Hoy la ciudad de Salta cumple 430 años de vida.
Corría el año 1.577. Desde Madrid Felipe II, concedía el título de Gobernador de la Provincia de Tucumán, al licenciado Hernando de Lerma. Muchos problemas suscitó este nombramiento ya que por su parte el Virrey de Perú Dn. Francisco de Toledo, había designado para tal cargo a Diego de Arana. Tuvo sin embargo que acatar la voluntad real, y es así que en noviembre de 1.579 entregó al nuevo gobernador de Tucumán su credencial, junto a la condición que había impuesto sin resultado a gobernadores de fundar la ciudad en el Valle de Salta.
La necesidad de fundar esta ciudad era preventoria porque el extenso territorio entre Lima y la gobernación de Tucumán quedaban a mano de los belicosos naturales para peligro de los vecinos que deberían trasladarse de uno a otro punto.
Lerma recién lanzó una convocatoria fundacional en Julio de 1.581, llamando a vecinos de Santiago del Estero, Córdoba, Esteco y San Miguel de Tucumán, para saber a ciencia cierta con que bastimentos constaría para la fundación.
Cada cual contribuyó a la medida de sus posibilidades destacándose cada poblador con sus tantos caballos, tantas fanega de harina; otros se comprometieron a vestir casi 300 soldados, se dono gran cantidad de pesos en ropas de obrajes de frazadas. Además Lerma reunió para esta fundación hombres, caballos para guerra y carga, diversos animales entre ovejas, cerdos y bueyes, sumándose a esta caravana gran número de indios flecheros que conducían carretas de provisiones.
El gobierno hizo un recuento de la gente de guerra, armas y aviamientos con que contaba y satisfecho de sus resultados decidió ponerse en camino después de escribir al rey, dándole noticias de su proyecto
La fundación de esta ciudad debido por los planes trazados por Toledo fue la única obra meritoria de Hernando de Lerma a quien acompañaron encomenderos de Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba. Vino también el Obispo de Tucumán Francisco de Victoria. Se llevó a cabo el día 16 de Abril de 1.582, con la fastuosidad habitual que rodeaba en este tipo de ceremonias. No hubo inconveniente ya que los indios apocados y expectantes no ofrecieron resistencia.
El sitio elegido era un paraje de belleza singular al pie de las altas serranías que cierran el Valle al que deben la ciudad su nombre.
Asentada jurídicamente con el acta de fundación Lerma procedía a señalar por égidos basto común. Asimismo repartió los solares a los nuevos vecinos. Estos pertenecían al Rey quien delegaba su división y repartición a los gobernadores la provisión de la misma de daba en forma solemne.
Impuso el fundador a los beneficiarios la condición de cercar sus solares en el término de un año y permanecer en ellos sopena de perderlos si así no lo hicieren; esta se hacía necesaria para que los pobladores se arraigaran a la tierra ya que a menudo sucedía que después de celebrada una fundación los hombres que habían acompañado al fundador tomaran otro camino de regreso deshaciendo lo hecho. Era difícil la vida en los poblados que comenzaban su existencia.
Al día siguiente de la fundación el Gobernador Lerma y el Obispo Victoria acordaron dar a este valle el nombre de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta. San Felipe en honor al Rey de España, Lerma por ser el apellido de su fundador y en cuanto a Salta, es muy discutida la etimología de esta palabra ya que existía antes de que los españoles llegaran a este sitio.