Y el negro Advíncula hablándole a la copa, yo creo que eso puede explicarse a partir de creencias prehistóricas en las que ciertas tribus personifican determinados objetos y les otorgan propiedades humanas sin explicación alguna; en su inconsciencia el simio desdichado intenta elevarse a esa luz que él cree que tiene el objeto inanimado, y en su ignoracia no encuentra otra forma de hacerlo que no sea el intercambio de fluidos porque aún no conoce otro tipo de relación con la deidad, no puede establecer otro tipo de conexiones neuronales que vayan más allá del intento de penetración de un objeto metalico enchapado. Atendiendo a lo exhibido por el especimen es muy probable que si viera un monolito de piedra con forma fálica elevándose al cielo se hubiera desnudado e iniciado una danza de la fertilidad mientras babeaba y realizaba alaridos de éxtasis.