Hernán Boyero dejó el fútbol: Vuelvo a Río segundo a juntar chatarra
De regreso. “El Flaco” no pudo superar una lesión de rodilla, dejó el fútbol profesional y retornó para laburar con lo que más le gusta: los fierros.
A los 35 años, en contra de lo que deseaba pero forzado por una lesión en una rodilla, Hernán Boyero decidió largar el fútbol profesional. “El Flaco” lo hizo público en su muro de Facebook el miércoles, en el último día de 2014 y recibió una catarata de mensajes pidiéndole que reviera su decisión, en su gran mayoría desde Bolivia, donde jugó cinco temporadas y se convirtió en un ídolo de la hinchada del Blooming. “Lastimosamente tengo un problema en una rodilla que no me deja continuar si no me someto a una operación. Y con 35 años dije que no (…) Ahora me pondré el traje que dejé guardado aquí (por Río Segundo, su lugar en el mundo) cuando me fui y nuevamente seré feliz juntando chatarra”, escribió el exdelantero de la Gloria, Juventud Antoniana, Tigre, Millonarios de Colombia, Argentinos Juniors y Tristán Suárez.
“Sí papá, juntando chatarra. Es lo que hice siempre antes de ser futbolista y lo que disfruto. Acá tengo la prensa para aplastar chatarra, una guillotina, la grúa con el pulpo para cargar camiones. Mi vida siempre fueron y son los fierros. Me gusta el olor a óxido. Esto pasa por un estado espiritual. Siempre lo extrañé, desde el día que me fui a vivir a la pensión de Instituto. No se me caen los hombros por volver a trabajar en esto junto a mi hermano,”, le dijo ayer a Mundo D mientras paseaba en familia por Carlos Paz.
Hernán Boyero dejó el fútbol: Vuelvo a Río segundo a juntar chatarra
De regreso. “El Flaco” no pudo superar una lesión de rodilla, dejó el fútbol profesional y retornó para laburar con lo que más le gusta: los fierros.
A los 35 años, en contra de lo que deseaba pero forzado por una lesión en una rodilla, Hernán Boyero decidió largar el fútbol profesional. “El Flaco” lo hizo público en su muro de Facebook el miércoles, en el último día de 2014 y recibió una catarata de mensajes pidiéndole que reviera su decisión, en su gran mayoría desde Bolivia, donde jugó cinco temporadas y se convirtió en un ídolo de la hinchada del Blooming. “Lastimosamente tengo un problema en una rodilla que no me deja continuar si no me someto a una operación. Y con 35 años dije que no (…) Ahora me pondré el traje que dejé guardado aquí (por Río Segundo, su lugar en el mundo) cuando me fui y nuevamente seré feliz juntando chatarra”, escribió el exdelantero de la Gloria, Juventud Antoniana, Tigre, Millonarios de Colombia, Argentinos Juniors y Tristán Suárez.
“Sí papá, juntando chatarra. Es lo que hice siempre antes de ser futbolista y lo que disfruto. Acá tengo la prensa para aplastar chatarra, una guillotina, la grúa con el pulpo para cargar camiones. Mi vida siempre fueron y son los fierros. Me gusta el olor a óxido. Esto pasa por un estado espiritual. Siempre lo extrañé, desde el día que me fui a vivir a la pensión de Instituto. No se me caen los hombros por volver a trabajar en esto junto a mi hermano,”, le dijo ayer a Mundo D mientras paseaba en familia por Carlos Paz.