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Fuente: "El Mago" Méndez, el estafador que engañó a políticos, médicos y presos
“El Mago” Méndez, el estafador que engañó a políticos médicos y presos
Ya recibió cuatro condenas. La última fue por ofrecer en venta vehículos incautados por la AFIP. Lo tienen que cambiar de cárcel frecuentemente porque les saca plata a los otros internos.
POSADAS. CORRESPONSALIA - 21/01/13
A Luciano Oscar Méndez lo conocen como “El Mago”, aunque su especialidad no es precisamente hacer trucos para divertir a grandes y chicos. Este misionero de 52 años es un verdadero especialista en cometer estafas y acaba de sumar su cuarta condena. Esta vez prefirió no sentarse en el banquillo y, en un juicio abreviado, acordó con la Fiscalía del Tribunal Penal de Oberá una pena de seis años de prisión por 16 hechos de estafa. Sin embargo, deberá pasar al menos siete años tras las rejas porque le unificaron las penas y lo declararon reincidente por tercera vez.
Méndez, a quien en la Justicia consideran capaz de venderle un buzón a cualquiera, nació en el humilde barrio de Villa Svea, en Oberá. Su nombre comenzó a ser asociado con el delito hacia fines de la década del 90, cuando comenzó con las estafas. Una de sus primeras grandes víctimas fue una mujer vinculada a la política partidaria del pequeño poblado de General Alvear, en la zona centro de Misiones. Méndez se enteró de que esa mujer –cuya identidad no trascendió– soñaba con ser intendenta de su municipio y en poco tiempo logró contactarla para ofrecerle sus servicios como “operador”.
A “El Mago” no le costó demasiado convencerla sobre supuestos contactos que tenía en el oficialismo y la posibilidad de asegurarle la candidatura a cambio de una suma de dinero. Aprovechó la ambición de la mujer y le pidió dinero para pasacalles, carteles y todo lo necesario para asegurarle el sillón comunal. Para darle mayor verosimilitud a su historia, viajó con la víctima hasta Posadas y la hizo pasear por varios organismos para, finalmente, reunirla con un cómplice que se hizo pasar por “asesor” de un alto funcionario. Sin embargo, apenas obtuvo el dinero desapareció sin dejar rastros y dejó a esta política con el sueño trunco de la intendencia.
En Oberá recuerdan también que varios médicos cayeron rendidos ante un negocio tentador: armar una clínica moderna en la que serían socios. Para ello, el estafador comenzó a personificar a un especialista en temas de salud con fuertes contactos en distintos organismos públicos. Varios fueron los doctores que cayeron en la trampa confiándole importantes sumas de dinero para asociarse al proyecto.
En Posadas, Méndez también dejó un tendal de damnificados. El hombre recorría los barrios y ofrecía a inquilinos la posibilidad de acceder a viviendas sociales del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IproDHa). El estafador les pedía fotocopias de los documentos de los integrantes de la familia y de los recibos de sueldo y una suma de dinero para “aceitar” sus contactos en el Instituto. A los que desconfiaban de sus palabras los levantaba en su auto y los llevaba a alguno de los barrios en construcción para mostrarles qué casa les sería adjudicada.
Los memoriosos recuerdan que el hábil estafador estuvo un tiempo en pareja con una abogada de Oberá y llegó a trabajar como su secretario, pero apenas la mujer se enteró de las maniobras que realizaba rompió el vínculo afectivo y el laboral.
La Justicia logró sentarlo en el banquillo por primera vez en 2001. Méndez terminó con una condena de ejecución condicional por 14 hechos y no tardó en volver a actuar. Las nuevas estafas lo llevaron otra vez a los estrados judiciales de Posadas, donde fue condenado en 2005 y en 2006.
La acumulación de condenas lo dejó tras las rejas varios años, pero eso no le impidió continuar estafando incluso a sus propios compañeros de encierro. En la Justicia cuentan que mientras estuvo alojado en el Penal de Loreto, “El Mago” consiguió hacerse de unos pesos tras convencer a varios presos de que podía conseguirles computadoras tanto a ellos como a sus familiares. Las semanas pasaron, el estafador gastó el dinero y, como las máquinas no aparecieron, debió ser salvado por los guardias de un linchamiento.
El hombre fue llevado luego al Penal de Oberá, donde su comportamiento no varió. A los pocos meses de llegar se hizo conocido entre los demás presos por supuestos “contactos” dentro de la Justicia que agilizaban el trámite de los expedientes. A cambio de dinero, Méndez se mostraba listo para realizar la gestión para sus compañeros y fueron muchos los que confiaron en sus palabras. La mentira no tardó en quedar en evidencia y “El Mago” tuvo que ser trasladado de urgencia al Penal de Eldorado.
En la última causa que tuvo, Méndez se declaró culpable de 16 estafas cometidas contra productores rurales y vecinos de Aristóbulo del Valle y de Colonia Alberdi en 2010. Allí se presentaba como funcionario de la AFIP y ofrecía motos, autos, camionetas y tractores secuestrados por ese organismo. Tras mostrar una credencial falsa de martillero público, juraba que podía realizar trámites para que los vehículos fueran entregados en depósito judicial. Una de las víctimas llegó a entregarle 19.000 pesos por una Ford Ranger, mientras que otros entregaron sumas de 500 a 8.000 pesos. En total, reunió unos 75.000 pesos.
Hoy, “El Mago” está preso a la espera de que el Tribunal Penal de Oberá ratifique el acuerdo de juicio abreviado que firmó por estos casos. Aún no se sabe si, entre tanto, está intentando algún otro engaño ahora mismo.
Cagar a políticos, vaya y pase. Por eso le deberían REBAJAR LA PENA, si ellos nos viven garcando a nosotros. A los médicos… y bueno, siempre el punto débil de los médicos es la administración, adonde apuntan las estafas. Ahora, ¿GARCAR A LOS OTROS PRESOS, que deberían ser rápidos como él? Qué pedazo de HDP. :lol: :lol: :lol: