las propuestas de acción, de programa y de funcionamiento para hacer de la FUBA un instrumento de lucha política y gremial de los estudiantes junto a la clase obrera por una transformación social de la educación y el país.

[RIGHT]Unión de Juventudes por el Socialismo
Partido Obrero
Presidencia FUBA[/RIGHT][/SIZE]

ya que belen decidió cerrar su thread sobre la politica universitaria, yo inauguro un tema superador y más amplio para discutir y hablar sobre la juventud militante, y la política en secundarios, terciarios y universidades.

buena chuck norris

---------- Mensaje unificado a las 00:34 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 00:33 ----------

ajajaj

---------- Mensaje unificado a las 00:36 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 00:33 ----------

Los centros de delegados en las secundarias no existen, la mayoría quiere ser delegado para zafar de las clases y así se pierden las bases, la política llega a las etapas superiores donde ahí la mayoría son adultos y empiezan a tener mas concepción de lo que pasa en la sociedad, de pendejo todos quieren hacerse la paja

Porque se cerró el de política universitaria?
yo tenía preguntas para hacer y estaba hablando de la peli esa el vago digo el estudiante.

Ni idea por qué se cerró ese thread, yo no decidí nada. Pensá o averiguá antes de escribir pelotudeces

---------- Mensaje unificado a las 21:45 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 21:45 ----------

Superador y citás a la FUBA. Mai god

Y a quien queres que cite??? A La Cámpora?? sino existen…

Meim capo, no digas cosas que son mentira. Yo no decidí nada y ni estoy entrando acá así que no mientas. Eso solo.

Saludos