Hay una camiseta que llora desde hace 14 años. Es cierto, pasaron muchos que la sedujeron, que le dieron motivos para enamorar y que hoy viste al gol en el cuerpo de Cavenaghi. Pero extraña. Es la nueve, es el …
Hay una camiseta que llora desde hace 14 años. Es cierto, pasaron muchos que la sedujeron, que le dieron motivos para enamorar y que hoy viste al gol en el cuerpo de Cavenaghi. Pero extraña. Es la nueve, es el Enzo. Hoy se cumplen 14 años del retiro del uruguayo. También juega el Millo y es un buen día para recordarlo a puro grito, ¿no?
De ese flaquito desgarbado que pisó el Monumental por primera vez allá por el 83, a aquel que pintaba canas y pancita en el 98 pasaron más que 15 años. En el camino quedaron mil historias, cientos de gole, otras tantas alegrías y una marca indeleble, la de ídolo del más grande.
Y el Enzo es gol, el Enzo es gloria. Le sobran los motivos para ubicarse ahí arriba en la historia del Millonario. Tuvo dos períodos en River. Ambos empezaron y terminaron como él acostumbró, con gloria.
La canilla de goles se abrió ante Ferro, por el Nacional 83. Luego, en sus dos períodos (1983-86 y 94-98) se cansó de gritar. Convirtió 136 veces en 235 partidos para ser el máximo goleador extranjero del club, el séptimo anotador de la historia del club y, por osmosis, el ídolo por excelencia de la era moderna.
Y dio vueltas hasta marearse. La primera fue en la temporada 85/56. Después se fue a Europa. Y, cuando volvió, multiplicó la gloria hasta el infinito: Apertura 94, 96 y 97, Clausura 97 y la consagración máxima Copa Libertadores 1996 y Supercopa 97.
Se retiró como debía. Fue un 18 de febrero de 1998 el día de su anuncio. Dijo que se iba y no volvió. Qué le iba a hacer, ya había hecho demasiado…
Hay una camiseta que llora desde hace 14 años. Es cierto, pasaron muchos que la sedujeron, que le dieron motivos para enamorar y que hoy viste al gol en el cuerpo de Cavenaghi. Pero extraña. Es la nueve, es el …
Hay una camiseta que llora desde hace 14 años. Es cierto, pasaron muchos que la sedujeron, que le dieron motivos para enamorar y que hoy viste al gol en el cuerpo de Cavenaghi. Pero extraña. Es la nueve, es el Enzo. Hoy se cumplen 14 años del retiro del uruguayo. También juega el Millo y es un buen día para recordarlo a puro grito, ¿no?
De ese flaquito desgarbado que pisó el Monumental por primera vez allá por el 83, a aquel que pintaba canas y pancita en el 98 pasaron más que 15 años. En el camino quedaron mil historias, cientos de gole, otras tantas alegrías y una marca indeleble, la de ídolo del más grande.
Y el Enzo es gol, el Enzo es gloria. Le sobran los motivos para ubicarse ahí arriba en la historia del Millonario. Tuvo dos períodos en River. Ambos empezaron y terminaron como él acostumbró, con gloria.
La canilla de goles se abrió ante Ferro, por el Nacional 83. Luego, en sus dos períodos (1983-86 y 94-98) se cansó de gritar. Convirtió 136 veces en 235 partidos para ser el máximo goleador extranjero del club, el séptimo anotador de la historia del club y, por osmosis, el ídolo por excelencia de la era moderna.
Y dio vueltas hasta marearse. La primera fue en la temporada 85/56. Después se fue a Europa. Y, cuando volvió, multiplicó la gloria hasta el infinito: Apertura 94, 96 y 97, Clausura 97 y la consagración máxima Copa Libertadores 1996 y Supercopa 97.
Se retiró como debía. Fue un 18 de febrero de 1998 el día de su anuncio. Dijo que se iba y no volvió. Qué le iba a hacer, ya había hecho demasiado…
Un verdadero grande, mi primer ídolo, aún tengo cosas de él en mi habitación, posters, una silueta de cartón tamaño real de las que sacaba adidas para los negocios con el jugando en un partido, otro cartel de adidas todo blanco y negro punteado que está genial pero no lo puedo colgar por lo grande y varias cosas más. El poster de su despedida, cuando saluda con sus dos hijos, si lo tengo pegado en el medio de la pared.
Un tipo que nació para ser ídolo en River, tenía todo para triunfar en nuestro club.
Lamentablemente, no me acuerdo nada de haberlo visto en vivo. Por videos, puedo decir que fue el jugador más elegante que vi en River. Las jugadores altos y talentosos suelen tener mayor elegancia para jugar.
un crack al que idolatre en su primera etapa (yo tenia 10 años cuando llego a River y 12 cuando se fue) y del que nunca imagine me iba a dar tanto en la segunda.
Cuando Enzo volvio en el 94 yo tenia miedo de que se me caiga el idolo de la infancia. Tenia mucho miedo, porque era tan alta la imagen que habia dejado en el 85/86 que parecia tenia todo para perder. Creo que nadie podia imaginar que esa vuelta iba a ser todavia mejor que la primera etapa. Recuerdo su gol de tiro libre a Ferro sobre la hora en cancha de Ferro, al palo de Pogany, su primer gol importante en el regreso. Me puse a llorar…
El Enzo nos dio demasiadas alegrias adentro de una cancha. Un monstruo, un distinto, un genio, crack sudamericano y mundial. Afuera de la cancha he disentido en un monton de cosas con el (como con la mayoria de los idolos:(), pero adentro fue por lejos lo mas grande que vi, ya que Alonso yo lo vi ya en declive y Ortega y Salas estan un escalon debajo.