Nota con el viejo
“Siento que llevo tres años de futbolista”
[SPOILER]-¿D’Alessandro dijo que podrías jugar hasta los 50, pero a los 34 casi dejás de jugar. ¿Qué pasó entonces, Iván?
-Pasó que después de unos estudios en el Toluca, tuve que dejar de hacer actividad para saber si tenía una enfermedad genética o si tenía corazón de atleta. Fueron seis meses totalmente sedentarios porque el tratamiento me obligó a dejar de competir y hasta de entrenar.
-Un verdadero cimbronazo a los 33 años.
-Sí. Al conocer esto me fui a la mejor clínica cardiológica de Estados Unidos, en Cleveland, para someterme a todos los chequeos correspondientes. No me interné, pero volví cada tanto a hacerme estudios. Hasta que por suerte se comprobó que lo mío era corazón de atleta y pude volver a jugar.
-¿En ese momento te viste afuera del fútbol?
-Sí, me vi un enfermo de corazón y me vi como una persona que había arriesgado la vida durante muchísimos años.
-¿Con tantas revisiones que te hicieron a lo largo de tu carrera nunca habían advertido nada?
-Mirá, yo recuerdo muy bien ese 8 de agosto de 2009, que fue cuando falleció Dani Jarque, mi compañero del Espanyol. Imaginate los estudios exhaustivos del corazón que nos hicieron y nunca me salió nada. Inexplicable. Pero por algo sucedió. Tal vez si no pasaba eso, ya estaría retirado. No hay mal que por bien no venga. Porque ese episodio me hizo tomarme todo lo que vino después como una segunda oportunidad.
-Obvio que desde ahí disfrutás más del fútbol.
-Claro. Fue una segunda oportunidad. Volví a jugar a los 34 años sintiéndome de 15.
-¿Y a los 37 largos ya te planteás hasta cuándo vas a jugar?
-En el fútbol te deja el físico y no podés jugar más o te cansás. Hoy físicamente me encuentro bien y de la cabeza, como me vi tan afuera a los 34, siento que llevo tres años de futbolista, nada más. Años, fechas, edades. Iván Alonso cuenta cada día de su riquísima historia como los hinchas y los medios le contaron a él cada velita soplada durante los días previos a su sorpresiva llegada a River. Hoy está en Disney, y no porque Mickey habite acá en Orlando, muy cerca de donde él sueña sus últimos sueños de fútbol.
-En esos tres años te cambió abruptamente la vida.
-Aque fue un semestre duro porque viví cambios drásticos en mi vida personal y porque se me terminaba mi modo de vida. Pero la vida te pone de rodillas y de la noche a la mañana te muestra el lado más maravilloso. Cuando me dijeron que podía volver a jugar, me reencontré con mi gente en Uruguay y relancé mi carrera.
-¿Y te sorprendió el llamado de Gallardo en enero?
-Yo quise refugiarme en Nacional con la idea de estar seis meses nomás, pero luego de 14 años afuera viví muchas cosas que me había perdido y me quedé tres años. Marcelo ya me había querido cuando dirigió en Uruguay, pero Toluca no me había querido vender. Me llamó otra vez, me preguntó si estaba preparado para el reto de jugar en River, acepté y acá estoy.
-Una historia de cuento.
-Sí, porque mi sueño de chiquito era llegar a Primera y saltar rápido al fútbol argentino. Jugaba en River de Uruguay y le decía a mi viejo que quería pasar al River de Argentina y después a Europa.
-Y fue al revés.
-Increíble. Repasando mi carrera, los equipos grandes me tocaron en el final.
-¿Te molestó que se cuestionara tu incorporación por la edad?
-Es normal. Si al hincha de River le hablaban de Iván Alonso, era hablarles de un desconocido prácticamente. Y decir que uno de los refuerzos para el ataque iba a ser un delantero de 36 años, a punto de cumplir 37… Yo me pongo en el corazón del hincha y lo entiendo. Es normal que digan “están locos”. Lo único que dije es que con palabras no iba a cambiar el parecer de la gente: tenía que seguir haciendo lo que hice en toda mi carrera deportiva.
-Cuidarte, entrenarte y sacrificarte al máximo.
-Mirá, los genios son los que innovan, los que crean, los que inventan. De ésos sale uno cada tanto. Todos los demás somos terrenales que tenemos cualidades para jugar a nivel de elite. Y lo que hice siempre fue copiar de los ejemplos. Yo no nací con 37 años: tuve 20 y tuve compañeros con 30 y pico a los que veía cómo se cuidaban, cómo se entrenaban, cómo hicieron para que su carrera se extendiera más en el tiempo.
-Pero a los 20 también hay que tener la madurez para entender que eso es importante. Muchos a esa edad están en otra.
-Si con 20 tenés la cabeza de 37 y sabés valorar y apreciar las cosas como me toca a mí hoy, que estoy más cerca de tocar el arpa que la guitarra, diste un paso importante…
-¿Alguien te ayudó a entender cómo debías manejarte o era parte de tu personalidad?
-Mi viejo, que jugó al fútbol en España, México, Chile, en la Selección… Todo lo que soy se debe a los principios que me inculcaron mis viejos desde chiquito. Y después fue el compromiso de querer hacer de mi pasión, que era el fútbol, mi modo de vida. También la responsabilidad de querer sacar a mi familia adelante. Eso me ayudó a madurar rápidamente, a irme con sólo 20 años a España y a tener la oportunidad de mi vida. Para mí no eran los cuatro o cinco años que había firmado sino un primer semestre, ahí me la tenía que jugar. Después entendí que era día a día. Siempre he vivido el fútbol con una pasión y una dedicación tremenda.
-¿Los chicos del plantel de River te copian como vos hacías con los más grandes a los 20?
-Sí, los chicos se interesan. Todo lo que sume en el alto rendimiento, aunque sea un 0,01%, es bienvenido. Esas cosas son las que quizás en el minuto 93 te ayudan a llegar a un cierre o a definir. En los pequeños detalles es adonde uno empieza a ganar. Veo a chicos con ganas de crecer y aprender, con ganas de copiar a muchos ejemplos buenos que tiene este plantel.
-¿Qué te genera que, en tan poco tiempo, Gallardo te haya bendecido como un referente del grupo?
-No es sólo eso: que a los 36 un entrenador como Marcelo y una institución como River me hayan querido dar la oportunidad, para mí es un orgullo, un placer y un honor. Tener la responsabilidad de ser uno de los jugadores con más experiencias, batallas y vivencias, me encanta. Y si no tuviera la responsabilidad de ser un referente, seguiría siendo igual. Porque la responsabilidad justa es todo.
-¿Es difícil adaptarse al fútbol argentino a los 37?
-Puede que éste sea el fútbol con más intensidad de los que he jugado, incluso más que el español. Antes era más vistoso porque tenía menos intensidad y por eso jugadores de muchísima calidad podían lucirse. Hoy, ésos no juegan tan cómodos. Por eso se ve poco fútbol, hay más vértigo y prácticamente gana el que está certero de cara al arco, el que corre, presiona y no comete errores.
-¿Quedaste conforme con lo que hiciste hasta ahora?
-Llegué a un equipo armado y mi idea era ponérsela difícil al entrenador. Terminé contando con minutos, jugando de titular y marcando una cantidad de goles (6) que tal vez no fue muy elevada, pero me llevó a ser el segundo goleador del plantel. En este semestre espero ayudar al equipo el máximo posible y superar la cuota de goles.
-Bajaste muchas pelotas para otros. ¿Podrías haber sido más egoísta?
-El delantero suele ser egoísta pero hasta cierto punto. Con los años jugás con más inteligencia que egoísmo. Cuando estaba en Uruguay, si estaba en el área intentaba hacer la mía porque la única manera de destacarme era pensar en mí para que después dijeran “mirá este delantero, hizo 12 goles”. Al delantero muchas veces no se lo juzga por lo que juega sino por los goles que hace. Pero con el tiempo me fui dando cuenta de que llega un punto en el que no es tan importante lucirse personalmente. El fútbol me enseñó que el jugador que juega para él, en realidad juega para el rival. Y el que juega para el equipo, el equipo juega para él.
-¿Te gusta la propuesta de Gallardo?
-Sí. Para un delantero es mucho mejor recuperar la pelota cerca del arco rival que tener que correr 60 metros. Pero para eso hay que estar muy bien físicamente y es lo que estamos trabajando ahora. Es importante ganar, pero más importante es prepararse para ganar.
-¿Sos el jugador que más se cuida en las comidas del plantel?
-Es parte del aprendizaje. En Uruguay es como en Argentina: comés carne, mucha masa… No comemos bien porque culturalmente somos así. En Uruguay tomamos agua con gas y cuando llegué a Europa fue lo primero que me sacaron. Carnes rojas, prefiero que no… Te explican el por qué y empezás a aprender. Igual vos sos el que decidís: si querés que tu pasión se extienda lo máximo posible, la nafta que consumís tiene que ser premium y no diesel.
-¿Si te invito a un asado, no venís?
-Voy, sí. Como cada tanto un asado, pero mis amigos saben que no soy muy partidario de la carne por cómo afecta a nuestros músculos. Entonces, me hacen pollo o pescado.
-Tenés menú aparte.
-Sí. Comparto el momento, lo social, estar con gente querida. El asado es la excusa…
-¿El tomate pelado por qué?
-Ja… Quizás son paranorias o locuras, pero me han explicado nutricionalmente el por qué de muchas cosas y me han dado resultado. Siempre intenté que me explicaran y razonarlo para saber.
-¿Con qué más te cuidás?
-Lo fundamental en un deportista es un buen entrenamiento, un adecuado descanso, una buena alimentación y una buena suplementación. Con eso no tenés cómo errarle.
-¿Sentís que sos un ejemplo para los demás en este sentido?
-¡¡¡Nooo!!! En la vida nadie es un ejemplo. Sí que tal vez la forma de llevar la vida de cada uno puede inspirar a otros jóvenes a que vean un camino adecuado. Pero no me creo ejemplo de nada…
-¿Y el disfrutar sigue siendo, como dijiste alguna vez parafraseando a Galeano, sentir un gol como un orgasmo?
-Sí, y lo disfruto cada vez más así porque sé que cada vez me queda menos. A los 37, más cerca de tocar el arpa que la guitarra, te das cuenta de que no te quedan 100 goles por hacer.
-¿Los contás?
-No, pero sé que llevo 200 y algo de goles.
-¿Estás esperando el día que metas uno y el hincha de River vuelva a gritar “Aloooonso, Aloooonso”?
-Sí. Mi apellido o el “u-ru-guayo”. Es lo más lindo que hay. De chiquito seguía mucho al fútbol argentino y se me ponía la piel de gallina al escuchar que ovacionaban a Francescoli y Alzamendi. Imaginate lo que podría llegar a ser sentirlo en carne propia al hacer un gol y que un estadio grite de dónde sos. Es como para un cantante que la gente cante sus canciones.
-¿Cómo llegaste a ser productor de la película de Marama y Rombai?
-Hace unos años que con tres amigos -el Chino Recoba, Federico Lemos, que es director de cine, y Gonzalo Lamela, que es productor- decidimos involucrarnos en un proyecto social, educativo y cultural que también ayuda a concientizar a la gente a cuidar el medio ambiente. Intentamos educar a través de lo audiovisual. Creo que el niño presta más interés a algo audiovisual que a un educador en una pizarra. Y con un corto de 12 minutos uno puede hacer que razone contra el alcohol, las drogas, el tabaco, la seguridad vial, la igualdad de género, la inclusión de los discapacitados. Un montón de temáticas que ya hemos tratado. Y lo Marama y Rombai es un fenómeno social increíble que nos marcó que es importantísimo levantarse a la mañana con un sueño en la cabeza, no hay otra. Era una banda de amigos que se juntaban para pasarla bien, se dieron cuenta de que su sueño era que su pasión fuera su modo de vida y lo consiguieron. Ese es un mensaje muy importante también: hay que soñar.
-¿Y cómo se volcaron hacia el trabajo social?
-En mi carrera he identificado que hay un cariño muy resultadista de la etapa que puede ser la nuestra, que si te va bien la gente te abraza y te ama, y si te va mal te recagan a puteadas. Pero el niño es incondicional. Si entrás en su corazón, da igual que te vaya bien o mal. Entonces, con el Chino Recoba nos preguntábamos cómo podíamos retribuir todo ese cariño. Vamos a escuelas rurales, públicas, centros educativos donde prácticamente no llega nada. De forma gratuita, eso no lo transamos, y le llevamos a los niños cultura y educación. Para nosotros se hace más fácil el acceso a los gobernantes, a las empresas y la idea es involucrar en cada país una personalidad del fútbol. Ya cerramos acuerdos con Valderrama, Chilavert, Platini Sánchez, Claudio Pizarro, Deli Valdés. Todos ellos apoyan el proyecto Ecocinema, donde todos los talleres educativos y las funciones son 100% sustentables, con energía solar.
-¿Y en Argentina no tienen embajador aún?
-No quiero adelantar nada, pero ojalá se dé la posibilidad que estamos desarrollando. Sería la frutilla de la torta.[/SPOILER]