En esta ciudad de más de un millón de habitantes hay lugares en los que la vida no vale nada. Se trata de barrios en los que algunos chicos prefieren cobrar 150 pesos por día para trabajar como “soldados” de los narcos antes que ir a la escuela. Son barrios en los que los militantes de movimientos sociales que intentaron instalar comedores populares y sacar a los chicos de la calle fueron baleados por los narcos, quienes vieron peligrar su dominio territorial y su negocio.
Durante 2012, aquí asesinaron a 182 personas. La cifra constituyó un aumento del 15 % en los homicidios respecto de 2011. En lo que va de 2013la tendencia creció . En los primeros 20 días del año hubo 13 asesinatos, lo cual da un promedio de un homicidio cada 37 horas. La mayoría de esas muertes se produjo en ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes.
“Si nos atenemos a las estadísticas oficiales, la progresión para este año indica que habrá un 30% más de homicidios que en 2012”, expresó Dora Rodríguez, de la ONG Ciudadanos en Alerta.
Ya hubo tres hechos en los que las víctimas fueron militantes de movimientos sociales, que en los últimos dos años ocuparon el lugar que el Estado dejó vacío.
Pese a esos ataques, ya se instalaron comedores e impulsaron talleres de oficios para alejar a los chicos de la calle y de la droga. Estas iniciativas fueron vistas como una amenaza por los narcos, que comenzaron a atacar a los militantes sociales.
Mercedes Delgado, Jeremías Trasante, Claudio y Adrián Rodríguez, Carlos y Ariel Ferreyra, Gastón Arregui y Gonzalo Miranda son militantes que fueron blanco de la furia narco. A los cuatro primeros, los asesinaron. A los Ferreyra y Arregui los balearon y salvaron sus vidas de milagro. Amenazados, se tuvieron que mudar del barrio Nuevo Alberdi. Al declarar ante la Justicia federal denunciaron a un subcomisario por proteger a un traficante, dueño de una cocina de droga que funciona a cuatro cuadras de la seccional. Los tres heridos señalaron a cuatro jóvenes que trabajan como “soldados” para narcos de la zona como autores del ataque.
Ayer el ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto, recibió a los principales referentes del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli y Gerardo Rico, para indicarles que iban a tomar medidas respecto de la denuncia que hicieron por la presunta vinculación de un jefe policial del barrio Nuevo Alberdi con un grupo de narcos de la zona.
Miranda también salvó su vida de milagro. En julio, le pegaron tres balazos cuando cerraba un negocio familiar en el barrio La Tablada. “Pensé que me mataban. Acá mucha gente trabaja para ayudar a los chicos. Los ayudamos a que encuentren un sentido espiritual en la vida y les enseñamos oficios”, dijo Gonzalo, quien heredó la vocación por el trabajo social de su padre, Sergio, quien fue socio fundador de los clubes El Ombú y Garibaldi.
Según estadísticas oficiales, de los 182 homicidios que hubo en 2012, 154 asesinatos correspondieron a casos donde los móviles fueron conflictos interpersonales o ajustes de cuentas entre bandas rivales. Para los responsables del Poder Ejecutivo de Santa Fe, esa cifra indicaría que la ciudad es segura y que existen pocas posibilidades de que un robo termine en homicidio en la zona céntrica.
Lo que no se explicó es que murieron muchos inocentes por esos ajustes de cuentas y que los vecinos de los barrios periféricos, situados a no más de 30 cuadras del centro, tienen miedo de salir a la calle ante la posibilidad de quedar en medio de un tiroteo entre narcos.
En lo que va de 2013, fueron asesinados Martín Ulises Leguizamón, de 18 años; Guillermo Gabriel Verón, de 23; Vicente Vallejos, de 29. En las primeras horas de este año, Raúl Bragos, de 53 años, fue asesinado al intentar evitar que un grupo de ladrones asaltara a un vecino, en Ituzaingó al 3200. Mientras que Walter García, de 26, fue asesinado anteayer en Boulevard Seguí y Crespo.
“Rosario es una de las ciudades más violentas e inseguras de la Argentina. Esta compleja situación es el resultado del incremento del narcotráfico y de la corrupción en la fuerza policial. El vecino trabajador se siente desamparado. El Estado está ausente. Desconfía de la policía a la que consideran parte del negocio. A esto hay que sumarle que existen muchos jóvenes que están en la edad más vulnerable que ingresan en el mercado como «soldados» de los narcos. Se dedican a la venta de droga y a «sicariar». Así reciben dinero y droga para su consumo”, explicó Gonzalo Basualdo, abogado penalista y vecino de La Tablada.
Ese barrio es uno de los más peligrosos. Allí, en 2012, fueron asesinados 20 jóvenes. En lo que va del año se registraron dos homicidios. Al recorrer la esquina de Uriburu y Ayacucho se pueden observar a los “soldados” que custodian los puestos de venta de droga que llevan sus manos a la cintura ante la presencia de un vehículo desconocido o que circula a marcha lenta, como el auto que conduce este enviado.
“Se vive con mucho miedo. No tanto por los robos, sino por los tiroteos entre narcos. Hace dos meses estaba en la puerta del edificio en el que vivo con una amiga. Subía y cuando llegué a mi departamento, me avisaron que habían baleado a mi amiga”, explicó Fernanda Serna, vecina de La Tablada e integrante de Ciudadanos en Alerta.
La ausencia de la policía en La Tablada es notable. Pese a la cantidad de homicidios registrados, en las adyacencias de la esquina de Ayacucho y Uriburu, una de las zonas peligrosas, anteayer por la tarde no había ningún móvil. Como en el resto de Rosario, en La Tablada cuesta encontrar un policía, como en otros sitios peligrosos de la ciudad.
Guerra narco en Rosario: reclutan “chicos-soldados” por $ 150 por día - 20.01.2013 - lanacion.com *
Eso si, ni se te ocurra decir que nos estamos pareciendo a Mexico, menos si juntamos a Salvador Mazza con Rosario.
Mejor hagamos la de siempre, minimizemos el problema y a otra cosa. :roll: