Gallardo dice que no ve en Mauro Díaz ni en Lanzini “la naturaleza y personalidad que ha caracterizado a otros” enganches y todavía los ubica como “proyectos”.A él no lo espera un estadio a reventar como en el 96. En todo caso, él será testigo privilegiado, invitado de honor en la despedida de Ariel Ortega. Pero, igual, los hijos de la generación 2.0, esos gurises que no lo pudieron ver jugar y crecieron con el marchitar del enganche riverplatense, tienen que saber que hubo una vez en la que al último gran ídolo del club no se le extrañó tanto como de costumbre. Y que el responsable de eso, en gran medida, fue un tal Marcelo Daniel Gallardo, en algún momento niño mimado de Passarella, más tarde el heredero de la 10 en el equipo de Ramón que seguiría su impenitente rumbo hacia el tricampeonato. Hoy, el Muñeco no reclama trato de ídolo en el Monumental, tampoco pide un homenaje de ésos que están reservados para pocos o nadie, aunque sí piensa en un mañana y ahí, claro, “mi meta es dirigir a River”.
Así habla Gallardo. Habla como técnico. No de River, aún, pero técnico al fin. Y como tal, entonces, dice: “No te podés encerrar en un esquema si no tenés a los jugadores adecuados. A mí me encantaría jugar siempre con enganche, pero con uno que me dé soluciones y no con uno que tenga que inventar. Así que te vas adaptando a los jugadores que hay”.
Lo dicho. Gallardo habla como técnico. Lo hace con el manual bajo el brazo, desplegando su manera de observar el fútbol, y aunque esa reflexión refiera a algo más global que puntual, en ella también se puede vislumbrar la carencia que el Muñeco denota en el actual plantel del Pelado, digamos, un DT que siente debilidad por los enlaces creativos, alguien que asume el mandato histórico de ponerlos, pero que a esta altura, después de tres partidos ‘ni’ de Lanzini y 45 minutos ‘no’ de Mauro Díaz, bien podría empezar a preguntarse si realmente cuenta con ese intérprete que le da sentido a la cosa. Y una cosa, al menos, dejó en claro Gallardo, en Pasión Monumental Radio: “Llegué a jugar con Mauro, vi el principio de la carrera de Manu, y pienso que ninguno de los dos, por naturaleza y personalidad, tiene ese juego que ha caracterizado a otros jugadores en esa posición”. O sea: el Muñeco no quiso hacerlos trapo, menguó la idea hablando de “grandes jugadores que necesitan confianza y libertad”, pero también los ubicó en la categoría de “proyectos” y, en cierto modo, dio a entender que no están hechos de esa madera con la que se tallaban a los 10 de antes, los 10 como él.
Ojala pudieramos tener un enganche como vos, Muñeco!
Gallardo dice que no ve en Mauro Díaz ni en Lanzini “la naturaleza y personalidad que ha caracterizado a otros” enganches y todavía los ubica como “proyectos”.A él no lo espera un estadio a reventar como en el 96. En todo caso, él será testigo privilegiado, invitado de honor en la despedida de Ariel Ortega. Pero, igual, los hijos de la generación 2.0, esos gurises que no lo pudieron ver jugar y crecieron con el marchitar del enganche riverplatense, tienen que saber que hubo una vez en la que al último gran ídolo del club no se le extrañó tanto como de costumbre. Y que el responsable de eso, en gran medida, fue un tal Marcelo Daniel Gallardo, en algún momento niño mimado de Passarella, más tarde el heredero de la 10 en el equipo de Ramón que seguiría su impenitente rumbo hacia el tricampeonato. Hoy, el Muñeco no reclama trato de ídolo en el Monumental, tampoco pide un homenaje de ésos que están reservados para pocos o nadie, aunque sí piensa en un mañana y ahí, claro, “mi meta es dirigir a River”.
Así habla Gallardo. Habla como técnico. No de River, aún, pero técnico al fin. Y como tal, entonces, dice: “No te podés encerrar en un esquema si no tenés a los jugadores adecuados. A mí me encantaría jugar siempre con enganche, pero con uno que me dé soluciones y no con uno que tenga que inventar. Así que te vas adaptando a los jugadores que hay”.
Lo dicho. Gallardo habla como técnico. Lo hace con el manual bajo el brazo, desplegando su manera de observar el fútbol, y aunque esa reflexión refiera a algo más global que puntual, en ella también se puede vislumbrar la carencia que el Muñeco denota en el actual plantel del Pelado, digamos, un DT que siente debilidad por los enlaces creativos, alguien que asume el mandato histórico de ponerlos, pero que a esta altura, después de tres partidos ‘ni’ de Lanzini y 45 minutos ‘no’ de Mauro Díaz, bien podría empezar a preguntarse si realmente cuenta con ese intérprete que le da sentido a la cosa. Y una cosa, al menos, dejó en claro Gallardo, en Pasión Monumental Radio: “Llegué a jugar con Mauro, vi el principio de la carrera de Manu, y pienso que ninguno de los dos, por naturaleza y personalidad, tiene ese juego que ha caracterizado a otros jugadores en esa posición”. O sea: el Muñeco no quiso hacerlos trapo, menguó la idea hablando de “grandes jugadores que necesitan confianza y libertad”, pero también los ubicó en la categoría de “proyectos” y, en cierto modo, dio a entender que no están hechos de esa madera con la que se tallaban a los 10 de antes, los 10 como él.
Ojala pudieramos tener un enganche como vos, Muñeco!
Gallardo dice que no ve en Mauro Díaz ni en Lanzini “la naturaleza y personalidad que ha caracterizado a otros” enganches y todavía los ubica como “proyectos”.
Y que definitivamente jamas te ha caracterizado a vos tampoco, muñeca golpista arañadora y cobarde…
Osea que indirectamente te estas diciendo “gallina”. Porque yo no soy gallina, y lo que espero de alguien que se ponga la 10, es que vaya al frente y ponga la cara cuando hay que ponerla, como Alonso u Ortega…
Este GAY HOMOSEXUAL CAGON es una VERGUENZA para el club. Arañar… putito de mierda… y la concha bien de su madre… nos deshonro que su papelon homosexual.
Si te agarran ganas de fajarte, TROMPEATE, PERO COMO HOMBRE
Recliminale no haber jugado bien un partido o si queres la cama a Merlo, pero no putearlo por no haberse parado de manos contra un chancho. Eso es lo que ellos dirían, ejemplo con passucci, cascini, serna.
Fe de Erratas: (No tiene nada que ver con esta RATA)
Perdon, cometi un gravisimo error en el texto de arriba.
Donde dije “si te agarran ganas de fajarte”, remplazenlo por “si te vino andres y te agarro un ataque de quinceañera histerica, no saques las uñas, gatooo de MIERDA.”
---------- Mensaje unificado a las 16:32 ---------- El mensaje anterior habia sido a las 16:30 ----------
Vos decis que no lo amerita una SEMIFINAL de COPA LIBERTADORES?
Porque con una mano en el corazon, COMO VAS A DEJAR AL EQUIPO CON 10, POR UN ATAQUE DE CONCHA?
Y DE ULTIMA, LLEVATELO TAMBIEN AL FORRO DEL PATO PUTO! PROVOCALO, CAGATE A PIÑAS…
PERO NO DEJES AL EQUIPO CON UNO MENOS!!! LA CONCHA TUYA GAYARDO.
Pd: Y la cama a Merlo fue LO PEOR. Corono EL CABARET con su amigito DANIEL.
revivi esa pelea por youtube, se llevo a cascini cuando no hizo nada. Y al pato a mi me pareció que lo quiso agarrar y, se resbalo la cara producto de la transpiración, pero bueno cada uno ve lo que quiere.